Dando vueltas al psicograma del numerario/a del Opus Dei.- Giovanna Reale
Fecha Friday, 18 January 2013
Tema 040. Después de marcharse


Muy buenas las reflexiones que nos ha hecho Ramana en su artículo del 16/01/2013. Leí el libro de Eugen Drewermann Psicograma de un ideal y, como dice Ramana, me ayudó a entender mucho mejor mis vivencias personales. Es un libro denso, pero muy recomendable para miembros y ex miembros del Opus. Sería una buena idea que algún experto escribiera una monografía más especializada aún que la de Drewermann centrándose en el “psicograma” de los numerarios y numerarias del Opus Dei: sería un libro apasionante.

 

Únicamente difiero de Ramana cuando después de la salida del Opus se pasó al ateísmo. Reconocer los graves fallos opusianos y, en general, eclesiásticos, no siempre lleva al ateísmo. Eugen Drewermann, a pesar de su suspensión “a divinis”, sigue siendo creyente. De hecho, la segunda parte de su libro, tan demoledor, es constructiva; sugiere un panorama esperanzador de cómo podrían vivirse los consejos evangélicos en el marco de una sana sicología y auténtica espiritualidad. Se cuenta de este sicoanalista y sacerdote que, hace años, llegó a dar tantos donativos económicos a labores humanitarias de países y gentes pobres, que el director de su banco tomó la determinación de bloquear la cuenta corriente de Drewermann porque veía que se estaba arruinando (los dos eran amigos y se tenían confianza). Drewermann no ha perdido la fe porque sabe distinguir entre el Evangelio de Jesucristo y el montaje institucional de la jerarquía católica. Opino que esta distinción no daña la fe, sino que la mejora.

 

Salvo esta discrepancia, concuerdo con Ramana. No confío en que la Santa Sede entre a saco en la realidad del Opus Dei, mientras no vea que el chiringuito del Opus haga aguas por todas partes y ponga en peligro a la misma Iglesia católica. La corrección que el Papa Benedicto XVI hizo al prelado del Opus en cuestiones de dirección espiritual y de distinguir entre fuero externo e interno no deja de ser una intervención que se podría calificar de “quedar bien para cumplir con mi trabajo”: algo tiene que hacer un Papa, además de dejarse fotografiar y de pronunciar discursos cada miércoles y cada domingo. Según los testimonios recientes que aparecen en esta página web, la dirección espiritual se sigue practicando en el Opus igual que antes de esa advertencia papal. La carta pastoral del prelado del 2 de octubre de 2011 también va en la línea tibia o hipócrita de “quedar bien para cumplir con mi trabajo”: algo tenía que hacer Javier Echevarría después de haber recibido una advertencia del Papa, por lo menos escribir una carta pastoral (o, más bien, pastoril) de ese estilo. Echevarría se desenvuelve de maravilla en los procedimientos habituales de la curia romana, para a la corta o a la larga salirse con la suya. Así es como en realidad se funciona en esos ambientes curiales, en los que, por un lado, se queda bien cumpliendo con el trabajo encomendado y, por otro, se valora mucho la llegada, contante y sonante, de los donativos económicos, no precisamente de gente como Drewermann, sino de gente como Echevarría.

 

Giovanna Reale









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