No conocen a Dios.- Fletcher
Fecha Monday, 25 June 2012
Tema 090. Espiritualidad y ascética


En respuesta a Canaya:

Estimado amigo, no sé por qué tu mensaje me ha causado una honda impresión, más que otros testimonios desgarradores de exmiembros de la Cosa. A este respecto quisiera anotarte unas cosas, a ti, y a cualquiera que pueda leer este mensaje.

Verás, en tus palabras se confirma esa regla en virtud de la cual se ve que los que han conocido a la Cosa en su juventud, sin una experiencia previa de fe, probablemente la pierden si se alejan de la influencia de la Cosa. Como en tu caso, muchos se alejan hasta el ateísmo.

Yo soy el caso opuesto. Fui de la Cosa, pero mi conversión es anterior a conocerles y tratarles. Además, fui a un colegio religioso, por lo que estuve en contacto con otras espiritualidades y con textos y autores que ahora, sin embargo, veo con simpatía y que durante mi estancia en la Cosa despreciaba por heterodoxos y peligrosos.

Practico, rezo, estoy lo que llaman por ahí “comprometido” con la Iglesia, pero al igual que tú soy ateo. Sí, soy ateo, como tú, de ese dios, así con minúsculas, que es el Deus del Opus. Un dios perseguidor, que ha puesto en tu vida un campo de minas en forma de plan de vida, al que espera que falles en lo más mínimo para poder controlarte en confesión, ese diosecillo impertinente y malhumorado que te da si tú le das, que te ama si le amas, que te exige sin darte nada, de ese dios, amigo mío, también yo soy ateo.

A veces he conocido ateos que en realidad no es que no crean en Dios, sino que no creen en una visión llamémosla “pobre” de Dios. No me extraña. También he conocido alumnos de coles de la Cosa que estaban a punto de perder la fe por culpa de ese dios rácano y que volvieron a la alegría de la fe cuando vieron de nuevo al Dios de Jesucristo.

En los primeros tiempos tras dejar la Cosa, crecí en rencor hacia ellos. Sabía que era una pasión que tenía que purificar, porque en sí es mala, pero no sabía cómo. Un buen día, en una capilla, lo vi claro. El problema es que los de la Cosa no conocen a Dios, al Dios de Jesucristo, al Dios Amor, al innombrable Dios, al Sabio Dios, al Dios de Jesús, de Moisés y Abraham. Me di cuenta de que no están evangelizados, que esa ideología suya no es más que un sistema de ideas con un rudo fundamento moralista, pero que no conoce a Dios.

La Iglesia me enseñó el verdadero rostro de Dios de Jesús, fue dentro de la Iglesia, porque hay gente que sí le conoce y le predica, y desde entonces, desde que me di cuenta de ello, ha desaparecido el rencor y ha nacido la lástima y el deseo de evangelizarles. En eso estoy.

A Dios, ese tesoro del que nos habló Jesús, lo tienes en tu corazón, amigo Canaya, pero estoy de acuerdo contigo en que no lo encontrarás en la Cosa y en sus alrededores.

Son culpables, amigo Canaya, contigo y con muchos, de ofrecerte una visión de Dios tan falsa y tan dañina, pero te puedo decir una cosa, no culpes a Dios por eso, porque “su” Obra no es esa.

Un abrazo,

Fletcher









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