Las mentiras de Mons. Escrivá: Petición a la Directora de Venezuela.- Doserra
Fecha Friday, 26 October 2012
Tema 070. Costumbres y Praxis


Las mentiras de Mons. Escrivá:

4. El caso de María del Carmen Tapia


1. c) Petición a la Directora Regional de Venezuela

Doserra, 26/10/2012

 

 

Ante la negativa de Escrivá a certificar los estudios filosófico-teológicos que Carmen Tapia había realizado en sus años en la Obra, y después de haberlo reintentado sin éxito con el Consiliario de Venezuela, María del Carmen pensó que tal vez las otras numerarias que habían comenzado, junto con ella, la labor de la Obra en Venezuela estarían dispuestas a decir la verdad.

 

Y así, se puso en contacto con Cecilia de Gunz (antigua numeraria y compañera de estudios internos, que iba a viajar a Venezuela ese mismo mes de agosto) para pedirle que visitara a Sofía Pilo, que en aquel momento era la Secretaria de la Región —que es como se denomina a la Directora Regional, cargo que Tapia había desempañado antes durante nueve años—, para informarse sobre el paradero del expediente de Mª del Carmen...



Sofía Pilo era una de las primeras vocaciones femeninas de Venezuela, numeraria que residía en “Casavieja”, casa dedicada a “vivienda y lugar de trabajo de la Asesoría regional del país”, en la que Mª Carmen había vivido todos los años que pasó en Venezuela (cfr. Tras el Umbral, p. 279). Fueron, además, compañeras de estudios internos. Por tanto, secundar la negativa de Escrivá y del Consiliario en Venezuela, supondría un acto especialmente inhumano.

 

El Deán fue informado de las conversaciones de la Sra. Gunz con la Srta. Pilo. Entonces, buscando obtener el curriculum de cuya existencia estaba ahora cierto, encargó a su secretaria, Mrs. Engle, escribir a Sofía Pilo para solicitar el expediente de Mª Carmen. Lo más significativo de la carta10, fechada el 27 de noviembre de 1973, es lo siguiente:

 

“Tenemos entendido que María del Carmen Tapia fue miembro de su institución, habiendo vivido en Caracas durante el período desde octubre de 1956 a octubre de 1965.

Agradeceríamos recibir una transcripción de los estudios que ella completó en ese período, con el Título, el valor y la calificación de cada uno. Estos datos nos permitirían estimar su valor en relación con nuestro propio curriculum. Y completarían la ficha para su situación de residencia en el campus de Santa Bárbara.

Le escribo siguiendo las instrucciones que Vd. dio tan amablemente a la Sra. Cecilia de Gunz, cuando visitó a Vd. en agosto de 1973, para pedirle el expediente de la Srta. Tapia”.

 

Afortunadamente para Sofía Pilo, la representación de la Institución ante el exterior era cometido del Presidente General, para todo el Instituto, y del Consiliario en cada país; con lo que se le ahorró a ella el mal trago de haber tenido que mentir, como se había visto obligado -por un mal entendido sentido de obediencia a Escrivá- el Procurador General y el Consiliario de Venezuela. Y es que, como aclara Carmen Tapia (por si a alguien como Daniel_M pudiera entrarle duda11), que antes había sido secretaria particular de Escrivá en Roma y conocía desde dentro el procedimiento, “hay que darse cuenta de que todas estas cartas, enviadas por el Opus Dei a las personas que oficialmente pedían información de mis estudios, eran escritas en nombre de monseñor Escrivá y con su consentimiento. En el Opus Dei cualquier miembro, superior o no, firma lo que sea, si así se lo hubiera pedido «Nuestro Padre», como le llaman dentro del Opus Dei a monseñor Escrivá después de su muerte, o «el Padre», como ha pasado a llamarse familiarmente al prelado reinante. Y esto, aunque el autor de cada carta supiera o pensara que se estaba distorsionando la verdad. Si «convenía por el bien de la Obra», nadie se hubiera atrevido a no firmar o a no escribir lo que le hubieran presentado, aunque, como digo, manifiestamente supieran que se trataba de hechos falsos. Un ejemplo patente de ello es el caso del padre Roberto Salvat Romero, consiliario del Opus Dei en Venezuela, y por tanto representante de monseñor Escrivá en ese país, quien además de ser abogado español fue también mi profesor en la asignatura de Ética precisamente, y quien, como ha podido ver el lector, firma, asegurando en diferentes ocasiones, que yo, en el Opus Dei, «no cursé estudios»” (Tras el umbral…, p. 447).

 

Lo lamentable es que esta compañera de estudios internos de Mª del Carmen, la Directora Regional, se amparara en la indicación recibida de la superioridad para no tener ni el más mínimo gesto de humanidad con su compañera y predecesora en el cargo, abandonándola despiadadamente a su suerte. ¿Qué tipo de fraternidad verdadera, de caridad, de justicia elemental, existe entre los numerarios? Una tal anteposición de los intereses institucionales a la verdad, la caridad y la justicia, así como a las personas, es la perversión más malvada de los valores evangélicos. Una institución de la Iglesia en la que sus directivos, por intereses institucionales, no viven la caridad y la verdad, ¿qué les mueve y qué pueden enseñar a los demás? Una institución religiosa de la Iglesia Católica donde no cuenta la conciencia -"haz el bien y evita el mal"-, está desviada en lo más básico y esencial, es un instrumento maquiavélico de fines mundanos.

 

Deberían reflexionar los Consiliarios y Directores y Directoras Mayores del Opus que, al leer estas páginas, adviertan que han incurrido en actuaciones similares. Habrán de dar cuenta muy cumplida a Dios de sus mentiras, infamias, calumnias, injusticias, omisiones y demás iniquidades que hayan perpetrado para no exponerse a ser retirados de sus cargos. De nada les servirá que a ellos se lo hayan mandado. Pues la obediencia sólo es debida a los mandatos legítimos, nunca a los ilegítimos: “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres” (Hechos 5, 29).

 

Saludos cordiales,

Doserra

______________________

10 Traducción de la carta del Departamento de Extranjeros de la Universidad de California a la Directora regional de la Obra en Venezuela

 

La versión original de este documento se incluye en el apéndice documental del libro "Tras el Umbral", de María del Carmen Tapia 

 

 

11 Por lo demás me parece una ingenuidad que a Daniel_M se le pase por la cabeza la posibilidad de que, en una de las instituciones más controladoras que existen en el mundo, como la Obra de Escrivá, un miembro se atreva a contestar una carta dirigida al propio Escrivá, sin su consentimiento. Comprendo que le parezca muy fuerte que Escrivá mintiera de esa manera tan repetida y con tanta inquina, impropia de un católico y mucho menos de un sacerdote. Pero esto es lo que hay. Y por eso ─en honor a una verdad que ocultaron al Vaticano en el proceso de su canonización, y que no permitieron que declarara la testigo de esos hechos, Carmen Tapia, empleando para ello las peores calumnias por parte del actual Prelado de la Obra─, me he tomado la molestia de ofrecer traducidas y comentadas estas cartas.

 

Y recomiendo a Daniel_M que vuelva a leer la carta que aparece en la nota 3 del primer escrito, en el que el Procurador General de la Obra responde a las solicitudes del Deán de Extranjeros de la Universidad de California, aclarando que lo hace en nombre de Escrivá y en virtud de su oficio de responsable de las relaciones públicas del Opus (y que quede claro que, en lo posible, evito emplear el “Dei” para no atentar contra el 2º mandamiento del Decálogo).

 

<<Anterior>>







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20369