Suicido demográfico del Opus Dei (III y fin).- Desconcertado
Fecha Wednesday, 01 August 2012
Tema 100. Aspectos sociológicos


Escribá, en su visión profética del mundo, probablemente barruntó que el Opus Dei tenía fecha de caducidad. Por encima de las consideraciones estadísticas o sociológicas que se puedan hacer sobre "el fenómeno Opus Dei", las claves para responder al porqué del suicidio demográfico al que está avocado irremediablemente el Opus Dei nos las ofrece el mismo Sanjosemaría. Enunciemos algunas.

1. En el Opus Dei no hay caridad cristiana (falta amor de Dios. Los intereses que mueven a actuar en el Opus Dei son otros: influencia social, prestigio, copar puestos en la administración pública, crear una red de sociedades, y todo lo que recogen los Estatutos de 1941 publicados íntegramente de manera inédita en esta página web y ocultados hasta entonces a la jerarquía de la Iglesia y a los propios seguidores del Opus Dei). Sanjosemaría explica muy bien el porqué no tienen sabia nueva.

"Quien hace poco proselitismo, consigue pocas vocaciones; quien hace mucho proselitismo, consigue muchas vocaciones. Si no hay vocaciones, falta amor de Dios" (Escribá, Crónica III-66, p. 11).

2. El descenso del número de miembros y la salida en masa de numerarios se debe, como segundo motivo (y en palabras de Sanjosemaría), a que no se hacen las cosas como están mandadas, es decir, como manda la Santa Madre Iglesia, no como se les antoja a los iluminados del Prelado y los directores de turno. (Cfr. Carta del Prelado de octubre de 2011 y el caso de D. Antonio Petit).

"Deben salir muchas vocaciones, y, si no salen, será por nuestra culpa, porque no hacemos las cosas como están mandadas; porque no las hacemos con alegría y de una manera orgánica, de una manera constante, de una manera santificada" (Escribá, Meditación, 26-I-1963).

3. En el Opus Dei hay muchos cadáveres vivientes, sobre todo entre los numerarios que deben sufrir profundos trastornos psíquicos como consecuencia de las oligaciones que se les han impuesto y las manipulaciones de conciencia a las que se les ha sometido. (Cfr. los miles de testimonios de esta página web).

"El día que un hijo mío me diga que no hace proselitismo, que no se preocupa, que no reza, que no vibra, que no actúa —exclamaba nuestro Fundador—, yo le diré lo que se lee en el Santo Evangelio, cuando fue Jesús a resucitar a Lázaro, y los amigos de Lázaro decían: iam foetet (Joann. XI, 39), hiede. Este hijo mío, que no quisiera hacer proselitismo, estaría muerto y podrido. Y a los muertos yo no los quiero. ¿Está claro?" (Escribá, Crónica XI-62, pp. 36-37).

Está clarísimo.

Desconcertado









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