¿Pervive todavía el franquismo en dos o más prelaturas personales?.- Josef Knech
Fecha Monday, 18 June 2012
Tema 010. Testimonios


Agradezco la información que nos dieron Hormiguita y Casimiro (15.06.2012) sobre la posibilidad de que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, fundada en 1971 por el arzobispo tradicionalista Marcel Lefèbvre (1905-1991), si es que regresa a la plena comunión con la Iglesia Católica, sea erigida pronto como prelatura personal. De momento, no voy a comentar esta cuestión, que se encuentra in fieri, a la espera de próximos acontecimientos. Simplemente voy a confesar en público un pensamiento que brotó en mi imaginación calenturienta en los años en que estudiaba en la Universidad de Navarra, a finales del siglo XX, cuando el Opus Dei fue erigido en noviembre de 1982 en la primera –y de momento única– prelatura personal de la Iglesia Católica...



En aquellos años, los gobernantes de la Iglesia Católica, en aplicación del nuevo Código de Derecho Canónico del año 1983, evaluaban la posibilidad de que los antiguos vicariatos castrenses fuesen transformados en prelaturas personales. A los gerifaltes del Opus Dei les agradaba mucho esta idea; por eso, se sintieron muy decepcionados cuando esa posibilidad se frustró, ya que los vicariatos castrenses fueron estructurados jurídicamente como “ordinariatos militares” en 1986 mediante la Constitución Apostólica Spirituali militum curae y no como prelaturas personales. (Advertencia: los nombres que adquieren los ordinariatos militares en los distintos países son diversos [Archidiócesis para los Servicios Militares, Arzobispado u Obispado Castrense, Diócesis Católica de la Defensa, Obispado Católico de las Fuerzas Armadas, etc.], pero el término estándar es Ordinariato Militar). Recuerdo el enfado y la frustración de los canonistas del Opus cuando les llegó en 1986 la noticia de la creación de los nuevos ordinariatos militares.

 

Por otra parte, el cardenal Joseph Ratzinger, actual Papa Benedicto XVI, que tiene muy claro, como sabemos, que las prelaturas personales, a diferencia de los ordinariatos militares, son asociaciones de sacerdotes seculares y que, al no ser iglesias particulares (como sí lo son los ordinariatos militares), no forman parte de la estructura jerárquica de la Iglesia, propuso desde muy pronto –tal vez en el mismo año 1983– que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X fuera erigida en prelatura personal en el contexto de la aplicación del nuevo Código. Esta propuesta de Ratzinger no era comentada entonces, que yo recuerde, ni a favor ni en contra por los canonistas y teólogos del Opus porque aún se veía como una posibilidad muy remota; en cambio, la cuestión de los ordinariatos (o posibles prelaturas) militares, que ya estaba en marcha y se zanjó en 1986, fue objeto de minuciosos debates en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de Navarra.

 

Entre los años 1982 y 1986, me vino a mi cabeza el pensamiento –algo morboso, debo reconocerlo– de que, si las tres primeras prelaturas personales de la Iglesia Católica hubieran sido el Opus Dei, los militares y los tradicionalistas lefebvrianos, nos encontraríamos con que tres pilares básicos del régimen político del General Francisco Franco (el Opus, el ejército y el tradicionalismo católico) hubieran pervivido en la Iglesia, años después de la muerte del dictador (1975), mediante la figura jurídica de prelatura personal creada en el Concilio Vaticano II. Jamás me atreví a exteriorizar esa ocurrencia porque los directores del Opus no hubiesen soportado una broma de tan mal gusto; además, como digo, a los militares no los erigieron en prelatura personal, sino en ordinariato militar, de modo que mi pensamiento burlesco se desmoronaba por completo, carente de fundamento.

 

Otro pilar básico del régimen de Franco fue el partido político “Falange Española Tradicionalista y de las JONS”. A primera vista, no parece correcto que un partido político se transforme en prelatura personal. Pero, teniendo en cuenta que esta figura jurídica es tan “amplia y permite encuadrar realidades distintas” –según palabras recientes de los propios canonistas del Opus Dei (ver nota de Casimiro)–, se abre a los falangistas, a quienes como partido político les va muy mal a día de hoy, la posibilidad de convertirse en prelatura personal; así les iría seguramente algo mejor. Si los falangistas acudieran al asesoramiento de los canonistas del Opus Dei, éstos les darían instrucciones para adoptar ese “traje a medida” y, a la vez, tan “amplio”... tanto, tanto, que muy pronto se convertirá en un “cajón de sastre”.

 

Imaginemos por un momento, con un poco de fantasía, la existencia de estas cuatro prelaturas personales: la prelatura del Opus Dei, la de los tradicionalistas católicos de Lefèbvre (Fraternidad Sacerdotal San Pío X), las prelaturas militares y la prelatura de la Falange. Sin duda, la pervivencia del régimen político del General Franco estaría asegurada, como él mismo dijo: ¡atado y bien atado!

Pido disculpas a los usuarios de opuslibros por haberles molestado con algo de mi imaginación calenturienta. No lo volveré a hacer más, pero confieso que me cuesta quitarme de la cabeza eso de que un “traje a medida” sea también muy “amplio” y válido para “realidades distintas”. Sólo un sastre mago, con los artilugios guardados en su cajón, puede lograr ese efecto tan espectacular.

 

Josef Knecht







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