Leonisa.- Haenobarbo
Fecha Wednesday, 28 September 2011
Tema 077. Numerarias auxiliares


He leído con mucha atención los escritos de Leonisa publicados en la web el lunes pasado, y realmente no salgo de mi asombro y no puedo contener mi rabia.

Sus escritos no difieren sustancialmente de lo que otras Auxiliares han escrito aquí, y aun de lo que algunas ex numerarias y supernumerarias han escrito alguna vez, por lo cual no tengo razón alguna para poner en duda lo que dice.

Pero pongámoslo en duda: supongamos que Leonisa está loca; supongamos que es una persona de mala voluntad, una persona que solo quiere hacer daño al Opus Dei. Y entonces me pregunto...



¿Por qué Leonisa estuvo ahí? ¿Quién la sacó de su apacible mundo junto a ese lugar extraordinario que es el Gran Sasso? ¿Fue ella acaso la que apareció un día por un centro del opus Dei y haciendo gala de malas artes logró colarse ahí?

Leonisa tenía 17 años: supongamos que ya entonces estaba mal de la cabeza (perdón Leonisa por suponer esta barbaridad, es solo un ejercicio mental) ¿Quién fue la estúpida – con perdón – que pensó que Leonisa podía ser del Opus Dei? ¿Quién fue la Directora que permitió tal dislate? ¿Estuvo en la lista de San José? ¿Quién fue el cura que opinó, luego de oír a la pequeña Leonisa en confesión, que daba la talla para ser numeraria auxiliar del Opus Dei? ¿Quiénes fueron las señoritas directoras de la Delegación que concedieron la admisión? ¿Con qué criterio?

Por esa época aun vivía el Fundador: ¿qué opinó la Asesoría regional de Italia respecto a Leonisa? ¿Y la Secretaria Central? ¿Y la Vice secretaria de Auxiliares?

La voracidad insaciable de esta gente concedió a Leonisa todas las incorporaciones: se hicieron los informes “de conciencia” correspondientes, opinó su consejo local, opinó el confesor del centro, opinó la Delegación, opinó la Asesoría, concedió la fidelidad el Padre con el voto de la secretaría central y ¿el pato lo paga Leonisa?

¿Qué sanciones ha tenido toda esa cadena de mando por admitir a una loca que no daba la talla? (perdona otra vez Leonisa, ni estás, ni nunca has estado loca). Son ellas las que deben pagar su error al haberla admitido, si es que entonces ya estaba enferma y si se enfermó después, por no haber sabido poner los medios para que su vida fuera feliz. Su gula por captar gente es de tal naturaleza que no son capaces siquiera de ver a quien admiten y si lo ven, no las cuidan.

Quien lee los escritos de Leonisa, se dará cuenta de que casi todas las sucesivas incorporaciones se le concedieron cuando ya estaba enferma, y así y todo se las concedieron. Y estaba enferma por culpa de ellas, de las Señoritas, de las Directoras que carecen de sentido común, que aplican los reglamentos, las notas y los Vademecums, sin pensar, como autómatas, que han perdido el más elemental sentido de la humanidad. ¡Si habré visto yo como trataron a una de sus hermanas loca…..!!! ¡¡Miserables!! Sé de lo que hablo.

Pero no, Leonisa no estaba enferma, Leonisa era una chiquilla de 17 años a la que le robaron la vida, a la que molieron a palos con el trabajo y con la indiferencia, como a tantas otras Auxiliares a las que han devuelto a la vida normal baldadas y sin poder trabajar. ¿Por qué no la dejaron ir? ¿Quién sino ustedes miserables, la persuadieron de que tenía vocación? ¿Le han pedido perdón? Porque fueron ustedes, Directoras, las que la convencieron de su vocación. Fueron Ustedes las que no la dejaron irse cuando se enfermó por el ambiente viciado y venenoso que hay en sus casas.

La echan a la calle y ni siquiera son capaces de pagarle lo que en justicia se le debe: pero Dios no olvida. Ya lo verán el día del tremendo Juicio, y entonces no podrán decir que obedecían los Vademecums y las notas, ni siquiera que actuaban ad mentem Patris, porque cada una tiene conciencia y está obligada a actuar conforme a ella.

Y el Prelado ¿Qué hace el Prelado? Como siempre calla. Mira para otro lado. Don Javier… ¿así vive la paternidad? ¿es que no le importa lo que hacen con sus hijas e hijos? ¿no le duele verlos enfermarse? ¿no le importa dejarlos en manos de unas ignorantes que creen complacerlo aplicando a rajatabla las notas que reciben? Un día, en una tertulia oí a Don Alvaro hablar de una numeraria a la que se había mantenido dentro de la Obra contra su voluntad por muchos años y al final se la había dejado ir enferma y aunque ahora digan que miento, le oí decir textualmente: “esas son las injusticias de la Obra”. Si Don Javier, la Obra comete injusticias, y la de Leonisa es una de aquellas que debería quitarle el sueño.

Haenobarbo







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