Vocación sacerdotal.- Perladeladriatico
Fecha Wednesday, 28 March 2012
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Queridos lectores: casi siempre intento en mis escritos plasmar lo que sale del corazón, en lo referente a los sentimientos, y lo que conozco o deduzco en referencia a los comentarios. Doy las gracias a Haenobarbo por su respuesta argumentada del pasado 26 de marzo, respecto a la vocación sacerdotal en el Opus Dei.

Querido Haenobarbo: me permito hacerte llegar unas observaciones, que no críticas, a tu escrito, en el bien entendido, espero, de que tu escrito sea el fruto del conocimiento y no de tu opinión, pues si fuera esto último me preocuparía muy mucho. Paso a explicarme...



He procurado entender las razones por las que consideras que la vocación sacerdotal dentro del Opus Dei es una vocación válida, que responde a una llamada del Espíritu Santo, como creo que debe ser. Lejos de negar que puede que haya y de hecho casi siempre hay intermediarios por los que se transmite esta llamada, no dejo de olvidar que tal "vocare" debe producirse en un clima en el que el "aspirante" esté con el corazón abierto para poder oir tal voz. Un numerario ha recibido, si se puede llamar así, aunque me resista a ello, una vocación a la vida laical, en la que, tú mismo afirmas que NO debe haber como condición sine qua non, la intención de ordenarse. Pero por otra parte, unas líneas antes dices que "todos los numerarios están dispuestos a ordenarse si el Padre los llamara..." Comprenderàs que estas dos premisas están diametralmente opuestas y enfrentadas. O sea, escribo para plasmar lo que he entendido que quieres decir: un numerario no puede pedir la admisión a la Obra como tal si no explicita que no lo hace con la intención de ordenarse pero una vez dentro y admitido, está dispuesto (que no llamado) a ordenarse si el Padre se lo pide. ¿Esta afirmación incluye que el numerario entiende que el Espiíritu Santo llama a través del Padre? Y, ¿entiendo bien que has escrito disposición? Si es así, ¿dónde queda pues la luz de la llamada?

Hablas también de que un numerario puede expresar su disponibilidad y no su deseo. ¿Entiendo pues que una persona se ofrece para una vocación al ministerio sacerdotal por disponibilidad y no por deseo propio? ¿Dónde queda pues la voluntad personal del que pide ser sacerdote porque ha sentido una llamada y dice sí? Dios llama y la persona llamada es la que, movido su deseo mediante las gracias de la llamada, responde afirmativamente a Dios, no al Padre.Y responde por deseo propio, no por que esté disponible. Veamos, si yo estoy disponible pero no siento una llamada clara y dirigida especialmente a mi, tal que no mueve mi deseo de ofrecer mi vida, ¿porque esté disponible voy a decir que tengo vocación? NO. Eso no es vocación. Y si los sacerdotes de la Obra lo son siguiendo estos parámetros no dudo de la validez de la recepción de sacramento del orden, pero dudo y mucho de su licitud.

Efectivamente el espiritu Santo no se aparece a nadie ni envía escritos, pero llama al fondo del corazón de forma clara, inequívoca, fuerte, rotunda, contundente, amorosa, abriendo mi deseo a formar parte del orden sacerdotal. Y no creo que un intermediario que "propone" la ordenación en función de las necesidades numéricas y no de las características del interesado y de su DESEO, sea una verdadera voz del Espíritu.

Copio textualmente tus palabras:

"¿Esa llamada es válida? Si, es válida: el Espíritu Santo se manifiesta a través de los pastores, quienes son los únicos que legítimamente pueden llamar. Es así de simple y así de maravilloso el tema de la vocación."

Fíjate como hablas de legitimidad en la llamada, cosa que no puedes saber pues nadie que no sea el interesado puede legitimar la voz de una llamada. No, Haenobarbo, no es tan simple aunque si estoy de acuerdo que es maravilloso.

El sacramento del orden es válido porque su administración ha sido válida por parte de quien lo imparte, que es el msimo Dios a través de unos pastotres (obispo, prelado, etc), pero como en todo sacramento la voluntad del interesado es fundamental. No sería la primera vez, aunque no sea frecuente, que a un sacerdote se le anula el ministerio precisamente porque en él no había DESEO de recibirlo, aunqué quizá hubiera disponibilidad.

En el caso del matrimonio se producen nulidades por no cumplirse las condiciones necesarias para recibir el sacramento. ¿Por qué no se pueden producir en el sacerdocio si no ha habido tales condiciones?

Y acabo en lo referente a la exigencia. Por supuesto no creo que nadie pueda exigir ser ordenado, pero sí puede y DEBE pedirlo y desearlo. Y creo entender que en la Obra no es "de buen espíritu" que ningún numerario PIDA la ordenación. ¿Pero sí es "de buen espíritu" estar disponible? La disponibilidad es condición necesaria pero no suficiente. Ese, el deseo, sí es condición sine qua non para una ordenación válida, lícita y legítima. No es suficiente la llamada de un intermediario. La llamada es divina y Dios nos hace libres para responder con un SÍ o con un NO a lo que mueve mi deseo. ¡Pobre cura sería el que se ordena porqué está disponible pero en el fondo de su corazón no lo desea!

Los apóstoles pidieron a Jesús que les mostrara el camino. Le pidieron que los hiciera discipulos suyos.

Perladeladriatico







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