Querido Ven:

Una extraña sensación ha recorrido mi cuerpo al leer tu escrito, en el que nos facilitas la clave del éxito para que nuestras denuncias lleguen a buen término. ¡Magia! Envíe sus quejas a la dirección que le indico, y su reclamación será eficazmente atendida. ¿De dónde sales? ¿Quién es tu fuente de información? Porque mi fuente de información es la misma Prelatura. Y estos cuentan, ufanos y orgullosos, que el personaje que tú propones como destinatario de nuestras cartas, está a partir un piñón con ellos y hasta se lo llevan de excursión. No nos confundas, ¡majo!

Y si no me convences de lo contrario, yo seguiré informando a la autoridad competente: Secretaría de Estado, prefecto para la Congregación de los obispos, y Nuncio de mi país.

Un saludo para ti y para todos,

Fueraborda