Sobre la vocación a la Obra.- Ruso
Fecha Monday, 05 November 2012
Tema 050. Proselitismo, vocación


Lo principal es enviarle un abrazo a Pondal, fui alumno suyo y considero que fue usted un buen profesor, lamento profundamente su situación actual y le animo a que siga adelante, nunca es tarde para ir a mejor. También estaba muy metido en la obra y eso terminó influyendo en su manera de educar, inconscientemente cuando se trata de buenas personas como usted, pero en otros, con el tiempo veo claramente que solo querían forjar "opusianos" y eso no es equivalente a cristiano, por mucho que una mente deformada por la obra crea que si.

Esto lo comento en relación al segundo correo de Pondal, en el que muestra su preocupación por las vocaciones religiosas. Lo primero que creo es que no existe tal vocación a la obra, eso de que está bien para quien está bien de los nervios, no es así, de hecho es dentro de la obra donde la gente termina con los nervios deshechos, lo he visto en profesores como don Pedro que no es el único caso, en antiguos compañeros y en otros que fui conociendo. Todos cuando entraron eran gente normal y corriente, más o menos listos, simpáticos o lo que fueran, cada cual con sus virtudes y defectos, dentro de la variedad de caracteres que tenemos las personas, pero ninguno se salía de lo que consideramos normal. Al salir, algunos tenían secuelas, depresiones sobre todo, en otros se notaba bastante resquemor, cuando antes nunca los habrías catalogado de rencorosos y en alguno no faltaba el síndrome de Estocolmo, sintiéndose como una mierda por haber fallado, cuando muchos ya tenemos bastante claro que no es la gente, es el sistema opus lo que falla. Cuando alguien entra en una congregación religiosa, ya sabe a qué normas se somete, luego podrá adaptarse o no, incluso darse cuenta de que no es su vocación, mientras en la obra te las cuentan por "el plano inclinado". Al final uno se encuentra con que tiene una vida llena de normas, rutinas y encargos, mayor que la de casi todos los religiosos, menos mal que son cristianos corrientes, lo que sumado a la hipocresía que se gastan algunos ahí dentro, va minando poco a poco a las personas. En ninguna congregación que conozco directamente, lo llamarán traidor y condenarán por irse a nadie, contribuyendo a hundir a una persona, ¡y de que modo!. Muchos no se darán cuenta del daño que hicieron, hasta que estén delante de Dios.

Al final algunos serán felices ahí dentro, más que felices pienso que acomodados, se saltan las normas cuando les parece y viven una vida cómoda, como en el caso de Satur, hasta que un día se dan cuenta de que es incompatible con ser buen cristiano, como también contaba recientemente Gervasio ("El uso del tiempo en las casas y cosas del Opus Dei"), que veía en la obra un obstáculo para vivir su cristianismo, no una ayuda, y ponen tierra de por medio. Por que la educación de la obra es así, aunque disfrazada de doctrina correcta de la Iglesia, está manipulada para hacerte un opusino, un fiel cumplidor de normas y reglas, no alguien que vive con alegría su cristianismo, un servidor de la obra, no de la Iglesia. Apenas te hablan de S. Juan de la Cruz, S. Teresa o los padres y doctores de la Iglesia, todo es hablar de Escriba, de Álvaro del Portillo o las anécdotas mil veces repetidas de Isidoro, Montse y demás. Hablan de familia, pero les tienes que dar prioridad a ellos, Cristo no vino a poner cruces, por algo la tomó él, vino a aliviarnos de las que ya tenemos.

Al final cuando te alejas de su influencia, te pueden pasar varias cosas. En mi caso se tradujo en años alejado de cualquier práctica religiosa. En otros se vuelve en rechazo frontal a todo, en otros retomar su cristianismo por otros caminos, dentro o fuera de la Iglesia y hay quienes siempre verán la obra como algo muy bueno. Tenemos los dos extremos con Atomito y Daniel, a quienes creo que Otaluto se dirigió muy bien el viernes. Hace años que volví a la Iglesia, esta vez desde otro punto de vista, viéndola como lo que es, algo que aunque fundado por Cristo, está dirigida por hombres, con los defectos que tenemos. Sí creo en su doctrina, pero también ha habido fallos al defenderla y aplicarla, y sobre todo que incluso el Papa se puede equivocar en sus decisiones, como Juan Pablo II al apoyar a Maciel o al Opus Dei; era un hombre que se dejó impresionar por sus ordenaciones masivas en Roma y su aparente fidelidad a la doctrina y la Iglesia. Cristo no criticó la doctrina, pero si atacó con dureza a quienes imponían cargas pesadas en nombre de esta, en vez de usarla para lo que está, para acercarnos a Dios, y sobre todo cargó contra la hipocresía de quienes decían cumplirla al pie de la letra y bien engañaban, o bien olvidaban el mandamiento principal del amor.

Si creo en las vocaciones religiosas, me remito a mi último escrito, en el comparaba dos historias que conocí de primera mano, cambiando algunos detalles, pero estoy seguro de que no existe ninguna vocación a la obra. Tal como quieren ellos que la vivas, ni se puede forzar vocaciones de ninguna forma, algo que ya le ha costado la destitución al fundador del IVE, un conocido instituto con un fuerte crecimiento, presentes en lugares de conflicto como Sudán, Iraq, Siria y Egipto, o en otros lugares perdidos como las exrepúblicas soviéticas o Papua, pero por buena labor que hagan, no se pueden dejar pasar las acciones de sus dirigentes. Desgraciadamente, en la obra saben como vender muy bien la moto, Satur lo explicó con humor.


Ruso







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=20417