A propósito de los aspirantes y el Cardenal Basil Hume.- Mikołaj
Fecha Wednesday, 22 August 2012
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


           El tema hay sido motivo de múltiples –y muy buenas- colaboraciones en los últimos días. Quiero aportar un testimonio personal al respecto, que escuché directamente de labios de Álvaro del Portillo –que estalló indignado en una tertulia con los alumnos seminaristas del Opus Dei en Cavabianca contra el Cardenal británico- y era entonces Prelado del Opus Dei. No puedo precisar, porque se me confunden los recuerdos, si el estallido de ira fue concomitante al decreto del señor Obispo inglés –diciembre de 1981- o si fue en otra tertulia luego de la erección de la Prelatura personal, explicando a los presentes el tema de los aspirantes (recuerdo también que entonces, un sacerdote curial de perfil bajo, de esos que están en el inventario de la sede central del opus, desde tiempo inmemorial, antes y después de la prelatura, aunque ahora me parece que ha levantado el perfil con algún cargo en la Curia Romana, comentaba jocosamente a propósito de los aspirantes, que pronto tendríamos también “impelentes”…).

Pero lo que afirmo categóricamente, sin duda alguna, es que ambas cosas las escuché –y no en una charla privada o en un círculo pequeño, sino en una tertulia masiva dentro del coetus restrictus masculino del seminario y centros dependientes directamente del prelado en Roma- y las recuerdo con toda precisión. Seguramente habrá otros que también lo recuerden.

Respecto a la actuación de gobierno pastoral del Cardenal Hume, no ahorró adjetivos descalificantes. Decía del Portillo, indignado, que no tenía derecho a hacer eso, porque “nosotros” actuábamos legítimamente, conforme a derecho, y a la tradición multisecular de la Iglesia. Cosas similares le escuché decir de los obispos alemanes, aunque en este caso –me parece que por una cuestión personal de simpatía o de temor (en cualquier caso, de profundo prudencia en el lenguaje)-, respecto de los obispos alemanes, y de una indisumulada e indisimulable antipatía por todo lo británico.

Con respecto al tema de los aspirantes –si bien seguramente no era ajeno al trasfondo de la decisión la cuestión del episcopado alemán e inglés, y quizás de algún otro lugar- del Portillo explicó claramente que era la “solución” a la continuidad de la praxis del Opus Dei hasta entonces, (“lo que Dios le hizo ver a nuestro Padre….”)en el marco del cambio normativo impuesto por la sanción del Código de Derecho Canónico de 1983 y la erección de la prelatura personal, como muy bien lo explicó Gaudí. Recuerdo también que, en un momento posterior concomitante con sus palabras en esa tertulia, se aplicó esa “solución” también respecto de la sociedad sacerdotal de la santa cruz: podían pitar como aspirantes los candidatos a las órdenes no clérigos, cosa que se concretó y llevó a la práctica casi de inmediato.

En síntesis, lo de siempre, hacer lo que al Jefe máximo le dé la gana, “porque así Dios se lo hizo ver a nuestro Padre”, y obedeciendo fidelísimamente al Papa y a los señores Obispos, secundum quid. Quid est: hacer lo que al Jefe máximo le dé la gana “porque así Dios se lo hizo ver a nuestro Padre”…

Mikołaj Kopernik Toruński









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