La noticia de la firma por el Papa del decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión de Álvaro del Portillo, que culmina el proceso para la beatificación, no por esperada deja de suponer un jarro de agua fría para quienes, desde Opuslibros, llevamos años denunciando las prácticas del Opus Dei, en particular la coacción, la manipulación y el control de las conciencias, el proselitisimo agresivo sobre menores de edad, y el fraude y engaño que supone ocultar a los nuevos miembros las obligaciones a que serán sometidos tras pedir la admisión en el Opus Dei.

El proceso de Álvaro del Portillo se abre en marzo de 2004, un año antes del comienzo del pontificado de Benedicto XVI. Por lo tanto ha transcurrido en su mayor parte durante el pontificado de éste. En junio de 2012 Benedicto XVI aprueba el decreto de virtudes heroicas. Desde diciembre de 2002 en las páginas de Opuslibros se habían venido publicando miles de testimonios de personas que se han visto afectadas por las prácticas indicadas arriba. Se han presentado escritos ante la Santa Sede. Se han publicado los documentos internos del Opus Dei en los que se muestra que esas prácticas no son fruto de conductas personales sino que están institucionalizadas y establecidas desde la autoridad máxima del Opus Dei. No se puede alegar ignorancia por parte de la jerarquía de la Iglesia respecto a la denuncia de esos comportamientos por parte de quienes se vieron afectados por ellos.

Y sin embargo, esos miles de testimonios no han sido suficientes para que la Santa Sede, aplicando un criterio de prudencia, dilatara los tiempos para permitir comprobar la veracidad y gravedad de esas denuncias, y la posible responsabilidad de Álvaro del Portillo en la institucionalización de esas prácticas.

No cabe duda de que lo anterior puede constituir una dura prueba para quienes mantienen la fe en la Iglesia. Para los que han perdido esa fe, constituye una evidencia de lo difícil que resulta enfrentarse al Opus Dei, y del poder e influencia que tiene en todos los niveles de la curia vaticana.

Ante lo anterior podemos preguntarnos si el esfuerzo de todos los que hemos participado en Opuslibros ha merecido la pena, y qué hacer ahora. Respecto de la primera pregunta, no cabe duda de que ha merecido la pena. Claro que nos gustaría que la jerarquía de la Iglesia fuera más receptiva a nuestras denuncias para que se corrigieran esas prácticas, pero como indica la portada de esta web, la misma está dedicada a proporcionar apoyo a quienes se quieren ir, a los que no quieren entrar, a los que se han ido, a los padres… Y que ese objetivo se ha cumplido lo testimonian los miles de correos de agradecimiento que Agustina ha recibido a lo largo de estos años.

Por ello, yo pienso seguir, con fuerzas renovadas, en la lucha y la denuncia contra las prácticas del Opus Dei que atentan contra la libertad y los derechos de las personas. Porque como a mí me ayudaron, yo tengo que ayudar a otros. Porque así me lo dicta mi conciencia, ese espacio que como decía hace unos días el Papa Francisco “es el espacio interior de la escucha de la verdad, del bien, de la escucha de Dios”.

Un abrazo a todos,

Ottokar