Los santos y su celo: el caso de Escrivá.- E.B.E.
Fecha Monday, 05 December 2011
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


A pesar de las opiniones entusiastas, pienso que en la Historia de la Iglesia no ha existido jamás un caso de descanonización. A lo sumo algún papa habrá determinado que un supuesto santo jamás fue santo, pero no que “un santo ya no es más santo”. Habrá que consultar a algún especialista en historia de la Iglesia.

Me gusta la postura de María Angustias sobre la posibilidad de declarar nulo un proceso, pero no estoy seguro de que eso sea teológicamente justificable, o al menos aceptable por los teólogos. Es decir, a mí me parece completamente razonable, pero ya me imagino que más de un teólogo dirá que la infalibilidad misma del papa está garantizando la imposibilidad de nulidad y equivocación en todo proceso de canonización. Triste, pero es lo más probable que suceda.

Ya me gustaría leer algún buen libro sobre canonizaciones polémicas, que sin duda las debe haber más de lo que sospechamos. Imagino que de su lectura, se podría concluir que el caso de Escrivá ha sido paradigmático y no superado por ningún otro candidato. ¿Por qué? Ciertamente debe haber personas canonizadas que habrán llevado adelante acciones cuestionables, pero lo interesante de Escrivá es que dañó a su propia gente, a sus propios “hijos espirituales”.  ¿Cómo se justifica teológicamente esto? No le encuentro la vuelta.

Me resulta más entendible “históricamente” un santo que “masacró infieles”, que otro santo que “dañó a sus fieles” (entre los daños está el fraude laical-vocacional, que es neurálgico). Uno podría suponer que el primero se dejó llevar por un celo auténtico que le llevó a defender “lo propio”, la propia fe y su propia gente (dejando de lado, de momento, las justificaciones morales más profundas), como quien defiende a su patria.

Pero no se entiende cómo, a otro santo, su celo le haya llevado a dañar “a los propios”, lo que se podría llamar “traición a su patria, a su tierra, a los suyos”. Ni siquiera Abraham, con su celo, llegó a matar a su hijo (Dios lo frenó a tiempo), por lo cual no encuentro antecedente alguno que justifique o haga comprensible “el celo” destructivo de Escrivá (alentado y apoyado por Dios), el cual “en teoría” le llevó a justificar el uso, el engaño y en definitiva la defraudación a “los suyos”.

Si bien es prácticamente imposible que Escrivá sea “descanonizado”, al menos por curiosidad me gustaría conocer la justificación teológica (que incluye el análisis de la virtud de la caridad) por la cual Escrivá es santo.

Lo penoso del asunto es que los folios y expedientes de un proceso de canonización son secretos (y todos esos secretos se los lleva a la tumba cada participante de dicho proceso). Tampoco tengo noticias de que alguna vez se hayan hecho públicos en algún caso particular. Por eso lo que escribía hace un tiempo atrás: la canonización se parece a un blindaje, donde se pone fin a la discusión de un asunto y no se habla de más ello, para siempre. Horrible sensación.

Saludos,
E.B.E.









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