Todos cuentan con la libertad de acudir directamente al Padre o a un Director Regional o de la Delegación, para hablar de la propia vida interior.
Padre, ¿lo dice en serio? ¿Para qué?… ¿Para que me digan que vaya a darme un paseo o que juegue un partido de tenis? ¿Para que me lleven de excursión? ¿Para que me sugieran que cambie de ciudad?… ¿Para que me lleven al médico o me digan que estoy cansado y que me conviene tomar unas cuantas pastillitas? No, no Padre, mejor no.
Ya lo he visto hacer a muchos hermanos míos obedientes y ya he visto como han acabado destruidos física e intelectualmente. Hablar con usted o con los directores no sirve sino para levantar la perdiz, con ustedes no se debe hablar si se quiere terminar sano psíquicamente. Lo siento, pero es así.
Juanma