Querido Fernando40,

Como mencionas sobre dar círculos (que me imagino son como clases o pláticas de religión dentro del opus) pues supongo que perteneces al opus y por lo tanto católico. Por eso es que me dirijo a ti como católica practicante que soy.

Nos escribiste el pasado miércoles 22 de septiembre lo siguiente:

“…si salieron de la obra ya esta, en el fondo cada uno se salva SOLO, dentro o fuera…”

“…solo MI perseverancia en el Señor es lo que me salvara…”

Oye Fernando40, nosotros no nos salvamos SOLOS. Es Cristo quien nos salva. Si me dices que cada uno se condena solo ahí si te doy la razón, pero de salvación no.

Digo, todos nos equivocamos y metemos las patas bien metidas de cuando en cuando (o seguido en seguido) pero es que este no es un error pequeño ni aislado en el opus. Yo no soy erudita en religión, como lo serán Gervasio, Ramón Rosal, Joseph Knech entre otros, pero esas enseñanzas de que Jesús es nuestro Salvador y es El quien nos salva forma parte del ABC del catecismo de la Iglesia Católica. A mí me lo repitieron hasta el cansancio las monjas en el colegio y las homilías de los sacerdotes diocesanos, salesianos, franciscanos, dominicanos… Es decir, que se predica constantemente en la doctrina católica. No sé que se enseñe en el opus, pero no eres el primer opusino que me topo con ideas similares a ésta en donde se hace mucho énfasis en la voluntad, pero İups! se olvida el “pequeño detalle” de incluir a Dios.

Sí, es verdad que para obtener la salvación se necesita de nuestra voluntad, pero también se necesita la Gracia de Dios. Las dos cosas juntas. No se puede solo con la Gracia de Dios pero tampoco se puede solo con nuestra voluntad (MI perseverancia).

Nuestra fe nos da la esperanza y con la esperanza tenemos que trabajar para alcanzar el ideal deseado (en este caso la salvación). Hay que actuar, no se pude solo suspirar por el ideal como sería el estudiante que dice “espero pasar el examen mañana” y se pone a jugar con sus amigos. Esa no es esperanza, es flojera. Contrastado con el que dice “espero pasar el examen mañana” y se sienta a estudiar. Pero es muy importante estar convencidos de nuestra debilidad y poner la esperanza en Cristo, no en nosotros. Si esa esperanza la ponemos en nosotros entonces se convierte en orgullo. Esta esperanza-acción tiene que estar envuelta en el Amor. La fuente de lo bueno que hay en nosotros viene de Dios. Si esos talentos, virtudes, sabiduría… que hay en nosotros faltan de caridad, también se convierten en orgullo.

Esas frases de que “cada uno se salva SOLO”, déjaselas a los narcisistas. Ellos sí puede que crean que se salvan solitos. En lugar de poner su confianza en Dios, la ponen en ellos mismos. Cuídate mucho de ellos porque son MUY mentirosos y muy buenos para mentir, viven de las apariencias.

Para que puedas más o menos entender a un narcisista, te comento que pueden sacar frases como ésta: «Tu humildad, hijo, no tiene de humildad más que las apariencias. Te crees un hombre excepcional». Esta frase me recuerda a una prueba psicológica para determinar si una persona tiene mentalidad de asesino en serie. Si puedes responder la pregunta, tienes mentalidad de asesino en serie. Así esta frase, tiene la respuesta precisa del interior del narcisista, pero por supuesto, quien la dice acusa al de enfrente (típico narciso).

También se pueden aventar frases de este calibre: “Hijos míos, si no pasáis por mi cabeza, si no pasáis por mi corazón, habéis equivocado el camino, y no tenéis a Cristo en vosotros”. İChúpate esa mandarina! Hasta donde llega la arrogancia que quieren que pongamos nuestra esperanza en ellos en lugar de Cristo y después viene la manipulación cuando se dan el lujo de condenarnos si no les obedecemos: “no tendréis a Cristo” o sea La Gracia. Pretenden que pasemos a través de ellos, como si ellos fueran el camino. Si llegamos a poner nuestra esperanza en ellos, por ende nuestras acciones serán para ellos en lugar de ser por y para Dios. ¿Te imaginas a la Santísima Virgen María diciendo frases como ésta? İY ella sí que es mediadora y nos lleva a Jesús! Ella podrá adelantar la voluntad de Dios, pero NO la cambia. Como se muestra en las bodas de Cana: “Hagan lo que El les diga”. Y Jesús nos dijo que lo que San Pedro atara en la Tierra sería atado en el Cielo. Y la Iglesia Católica, con el sucesor de Pedro a la cabeza, nos dice que NO hay necesidad de creer en ninguna revelación particular para nuestra salvación porque ninguna revelación particular puede mejorar ni completar la Revelación definitiva de Cristo.

Como te digo, cuídate de los narcisos, que la mayoría de las tentaciones nos hacen hacer el mal, pero el orgullo por el contrario nos invita a hacer cosas buenas, pero por los motivos equivocados. Tal y como les pasaba a los fariseos, tenían mucha voluntad por cumplir la ley de Dios para dar buen ejemplo y faltaban a la caridad.

También cuídate de escupir para arriba, (lo digo por tu comentario de los numerarios “loquitos”), que estadísticamente hablando hay muchas posibilidades que después te caiga el escupitajo en la cara.

Un abrazo,