Mucho se habla últimamente de los que abandonan el opusdei en buen plan y de los que lo hacen en mal plan.

Desde luego que no deseo generalizar, pero mi experiencia y la de personas que conozco me permiten plantear algunas ideas.

Resumo mi experiencia: Familia de padres supernumerarios en las que el tema de la obra era pan de todos los días, de manera que el opusdei era tan real y santo como la misma Iglesia. Pité de 14 y desde entonces intenté salir del opusdei durante los siguientes 12 años. En todo este tiempo viví convencido de que el opusdei era divino e inmaculado; tuvo un santo fundador -un pecador que amó a Jesucristo y que nunca pecó…-; unos sucesores del fundador que le siguieron la pista muy de cerca, unos directores virtuosos… Cuando por fin decidí salir, costara lo que costara, los directores en turno se encargaron de cargarme la conciencia de tal manera que hube de confesarme por mi falta a la fidelidad etc., etc…

Escribí una carta pidiendo la dispensa de mis compromisos hechos en la fidelidad y, convencido del mal que hacía, pidiendo perdón a Dios, al padre, a mis hermanos en la obra. Salí y viví cerca de 15 años con el sentimiento de culpa por no haber sabido ser fiel a Dios en una vocación que Él me había otorgado desde la eternidad. Continué por años cerca de la institución, me confesaba con sacerdotes de la obra, en temporadas acudía a algún círculo y alguna vez fui a un retiro de fin de semana… Total, ahora considero que salí en buen plan. En este tiempo nunca se me pasó por la mente criticar o juzgar a la obra y/o a sus directores por alguna actuación o abuso sobre mi o sobre otra persona. Pero cierto día un numerario, y buen amigo, se sinceró y me expuso las actuaciones inmorales, abusos, inconsistencias en el ser y actuar de la obra; fue la primera crítica que creí sobre el opusdei. Conocí opuslibros. Logré abrir mi mente a la posibilidad de que el opusdei no fuera lo que yo pensaba que era desde que tuve uso de razón. Fué un descubrimiento que cambió la visión de mi vida, del mundo y de Dios desde lo mas profundo.

Han pasado algunos años y supongo que ahora me encuentro en mal plan... Habrá que definir “buen plan” y “mal plan”.

Actualmente tengo amigos numerarios que busco y platicamos largo y tendido, les expongo mi postura, algunos cambian y siempre nos respetamos. Me presento eventualmente en algún centro de la obra, me reconocen y paso con toda tranquilidad; acudo a algunos directores para denunciar lo que yo veo -que es evidente- y niegan o justifican con el consabido: “han sido, son y serán errores personales”; pero estoy seguro que algo les queda tras la oreja que les dice que tengo razón…

Total, que yo salí en buen plan: ignorante de la realidad, con complejo de culpa. Y cuando me abro y conozco la realidad no me queda más remedio que pasar al grupo de los que están en mal plan.

Mi conclusión es que muchos que salen del opusdei salen como yo: sin saber a ciencia cierta por qué salimos del opusdei, sin ser críticos y con una gran inmadurez e ignorancia (propia de personas que no han tenido la oportunidad de ser responsables de su propia vida). Muchos continúan así y eventualmente se acercan de nuevo y algunos llegan a ser cooperadores y/o supernumerarios. He hablado con amigos que fueron numerarios por muchos años, que salieron y siguen en buen plan: no se abren a la posibilidad de que la obra actuó mal; es un paso que no se atreven a dar... Pienso que abrirse a la realidad, a la verdad, es una gracia que Dios da cuando Él lo cree conveniente.

Finalmente, habrá que distinguir: se puede estar en mal plan con la institución como tal -y sus directores que se niegan a la evidencia- y estar en buen plan con aquellos que se encuentran atrapados sin salida (sobre todo numerarios/as que conociendo la verdadera historia del opusdei, no tienen los medios, el valor, el coraje, la fuerza para volar…).

Me parece terrible que en este sitio se critique a aquel que ose declararse en buen plan. ¿Quién es quién para juzgar las experiencias, sentimientos, luchas e intenciones de los otros? Yo me declaro en el mejor de los planes en cuanto a mis buenos amigos numerarios, con quienes puedo hablar abiertamente sobre estos temas, respeto sus vidas y los apoyo en sus decisiones. Estoy cierto que por mi amistad con ellos soy cooperador del opusdei. Estoy en el mejor de los planes con mis familiares que pertenecen al opusdei, los quiero y respeto. Ante la institución me declaro en el peor de los planes con respecto a sus prácticas sectarias, su ocultamiento y mentira; en mal plan contra sus ciegos, obsecados y, sin duda en ocaciones, cínicos dirigentes cerrados a la verdad (y he de decir que tengo buenosamigosaltosdirigentes, de quienes espero algún día puedan abrir los ojos). En buen plan porque rezo por el opusdei, para que rectifique ó de plano mejor que todo desaparezca... (ésto se lo dejo a Dios que sabrá que hacer con tamaño desbarajuste).

Hace algún tiempo busqué a alguien que fue numerario por más de 40 años y se casó al poco tiempo (coincidimos como numerarios algún tiempo aquí y allá…). Para mí fue una intrigante sorpresa que no tuviera ni un solo pensamiento de crítica al opusdei, a sus prácticas o a sus dirigentes…; me parecía inaudito que después de 40 años de numerario (y no poca experiencia como director) viviera en semejante inopia, no tuviera ojos para ver ni madurez para el solo planteamiento. Aquí comprendí que algunos no están capacitadas para ver, otros no quieren ver, otros niegan lo que ven, otros malinterpretan lo que ven… Muchos definitivamente nunca verán.

Estoy convencido que estar abierto a la verdad y alcanzar a comprender estos temas –como cualquier otro- es una gracia que solo nos queda agradecer.

Buen plan..., mal plan... Posiblemente para muchos solo sea cuestión de tiempo y desde luego no creo que sean términos del todo excluyentes.

Un abrazo,

Sancho1964