Qué es lo que nos atrapa de esta web...- Pinsapo
Fecha Wednesday, 23 January 2013
Tema 010. Testimonios


VIAJE DESDE GRAZALEMA A LAS PLAYAS DE CALAIS


I. Etapa feliz en el club “El Pinsapar” y otras aventuras

 II.- Que es lo que nos atrapa de esta web y música como método para sanar

 

 
Ella baila sola (dúo musical)

 

Pienso que lo que más nos enriquece de este foro no son tanto los temas jurídicos, filosóficos, teológicos, sociológicos o económicos: nos embruja el vernos reflejados en una experiencia vital compartida con tantos tras nuestra etapa dentro de la obra, de una similar salida por la puerta trasera, con idéntica sensación de fracaso y hastío vital. Nos impresiona e impacta tal comunicación de sentimientos, en la medida que supone una catarsis colectiva, pues todos debemos afrontar forzosamente una etapa de reconstrucción, un similar modo de lamernos las heridas, análogas terapias para la cicatrización de las hondas llagas del alma, el desconcierto y estupor al aterrizar en el mundo real sintiéndonos como un pulpo en un garaje.

 

Sinónimos de “desconcierto” son las palabras desgobierno y desorganización, y al salir de una estructura con profusión de gobernantes y entrar en el mundo real cuya regla es el libre albedrío, cuando ya están consumidas las mejores etapas de la vida, la respuesta para afrontar tal reconstrucción vital se afronta por cada cual de modos diversos y a veces muy opuestos, de los que solo nombraré tres métodos...



a).- James Dean (Rebelde sin causa). Revolverse contra el foco origen del daño sufrido, con la indignación de quien se siente estafado, rebelándose contra la obra, pues la hondura del deterioro incidió en la salud física y/o espiritual, hasta el punto en algunos de perder la Fe. Sin juzgar a nadie, se asemeja a la semilla que cayó en tierra fértil, quienes al oír “el mensaje” lo acogen con alegría pero cuando se presentan las tribulaciones de la letra pequeña del contrato, sucumbieron en la decepción total.

 

b).- James Stewart (¡Que bello es vivir!). Pactando una salida ordenada, educada, no traumática, siguiendo de cooperador y llevando a los hijos a colegios y centros de la obra, y si era célibe volviendo al poco tiempo como super. Se acepta que no ha podido con la vocación, que le superó en un momento dado, pero que no entiende la vida sin el “way of life” de la obra. Implica asumir que la obra no le falló, que el fue quien lo hizo.

 

c).- Técnica del avestruz. Enterrar el periodo en la obra en el cementerio nuclear de las fosas marianas, como material radiactivo. Es un error subsanable porque ocultar una parte importante de la propia vida como “radioisótopo” (materia inestable con emisión de radiaciones nocivas para la salud) no ayuda a la maduración personal, debemos asumir lo positivo de tal experiencia y fortalecernos identificando su parte negativa. Es el caso de muchos que al cabo de x años de irse de la obra necesitamos compartir nuestra experiencia vital con personas que nos acojan y comprendan.

 

Recordó Melqui (16/09/2005) una versión de la letra del “Tango alegre del pobre hombre”, canción que escuche por primera vez un verano ante la fogata nocturna de El Pinsapar, de boca del entrañable Sepu. Se hace escarnio del protagonista, un hombre que tras mil desgracias en su vida fue a una iglesia a dar gracias a Dios y muere al caerse una cornisa, momento en que entre llantos blasfema, su único pecado y por el se condena, “y allá en la llama eterna aun se puede oír: ¡esto es vida, esto es vivir!”. La moraleja es que no hay que quejarse por todo, debemos dar su debida dimensión a los problemas cotidianos, y que merece la pena en la vida ver el vaso medio lleno.

 

Días después de leer testimonios de esta web, en un viaje por carreteras de la serranía de Cádiz, escuchaba un disco del grupo Ella Baila Sola, dúo femenino musical español en activo desde 1996 a 2001, que alcanzó en su primer año un gran éxito en España y América. Son canciones de desamor, con un aire moderno, y sin saber por qué, me puse a llorar como una magdalena al identificar las letras de las canciones con mi historia en la Obra. Se nos planteó la vocación a semejanza del amor humano, por lo que en las tertulias escuchábamos canciones de amor, y la Tuna de Satur las dedicaba “a la que más queremos”. Aconsejo que al leer este artículo oigáis la música de fondo.

 

“Mejor sin ti”.

Tan triste como un ciprés en un campo de flores,

tan lejos como un poeta llenando renglones,

tan dulce como el recuerdo de un amor,

un desengaño, un dolor, una mentira, una traición,

y sé que estoy mejor que cuando estabas tú,

mejor que antes, mejor sin ti, con más de todo y nada de ti,

tan viva como las notas de un acordeón,

tan sola como un actor sin escenario, ni telón

tan suave como el azul del cielo,

perdida como un perro sin dueño

y sé que estoy mejor....

mejor sin ti, mejor sin ti, mejor sin ti.

 

Expresa el paradójico estado de ánimo de estar mejor al superar el duelo tras la marcha de la obra, pero también el desengaño por unos años perdidos; evoca los momentos de tristeza, zozobra, soledad del periodo de crisis que precedió a la salida. A algo que se quiso tanto, no lo puedes odiar ni tampoco olvidar de un día para otro, aunque Ella quiera ignorarte como si nunca te hubiera conocido. La memoria humana es selectiva y por eso se echa de menos la parte de la obra que nos enamoró, la experiencia positiva que cristalizó en gratos recuerdos, depurados tantos sinsabores. Si nuestra media naranja no conoció la obra, no podemos expresarle estos sentimientos, y no encontramos un cauce adecuado de deshogo con quien pueda comprendernos. Por eso nos vemos perdidos como un perro sin dueño, perdidos como un quinto en día de permiso, solos como un actor sin escenario, tristes como un ciprés en un campo de flores, tristes como un torero al otro lado del telón de acero. La pena es que Ella Baila Sola, no nos quiere recuperar disculpándose.

 

“Lo echamos a suertes.”

Por qué ya no me baila un gusano en la tripa (.)

será que la rutina ha sido más, más fuerte,

se han ido la ilusión y las ganas de verte,

pero me cuesta tanto decirlo a la cara,

aguanto un poco más o lo echamos a suertes (.)

será que nuestra vida ya no es diferente,

hacemos todo igual que el resto de la gente,

pero me cuesta tanto decirlo a la cara,

 

Rememora la crisis anterior a la salida, cuando ves que el gran ideal ha quedado en teoría sin encarnación real, que todo se reduce a prácticas rutinarias y las preguntas quedan sin respuestas, la inexistencia de afecto entre numerarios, una praxis contraria a virtudes cristianas. Cuantas renuncias durante tantos años sin ver su fruto, vender la vocación a la obra a niños como la piedra filosofal que cambiará el mundo, sin la lealtad de explicar antes todas las obligaciones que conlleva, las dificultades de la misión ante un mundo que no se dejará cambiar, el desconcierto ante la incomprensión de la gente que ¡no entiende que este camino era la última oportunidad que Dios dio a su pueblo! Y aparece el “horror vacui”, no saber como ni a donde marcharse, por eso cuesta tanto decir que te vas porque el proyecto vital inicial naufragó. Y aguantas por aguantar, con pesadillas y bajonazos.

 

“Cuando los sapos bailen flamenco.”

Me alegra tanto oír tu voz aunque dormido,

por fin viajabas como en tus sueños buscando un sitio para volver,

y sin poder olvidar lo que dejas, lo que has aprendido (.)

Como un regalo que al ensuciarse tiró quien limpiaba,

como un vaso después de beber el trago más dulce,

con un adiós, con un te quiero y con mis labios en tus dedos,

para no pronunciar las palabras que dan tanto miedo,

te vas y te pierdo

Me alegra tanto escuchar tus promesas mientras te alejas,

saber que piensas volver algún día cuando los sapos bailen flamenco,

y yo te espero ya ves, aunque no entiendo bien

que los sapos puedan dejar de saltar y bailar lejos de su charco.

Porque mis ojos brillan con tu cara y ahora que no te veo se apagan,

porque prefiero que estés a mi lado aunque no tengas nada,

te vas y te pierdo

 

Al leer testimonios análogos volvemos a oír su voz tras largos años sin saber de Ella. En nuestro inconsciente sigue ahí, sigue en nuestros sueños, porque no podemos olvidar ni borrar ni enterrar, por fuerte que sea el empeño, todo lo que experimentamos, ese “modus vivendi” irrepetible. Pero tras haber sido tratados como príncipes en el club, como soldados en los cursos anuales de adscritos, como marines en el centro de estudios (Wespoint), como directivo empresarial al entrar en un consejo local; tras nuestro desmoronamiento interior duele ser tirado a la basura en horario de limpieza como un juguete roto, cuando al pitar eres recibido como un regalo, savia nueva. Intenté el retraso de mi salida del último centro, pero tras el ultimátum tuve que marchar en plenas navidades (no tenía trabajo, ni dinero, ni familia en esa ciudad). Me hubiera gustado que me hubieran dicho que preferían que me quedase aunque no tuviese nada, o que esperarían mi vuelta tras un tiempo. Pero entiendo bien que los sapos nunca bailarán flamenco, y que no pueden dejar de saltar lejos de su charco, que por cierto es muy pequeñito al lado del inmenso océano de la Iglesia y del mundo.

 

“Besos de hielo.”

Quieres herirme con besos de hielo,

quieres hundirme y no sabes cómo,

pero el destino me sonríe como al mejor,

si yo caigo amigo caemos los dos,

tus besos de hielo yo los derrito con mi calor,

Algún día te arrepentirás, tu sin mí no serás feliz jamás,

porque allí donde vayas en tu mente mi imagen me acompañará

Que tu tiempo ahora está a punto de finalizar y volver a empezar,

lágrimas caerán, porque tu sin mi no serás feliz jamás, nunca más.

 

Tras rescindir el compromiso, precedido del desamor mutuo, la fría despedida es un beso de hielo que nos hiere, nos hunde, y nuestra caída supone el fracaso también de la institución. Es cierto que en nuestra mente queda marcada la etapa en la obra, no se pueden borrar tantas imágenes y por eso nos duele tanto la maldición de que sin ella no seremos felices jamás de los jamases. Soltamos lágrimas como puños. Desde dentro intenté derretir con el calor de mi afecto tanta frialdad, y es gran consuelo haber hecho más llevadero a muchos un camino de espinas, donde solo vi las rosas de Rialp. Tras la dispensa se olvidaron de mi tras cuatro años de adscrito, dos en el centro de estudios, seis años en consejos locales y tres en caída libre; por lo que empecé a construir relaciones de amistad con personas ajenas a la obra y opté por dejar mi “vida pasada” como tabú que no salía en conversaciones con la nueva gente que conocía. Y como Dios es suma bondad, al salir experimenté una felicidad exultante, una arrolladora sensación de liberación. El destino me sonrió y me sonríe como al mejor.

 

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