¿POR QUÉ MIENTEN? YO SÍ TENGO PRUEBAS
Marta Domingo, 8/06/2012
Al leer el escrito de Káiser me he quedado anonadada. Me cuesta mucho escribir porque difícilmente puedo transmitir correctamente la dualidad de sentimientos que ahora mismo tengo. Perdonad si me remonto a los 70's.
Me hice de la Obra en 1969 trabajando en el Centro Educativo Pineda, el primer año que esta escuela abrió, cuando todavía ocupaba los altillos de un local comercial en Bellvitge. Pité el mismo curso después de ir al ¿ICU? a Roma en Semana Santa...
Trabajé unos años allí, antes de que me enviaran a Palma de Mallorca, y tengo muy buen recuerdo del ambiente de trabajo y de la gente. Con los años volví a Pineda y en el momento en que decidí irme de la Obra era la subdirectora de Pineda, Obra Corporativa del Opus Dei. Fui numeraria 10 años.
He leído testimonios de personas que trabajando en el mismo sitio y con las mismas numerarias que yo, fueron muy desgraciadas y se lo pasaron francamente mal. Me consta que su testimonio es tan válido como el mío. Es totalmente cierto lo que cuentan. Una vez más son las dos caras de la misma moneda.
Al año de irme acabé trabajando en una universidad americana, en EEUU. Tuve que justificar mi currículum y pedí a la delegación un certificado.
No había tenido contacto con nadie más y ya me había casado. Sin ninguna contrapartida me lo enviaron. Estoy sorprendida por lo que hicieron, pues lo que es normal en el mundo laboral no suele serlo dentro de la Obra. Supongo que tuve suerte de las personas que en aquel momento atendieron mi petición.
En mi casa dicen que tengo el síndrome de Diógenes. Lo guardo todo.
Aquí incluyo el certificado que me enviaron de los años que trabaje en la obra corporativa Pineda y paralelamente el historial oficial de los años que coticé a la Seguridad Social. Si alguien tuviera alguna duda de su validez puedo presentar los originales a un perito para que certifique su autenticidad. También lo pueden corroborar profesoras que trabajaron conmigo, con las que ahora mantengo una buena amistad.
Repito la pregunta: ¿Qué necesidad tienen de mentir? Con decir que fue un error y que ya han puesto los medios para legalizar la situación laboral de todas las personas que están bajo su responsabilidad, no pasaría nada. Todos nos equivocamos. Pero no, no sólo obligan a rectificar una verdad, sino que probablemente, esto no lo sé, lo intuyo, "presuntamente" chantajean a una persona que intentaba ayudar a otras.
Por si alguien duda de cual es la "política laboral" del Opus dei, podréis comprobar que el año 1978 sólo coticé 49 días y los primeros cuatro años ni un día. TOTAL: DE CINCO AÑOS TRABAJADOS, COTICÉ 49 DIAS.
........Que Doña Marta Domingo Rivera, fue profesora de Pineda, durante el curso 77-78, impartiendo la disciplina....
Fecha de alta 08/05/1978 Fecha de baja 25/06/1978
Del año 1968 al 1971 (adjunto certificados) no estuve asegurada.
No sé qué ha pasado con Káiser, pero lo que me ha quedado claro es que lo que desmiente es precisamente toda la verdad.
Káiser, una vez más se han equivocado. Para lo único que ha servido tu escrito es para poner en evidencia quien tiene la razón. Toda mi empatía está contigo. Probablemente yo habría hecho lo mismo estando en tu lugar.
He estado unos treinta años totalmente desvinculada de todo. Descubrí OpusLibros hace unos dos años.
Quiero agradecer especialmente al trabajo de Agustina el que me haya permitido poner las cosas en su sitio. Soy de las que ven la botella siempre medio llena, incorregiblemente optimista, y con una confianza eterna en la bondad y la justicia universal. Evidentemente mis hijos lo tienen fácil para tomarme el pelo.
Tal vez por mi forma de ser me duele tanto ver lo que está pasando y que la Iglesia gire la cara para no ver cómo estas personas, en nombre de Dios, consiguen casi siempre lo que se proponen. Porque lo que le han hecho a Káiser solo lo entiendo bajo este prisma. Y Agustina, no lo olvidemos, aún pendiente de juicio.
Me gustaría poder decirles a los responsables de dentro: Es todo un trabajo muy sobrenatural, señores míos. No me extraña que necesiten tanto dinero. Al menos en este aspecto les reconozco que han ganado por goleada. Pueden permitirse el lujo y el coste de denunciarnos a todos y cada uno sin que se arruinen ni merme su patrimonio un ápice. Son poderosos y lo saben.
Se que pasé momentos muy difíciles en el proceso de irme, que había hecho testamento a favor de tres personas desconocidas, que firmé algunos documentos que no entendí nunca, que tuve que redactar, siguiendo una pauta y haciendo constar mi título, una carta para la famosa beatificación, que mi familia sufrió, que tuve que empezar de cero como todos, sin ningún tipo de ayuda... pero no puedo ni quiero sentir rencor ni odio. Allá ellos.
Para todos vosotros un fuerte abrazo y sabed que ya contáis conmigo para todo.
Marta
mdomigo@xtec.cat
