A Gica sobre la desaparición del Opus Dei y la Iglesia.- Nicanor
Fecha Wednesday, 28 April 2010
Tema 010. Testimonios


A Gica:

Lamento el error. El Fundador del Opus decía que habían "malas explicaderas y malas entendederas", la frase me parece apropiada.

La pregunta que planteas es rica como reflexión "¿Quiero que el Opus Dei desaparezca o sólo se enmiende?". Obviamente, no puedo responder por todos. Van surgiendo demasiadas evidencias que tanto el Fundador como su creación nacieron con una intención distinta y conocida por un limitado grupo de personas de su confianza: "los custodes". Ahora bien, ¿Algo que ha nacido mal puede corregirse en el camino? La historia de la Iglesia demuestra que sí. Casi seguro que el Opus sufrirá una "reforma" interna, de lo contrario se extinguirá.

Ha tardado dos mil años para que un Papa pidiese perdón por los crímenes cometidos por los hijos de la Iglesia... como que nos queda tiempo ¿no? Por lo tanto, no me resulta tan fácil responder. Si a Frankistenin le hacen una cirugía estética y le quitan las ganas de matar al primero que se le cruce, sí aceptaría su reincorporación a la sociedad "civilizada". Lo mismo sucedería con la Iglesia, a la que denominas ICAR, en la medida en que sus fieles procuren identificarse con los ideales primitivos de su Fundador, despojándo todas aquellas elucubraciones extrañas que han ido imponiendo sus seguidores, estimo que sería muy atrayente.

En resumen, no trato de aniquilar a nadie. La sociedad "civilizada" tiene muchos Frankestein de sotana o de corbata. Decir que sí a lo que propones es aceptar que debemos también considerar nuestro aniquilamiento como especie, en una visión fatídica que somos lo peor de la "creación".

Saludos,

Nicanor (eco_challengers@hotmail.com)

Pd.- También me pregunto ¿Hubiese sido mejor que nunca nacieran Caín, Voltaire, Napoleón, Lenin, Hitler, Franco, Truman...? No. No solamente por el hecho que pertenecen al pasado e hicieron lo que hicieron. Sino porque errando "muy duro" aprendemos que nos equivocamos y que existieron y existen personas que van más allá del límite de la injusticia. No me refiero necesariamente a los santos proclamados por la Iglesia, sino también a los llamados "santos laicos", de distintas confesiones o sin ninguna ex profeso.

En parte lo necesitamos Gica, necesitamos errar "muy duro" para despertar y poder corregir, aprender y enmendar.  









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