Querida Preocupada,
Me llama la atención que muchos de las respuestas que recibes es "no será para tanto". Yo no sé si será o no será, pero no me extraña nada de lo que cuentas. Un numerario es un señorito al que todo se lo dan hecho, están acostumbrados a doncella que les lave, les haga la comida, les limpie y todo todito esté hecho. Evidentemente hoy en las familias modernas las cosas ya van dejando de ser así, mucho ánimo en tu batalla por conseguir cambiarlo, a ver si puedes. Las numerarias, yo numeraria, nos hartamos de limpiar, y no una casa familiar sino bastante más extensión. Así que me parece que al salir sabemos defendernos sin necesidad de criadas. El numerario de muchos años dentro está acostumbrado a otra cosa.
Que las heridas no han cerrado, normal, si se ha guardado la cosa para él solo porque así se lo dejaron bien marcado y clarito, pues claro que no han cerrado. Las cosas hay que hablarlas y hablarlas con quien te entienda, hay que contar la historia de la propia vida, es una necesidad, para atar cabos, saber porqué entender, asimilar, comprender y tragarte la durísima píldora de que te tomaron el pelo. Hasta que eso no se reelabora, hasta que uno no se siente escuchado, entendido, no te puedes curar. A lo mejor tu marido ni siquiera se ha planteado que necesita "ser escuchado", y lo necesita.
Y eso lo sabe cualquier terapeuta que se encuentre con víctimas de abusos del tipo que sean.
La solución a tu problema está en lo que tú quieras consentir la situación, haces bien de poner sobre el tapete el tema.
Ana Azanza