Bomba de relojería.- Jiménez
Fecha Monday, 29 April 2013
Tema 060. Libertad, coacción, control


Sobre el documento interno del Opus Dei sobre esta web se ha escrito bastante y, a mi juicio, muy acertadamente. Quisiera sin embargo detenerme en una afirmación vertida en esa nota. Es una aseveración suelta pero que encierra una bomba de relojería. Dice: “no podemos contar nuestra versión de las historias de esas personas [los que escriben en Opuslibros] porque faltaríamos a la caridad y a la justicia, y caeríamos en su mismo error”.

A ver, a ver, examinemos: “nuestra versión”, ¿de quién? ¿La obtenida preguntando a otros miembros convivieron con nosotros en el centro –otros numerarios o agregados de a pie- a los que van a llamar y que podrían manifestar públicamente lo terriblemente que nos comportábamos en tertulias, círculos, convivencias y demás actos de la vida en común? No lo veo probable.

O, por el contrario, como terriblemente intuyo, “nuestra versión” consistiría, si a ello se pusiera la Obra, en sacar a la luz asuntos de los exmiembros que sólo pudieron conocer a través de la charla fraterna y la dirección espiritual.

Es más: esta nota interna, escrita en la actualidad, es autoría de uno o varios directores, posiblemente radicados en Roma, que no pudieron coincidir ni en tiempo ni lugar con la mayoría de los que escribimos en Opuslibros. ¿Cómo pueden decir  “nuestra versión” sobre la vida de exmiembros que ni conocieron ni trataron?

Si estuviéramos hablando de una organización católica con métodos ajustados a lo estipulado por la Iglesia  en lo que a manifestaciones de conciencia se refiere, no me cabría ninguna duda que esa “nuestra versión” es un brindis al sol de un directorcillo al que se le calentó la pluma. Pero lamentablemente se trata del Opus Dei, un montaje basado en el reporte de información que sobre cada miembro se obtuvo, especialmente en la dirección espiritual, vulnerando toda la normativa ordenada por la Iglesia al respecto.  Recomiendo volver a leer el brillante escrito de Oráculo “La libertad de las conciencias en el Opus Dei”.

Sólo de esta forma puede entenderse que la nota de marras apunte veladamente a que si la Obra quisiera –que no quiere, dicen- podría emplearse en ofrecer “nuestra versión” [de la Obra] sobre las vidas de los exmiembros que ahora les tocan las narices con sus escritos en esta web.

Personalmente me alegra este tipo de notas internas. Ésta concretamente fue fechada el 3 de abril de 2012. Sin embargo, justo medio antes, el 2 de octubre de 2011, el prelado Echevarría se deshacía en su carta pastoral definiendo la charla fraterna como un instrumento libérrimo de dirección espiritual “que se sitúa en el contexto del servicio fraterno, para vivir a fondo, con libertad y responsabilidad, el encuentro cotidiano con Cristo en medio del mundo”.

Añadía, sin vergüenza, entre otras lindezas que “la separación entre el ejercicio de la jurisdicción y la dirección espiritual se asegura en la práctica, entre otras cosas, por el hecho de que precisamente quienes reciben charlas de dirección espiritual no tienen ninguna potestad de gobierno sobre las personas que atienden”.

Como puede comprobarse, la nota sobre Opuslibros, escrita, atención, medio año más tarde que la carta prelaticia de octubre de 2011, desmiente de un plumazo lo asegurado por Echevarría en torno a la información obtenida de sus súbditos. Espero que la Iglesia Católica tome buena nota y que algún siglo de estos, si no es molestia -toménselo con calma señores del Vaticano, por favor, no vaya a darles un subidón de azúcar-, actúe en consecuencia.

Jiménez









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