No tomaras el nombre de Dios en vano. Comentario para Mangeles.- Dionisio
Fecha Wednesday, 04 April 2012
Tema 080. Familias del Opus Dei


Querida Mangeles:

Me han impresionado mucho tus palabras. Lo que dices es muy oportuno para ayudar a abrir los ojos a los padres supernumerarios. No todos son como tú los describes, pero hay muchos desde luego, y ese modelo enrarecido, inhumano es precisamente el que el opus trata de inculcar en las familias. Familia-colegio-club-amistades-vacaciones-lecturas-diversiones, toda una cadena cerrada y controlada con la finalidad de conseguir vocaciones de numerari@s. No faltan desde luego los supernumerarios que se saltan a la torera todo ese tinglado para pescar a sus hijos. No son la mayoría, son los que llaman “poco encajados” o “poco entregados”...



Lo que más me impresiona de esa serie de preguntas retóricas que haces es que muestran esa hambre de afecto familiar que tienes y que te honra. Creo comprenderla a pesar de que yo no he estado en tu situación. Debe ser tremendo tener una familia y que a veces sea como no tenerla, que sabes que son buenísimos, pero que parecen que están como poseídos por una fuerza externa que los controla.

Para entender lo que les ha pasado a tus padres, lo que nos ha pasado a muchos de los que hemos estado en el lado oscuro, te recomiendo mucho que leas algo, aunque solo sean los artículos de Wikipedia, sobre los experimentos de Milgram y de Asch respectivamente. Son dos investigadores que se proponen investigar sobre la obediencia a la autoridad y sobre la presión social del grupo. Cuando los leas podrás darte cuenta de que las barbaridades que hemos hecho mientras estábamos en el lado oscuro no son completamente nuestra entera responsabilidad, que el opus ha tenido un control sobre nosotros absolutamente increíble.

Cuando tus padres te obligaban a ir al club estaban convencidos de que obedecían la voluntad de Dios. ¡Nada menos! ¡Se dice muy pronto! Nos machacaron millones de veces con la frasecita de que “el que obedece no se equivoca”. Y es mentira, porque el que obedece se puede equivocar ya que no está obedeciendo a Dios, sino a un iluminado que se cree que está en posesión de la verdad y que cree conocer la voluntad de Dios. Mira, yo siempre tuve mucha dificultad para entender bien el mandamiento de no tomar el nombre de Dios en vano. Vale, lo de no jurar por tonterías y lo de no blasfemar lo captaba, pero tampoco es un asunto como para ponerlo en segundo lugar. Pero ahora lo veo en su plena dimensión. Es un pecado enorme (véase a Milgram) que venga un Fulano, peor si es cura, a decirme que sus ideas, caprichos, manías, obsesiones y prejuicios son la voluntad de Dios. ¡Anda ya! Pues eso es lo que pasa en el opus, y vas a ver lo que les cae en el Juicio con Aquel que no pueden engañar con su palabrería y sus trucos.

Aunque no me lo has pedido, me voy a atrever a darte algunas ideas que posiblemente te sirvan de ayuda, o le servirán a alguien, que nada se pierde. La primera idea, que aunque ya la tienes, te recomiendo que refuerces constantemente es el convencimiento de que de verdad tus padres te quieren; no fingen, no aparentan, te quieren mucho. La segunda es posiblemente más polémica, pero yo la creo, te han querido de la mejor manera que han podido; en otras palabras, en cada momento hicieron lo que les pareció era lo mejor para ti. Estaban absolutamente convencidos de ello. Han habido padres (no los tuyos) que han llegado a decir convencidos: “prefiero verte muerto que condenado al infierno”. Es una burrada, pero si te pones en su lugar… sólo se muere una vez, pero el infierno es eterno. La tercera idea es que ellos no te comprenden, y peor aún, posiblemente no puedes hacer nada para que te comprendan. Nadie puede forzarles a comprenderte, a cambiar el sistema de creencias con el que han gobernado sus vidas y su familia, incluida tú. Cuarta idea. Sin embargo, tú estás mucho mejor dotada para comprenderles a ellos, si quieres, y comenzando por esa comprensión abrirte a quererles sin condición alguna, siendo como son, haciendo lo que hacen y pensando como piensan, cosa que seguramente ya haces, pero que siempre es susceptible de mejora. Lo cual no implica en absoluto que debas someterte a sus deseos. Desde tu comprensión, tu serenidad, tu felicidad fundamentada en tu identidad, te mostrarás auténtica, sin provocar, sin desafiar, pero sin disimular. Cosa que puedo intuir has venido haciendo bien.

Con estas cuatro ideas en el bolsillo del alma, no te digo que arreglarás las cosas, pero puedes sentir mucha más paz, puedes ser feliz en esas circunstancias. Y con un poquillo de suerte, un día se les abrirán los ojos y comprenderán cómo les han manipulado, y tú estarás allí para consolarles.

Un abrazo muy fuerte para todos. Que Dios nos bendiga mucho por la Semana Santa y por lo mucho que le agradecemos la belleza de la primavera.

Dionisio el Areopagita







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