Hola a todos, 

Hace años no escribo en esta Web, pero constantemente leo con atención varios de los interesantes escritos que ustedes envían. Leyendo el último escrito de Pacopepe, recordé algunas cosas vividas por mí mismo, ya sea como experiencias propias o como circunstancias que he observado en otros conocidos (en este caso, supernumerarios), o que ellos me las hayan contado o que sus esposas me las hayan hecho saber. 

Respecto a las normas, muchos, tal vez todos, hemos hecho normas solo por cumplir, porque en el Opus Dei te hacen creer que son más importantes que el fin mismo por el cual se fundó la Obra, el cual es ser santo. Las normas son un medio, no un fin, pero en el Opus Dei se han convertido en uno de los fines de esa obra en desgracia. Creo, los escrúpulos nos hacen cumplir esas normas, a la hora que sea, ante poniéndolas a lo que verdaderamente tiene importancia en el día. Inclusive contando si la norma que hemos hecho corresponde a la de un día determinado, o si ya no cuenta como norma cumplida para tal día, toda vez que se hizo después de las 12 de la noche del día en cuestión. Esto es farisaico. Como sepulcros blanqueados, se le da más importancia a las normas, que son el medio, que al fin. Esto también trae como consecuencia que no se viva una paz interior, que se luche en contra de uno mismo a diario, por cumplir algo impuesto por una persona, no por Dios. El sentimiento de culpabilidad que nace de una situación como esta, es producto del lavado de cerebro que uno recibe en el Opus Dei. Del desarrollo de los escrúpulos. 

Las preguntas que te haces, son normales, producto de no saber distinguir entre el bien y el mal, debido al adoctrinamiento de la Obra, en la que solo es bueno lo que la Obra indica. Los que no estamos en ella, necesariamente vivimos en el error, no somos los "escogidos". El fin del hombre es ser feliz, para ser feliz debe encontrar a Dios, cada uno a través de un camino y una vocación determinada (creo que la vocación al Opus Dei no existe). Para ese camino existen medios, pero son eso, solo medios. Si los medios (las normas) se convierten en fin, perdieron su naturaleza, se han desvirtuado. Ya no se es feliz. Después de que una persona recibe durante años adoctrinamiento dentro del Opus Dei, al dejar de recibirlo, a algunos nos cuesta distinguir entre qué es bueno y qué no lo es. 

Lo primero es Dios, para llegar a Dios (que es la felicidad, aún para los no creyentes) hay medios, que son la familia y uno mismo. Si uno no es feliz, es difícil hacer feliz a los demás. Lo que Dios te pide no es lo mismo a lo que la Obra te pide. Los directores no tienen el don de la infabilidad. Cuidad a tu padre y manda a la mierda al Opus cuando tengas que cuidarlo. Cuando dejas de hacer normas, con el tiempo te deja de importar, ni lo extrañas. Si deseas ser católico, se católico, que no es lo mismo a ser opusdeino, con un plan de vida diseñado por personas que no viven en medio del mundo, aunque prediquen lo contrario. La mayoría de ellos tienen trabajos que se adecuan a sus necesidades opusdeistas por trabajar en colegios, universidades o empresas opusdeistas.  

Cree que si no eres una persona de medios económicos, el Opus Dei se olvidará de ti pronto. En ocasiones alguna esposa de algún supernumerario me ha comentado que ha tenido que sacar del colegio de la Obra al chico porque no puede costearlo, pero nadie del Opus Dei se ofreció ayudar. En cambio, si ese padre de familia cuenta con dinero, y su hijo está en el colegio, aun siendo un pésimo estudiante, lo ayudan a quedarse ahí, me consta, lo he vivido como profesor que en alguna ocasión fui de un colegio de varones del Opus Dei. 

Nunca