Censura para escribir.- Dionisio
Fecha Monday, 18 February 2013
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Queridos amigos:

El viernes pasado Agustina nos presentó un artículo de opinión firmado por un tal Yago y publicado en el diario EL MUNDO.  Agustina no pudo contenerse y le dedicó un delicado comentario que suscribo completamente. A continuación un amigo, que firmaba como Dostoyevski, le hace un comentario a Yago, que, distando mucho de las suaves maneras de Agustina, le dice unas cuantas verdades que igualmente suscribo con entusiasmo.

Yo no voy a comentar aquel articulo, “Una traición a la tradición”, cuyo título ya es en sí mismo muy sugestivo. No soy capaz de añadir nada nuevo. En cambio, quiero informar de algo que puede ser un interesante complemento a lo que se ha dicho.

En el lado oscuro, como se sabe, hay censura sobre las lecturas que los miembros pueden o no pueden acceder, ya sea por estudios, investigación o el simple placer de leer. Nadie puede leer sin consultar previamente. Sin embargo, no todos saben que también hay una censura sobre lo que los del opus escriben para ser publicado. Todo lo que se escribe debe ser sometido a la censura de los directores antes de su publicación, y ellos decidirán si se publica, si se hacen cambios o si no se publica de ninguna forma. Esto no me lo han contado, lo sé porque yo mismo tenía el encargo de ser el censor de un numerario que vivía en el centro donde yo era un director del consejo local. En efecto, esta persona con frecuencia semanal me presentaba los artículos que iba a publicar en un diario. Yo no recuerdo haberle prohibido nunca la publicación porque era un cura muy correcto en su doctrina y en su escritura. Apenas, a veces, le sugería pequeños cambios de estilo o de sintaxis que aceptaba de buen grado. En un par de ocasiones me remitieron desde la comisión regional manuscritos de otros numerarios para que yo diera mi voto sobre ellos. Igualmente, las pocas veces que publiqué algo, mis escritos tuvieron que pasar por la censura. Era una regla más, conocida por todo el que publica algo dentro del lado oscuro.

Entonces, creo que no es difícil concluir que el artículo de Yago no es una salida de tono de un señor que pudo tener un mal momento, u olvidarse de tomar su medicación. Yo no puedo creer que ese artículo haya salido en EL MUNDO sin que lo hayan autorizado los directores del opus, pero no solo autorizado, lo tienen que haber pensado muy bien y haber calculado las consecuencias y el alcance. Un artículo así no lo dejan pasar con un vistazo rápido. Más impensable todavía si Yago es un profesor de la Universidad Pontifica de la Santa Cruz.  No sabría decir cual es el nivel jerárquico de esos censores. No sabría yo decir si este artículo es algo más que la legítima opinión de un ciudadano libre en un país libre.  No sabría decir si esto es en clave un “cariñoso” saludo de despedida del lado oscuro para BXVI. Dejo a los lectores con ese dato para que cada uno saque las conclusiones que tenga a bien.  

Cabe la posibilidad, también, de que el autor haya desobedecido a la norma de pasar por la censura su escrito; en ese caso lo que digo no se aplica, pero, si es así, al señor Yago se le puede estar cayendo el pelo a estas horas. Francamente, me cuesta mucho imaginar esa posibilidad.

Un abrazo a todos,

Dionisio, el del Areópago









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