No cabe esperar mejoras en las prácticas del Opus Dei sobre la confidencialidad y el secreto de las charlas de dirección espiritual y confesiones que hacen quienes pasan por sus manos/labores, por una razón: quien se atreviera a insinuar una alteración en algún aspecto del “espíritu” quedaría sujeto a la maldición que lanzó Mons. del Portillo en la homilía de la misa funeral por Josemaría Escrivá en Villa Tévere, en 1975, y que dejó abrumados y perplejos a cuantos la escuchamos.
Por esta web se conoce la advertencia y llamada al orden que el mismísimo Papa Benedicto XVI hizo al Prelado del Opus Dei en 2010, acerca del modo fraudulento e irrespetuoso con el derecho de la Iglesia en la práctica de la dirección espiritual que hace la Obra. La confidencialidad, el sigilo sacramental, el secreto de oficio, el secreto profesional y la libertad para tratar temas de la propia conciencia cuándo y con quién libremente se decide personalmente, han sido violados sistemáticamente por el Opus Dei desde los comienzos, lo que ha provocado en la actualidad lo que ahora vemos: una desconfianza tremenda hacia la institución y un daño irreparable en muchas personas de buena fe que fueron y son engañadas. Los testimonios tanto de los que fuimos verdugos como de los que fuimos víctimas son innumerables. Algunos quedan relatados públicamente para la historia en esta página web.
En estos tiempos dicen quienes permanecen dentro que los directores locales no reportarán por escrito, para conocimiento de todos los superiores, las circunstancias e intimidades de conciencia de las personas que saben por sus charlas de dirección espiritual y confesiones con personas de la Obra. En adelante, el modus operandi será que todo ese conjunto de informaciones entre directores pasará de unos a otros exclusivamente de forma oral. En realidad, nada va a cambiar. Si la Obra respetara verdaderamente la libertad y las conciencias en la dirección espiritual, no habría en las comisiones y delegaciones más cargos que los vicarios y el administrador, pues el resto de directivos gobiernan y viven DEL CUENTO, o, de lo que les cuentan.
Sale a la luz pública cómo el Opus Dei maltrata y mercadea con algo muy sagrado que desde siempre defendió la Iglesia Católica: la conciencia de las personas, ofreciendo una dirección espiritual que la Iglesia Católica no reconoce como propia, por ser contraria a su doctrina. Lo que sí cabe esperar es que, por desgracia con retraso, las autoridades de la Iglesia intervengan enérgicamente y acabe con estos abusos. ¡Cuánta razón tiene el papa Benedicto al afirmar que el verdadero mal de la Iglesia está dentro!
Miki Mouse
