Mi historia (6): La manipulación de mis amigos.- Ricardo
Fecha Monday, 23 April 2012
Tema 076. Agregados


Mi historia (6): La manipulación de mis amigos

Debo de de reconocer ahora, reconocer con vergüenza, la manipulación que me enseñaron a hacer, que hice y que enseñé a otros dentro de la obra. Estoy seguro de que tendré que rendir cuentas a Dios por esto. Dentro de la obra aprendí a hacerme de amigos por doquier, amigos por decirlo así, porque lo que me movía realmente era el interés proselitista, ese compelle intrare que el fundador predicaba, una terrible interpretación que hacía de aquel pasaje del evangelio, siempre guiado del director, un tipo con un temperamento seco y duro como un tronco viejo pero de abolengo, por lo tanto con un cargo en comisión regional y con derecho a humillarte de la manera más dura. Aquel director me enseñó a "trabajar con las almas"…



1. Ubicar a una cara bonachona, si no, desechar. Durante las actividades del centro me sumergía en esta actividad, me acercaba a estas "caras" y fingía interés en sus actividades y entorno familiar, social y universitario. Hice esto muchísimas veces, obviamente que despreciaba a las caras que no cumplían estos requisitos, los despreciaba aun cuando ellos me buscaban buscando conversación. Recuerdo que una ocasión un muchacho que no era del tipo de san rafael empezó a acercarse a mi recurrentemente, por lo que empecé a conversar con él en varias ocasiones. Me pareció un buen muchacho aunque a leguas no era "pitable", llegó a agradarme su conversación. Ese hecho fue el motivo de burla de algunos, se reían al decir: "tu amigo". Mi buen director era el primero, hasta que las bromas se transformaron en una orden: "no vuelvas a hablar con él".

2. Si interesa el muchacho, hay que empezar el proceso de hostigamiento. Creo que la mayoría de los que entran a la página conocen el proceso: sumergirme en los intereses del otro -mentir si es posible-, conseguir el número del teléfono y hostigarlo con invitaciones al centro o a comer, merendar o pasear, explorar su religiosidad y plantearle las normas. Cuando veía el terreno fecundo comunicaba que era una posible vocación.

3. Contar todo al director y al sacerdote. Lamentablemente hice eso muchas veces. El sacerdote no dudaba en contarme cosas de mis "amigos" sobre todo si iba con el tema vocacional. El director nunca dejaba de insistir en que le diera nuevos datos, algunos muy íntimos como los relacionados con la pureza.

4. Si todo resulta, bien plantear vocación. Es increíble que una persona común y corriente como yo convenciera a varios jóvenes de vivir el celibato. Yo no era ningún experto ni mucho menos, sin embargo les decía que yo tenía experiencia y sabia reconocer quien tenía vocación. Qué increíble soberbia. Si el muchacho no respondía, mejor no seguir.

La violación de la dirección espiritual era muy común. Ejemplos: una vez le dije a uno de casa que fulano podía pitar, el de casa me dijo que fulano tenía problemas de pureza y que era difícil que pite; era más de lo que yo me quería enterar. Otra vez, uno de casa me dijo: "oye, vi a tu amigo fulano confesarse en tal parroquia, sería mejor que le digas que se debe de confesar en el centro… (así el sacerdote podía darnos todos los datos de él). Otra vez hablaba con el director acerca de un muchacho estupendo y al hablar de su posible vocación y preguntarme sobre su familia, le dije que estaba bien constituida. Acto seguido me preguntó de su situación económica, le dije que era media alta y me dijo ¿entonces puede ser numerario? Bueno sí le dije, supongo.

Hubo también muchos desechados bajo el mando de mi director. Como dije es algo que me avergüenza. Gracias a Dios me di cuenta de eso antes de salir de la cosa, y enmendé lo que pude.

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