Mi intervención de hoy no es a título personal, sino por cuenta de una ex numeraria auxiliar que vive aislada en un pueblo pequeño y sin conexión a internet. Yo trabajé con ella en una administración en nuestro primeros años en la obra.

Quería publicar con su nombre y apellido, pero yo la desaconsejé, puede tener en el futuro sorpresas desagradables con la difusión indiscriminata de sus datos. Sin embargo, cualquiera de las directoras de la obra italianas que lea puede reconocerla. Agustina, por supuesto, tiene todos sus datos.

No supo darme un nick y por esta razón se lo atribuyo yo: Leonisa, por el coraje con el que ha intentado hasta ahora tener justicia contra el Opus Dei que no sólo, como es constumbre, nunca le entregó sus salarios en los años en que ella vivió allí, sino que le negó el dinero que según la ley italiana la empresa tiene que pagar –más o menos correspondiente a una mensualidad de salario por cada año de trabajo- en el momento en le que decidieron –ellas, las directoras del Opus Dei- que Leonisa ya no podía seguir dentro del Opus Dei y la echaron.

Cuando supo de la demanda de la numeraria auxiliar francesa, quiso que enviara en su nombre los dos documentos siguientes [1 y  2]: ella espera que puedan ayudar a esta nax en su demanda, pues la ley italiana reconoció sus razones y sólo la falta de capacidad de sus abogados (¿debida a falta de profesionalidad? ¿A temores?...) impidió que el resarcimiento fuera proporcional al daño sufrido.

Un saludo para tod@s,

Elena