He leído el comentario de Charlypitt (14/12/2011) y creo que no va muy encaminado al confundir la fe cristiana con la obediencia ciega en la iglesia católica y sus dogmas. Igual Opuslibros no es el lugar, pero bueno... Apoyo punto por punto lo que dice Giovanna, la infalibilidad es algo que no viene a cuento, un absurdo que sólo se le ocurrió a un Papa con el apoyo español e italiano. Crême de la crême intelectual, vamos. La fe en Cristo no depende de lo que diga un papa, faltaría más. Ni lo que diga la iglesia. La fe es un don de Dios.

Entiendo que en estos tiempos de orgullo católico, de reacción restauradora, de sacar músculo fervoroso, esté de moda hablar de la Iglesia como una maravilla y de cascar lo de católico acá y allá (Universidad Católica/Hospital Católico,etc). Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces.

Ya sé que resulta cansino repetirlo, pero hasta hace poco el papa era un rey más, con sus ejércitos, sus eunucos, sus esclavos, sus concubinas y sus astrólogos. Ni más ni menos. En muchas cortes europeas, hasta el renacimiento, los funcionarios eran curas, desde el jefe hasta el último. Enrique I de Inglaterra no pudo hacer obispo de Canterbury al jefe de su chancillería, porque tenía ¡5! hijos, así que le hicieron obispo de Gloucester. El obispo que fundó Oxford lo hizo con el botín ganado apoyando con su ejército al rey contra la revuelta de Momfort. Suma y sigue. Los obispos electores alemanes hasta el siglo XVII tenían ejércitos, que participaron en la guerra contra los husitas y la de los 30 años. El gran Kepler tuvo que pagar una multa de 10 florines para que el católico príncipe de Graz le permitiera enterrar a sus hijos por el rito luterano. Más tarde fue excomulgado de la iglesia luterana por sostener tesis cercanas al calvinismo. No se sentía lejano de nadie por su adscripción religiosa: católicos, judíos, luteranos, anabapatistas.... ¿con quién preferirías hablar, con Kepler o con Torquemada? Pues eso...

Pero no para ahí la cosa: JP II no tuvo problemas para hacer turbosanto a Escriba y a otros cientos de personas. Frente a eso, a los mártires de la Iglesia sudamericana no se les ha nombrado ni Beatos. Ni Siervos de Dios. Y mira que han muerto miles, con Monseñor Romero a la cabeza, por la causa de los pobres... Si después de eso seguimos pensando que la Iglesia no falla, que criticar sus errores es traicionar a la fe, etc., etc.,... es que entenderse es prácticamente imposible.

Por cierto, si Escriba era doctor en derecho, no olvidemos que Martin Lutero colgó la toga para coger la sotana... ¿será coincidencia? :-D

Con Dios

Ramón