Me uno a las voces
de Daniel M y Josef Knetch y a los que se han pronunciado sobre el caso calandria que como siempre
viene a quitarnos el tiempo. Valoro y respeto el punto de vista de Agustina al
respecto y sé que por nuestra experiencia en la obra le tenemos fobia a todo lo
que suponga control, restricción, coerción a la libertad de expresión, etc. No
obstante he de decir que mucho nos preocupamos del derecho de calandria a manifestar lo que le de la gana y pregunto: ¿dónde está
el derecho a que se respete a las y los
que libremente y con total confianza han dejado plasmado su testimonio en esta
página?.
Porque calandria se ha constituido en la censora oficial de OpusLibros y es la que
decide que testimonio es verdadero y cual es mentira, de hecho se atrevió a dar
un porcentaje en cuanto a la veracidad y falsedad de lo que acá se publica.
¿Alguien le ha dicho algo?, sigue insultando, faltando el respeto,
burlándose del dolor ajeno, proclamando que puede herir a quien le venga en gana
que acá tiene campo libre para sus fechorías.
A calandria no le conozco ni una virtud cristiana, vamos ni humana, se caracteriza
por ser: mentirosa, falsa, soberbia, vengativa, mala, sinvergüenza. Cada
publicación de ella es jactarse que puede tomar y jurar el nombre de Dios en
vano, dar falso testimonio y mentir, aparte de sus alardes de vanidad y de
falta total de caridad. Esas son sus
cualidades, eso es lo que la pinta tal cual y pregunto: ¿merece la pena que
alguien con esas prendas publique aquí con total impunidad?. Primero no dice su nombre y eso si, puede
acusar a quien desea, segundo todo lo que dice de su vida es falso, pero acá se
toma como la misma verdad absoluta y tercero ¿por qué debemos soportar a
alguien que insulta y humilla como lo hace ella?.
Por menos cosas he
visto como se reduce al orden a los que han infringido las más mínimas
normas de conducta y urbanidad en un medio como este, pero a ella no se la toca, parece
tener carta blanca.
Si nos salimos del
opus es porque no soportábamos más gente hipócrita como ella, no obstante acá
puede decir lo que le de la gana, es como nuestra mortificación semanal. Ahora
se le ha sumado otra foránea, una tal o un tal Caribe que viene a darnos una
charla rancia de lo que es la Iglesia, ante esto pregunto: ¿si su servidor
quiere publicar algo en las paginas de la obra, críticas hacia lo que hacen y
sus procedimientos, lo publicarán?.
Yo no leo ninguna página
ni link del opus dei porque sencillamente no me interesa en lo absoluto, porque
sé que todo es mentira, porque conozco como funciona, porque sé que aún siguen los
empastillados. Por cierto a calandria que jura que todo ha cambiado puedo darle
el mail y el teléfono de uno de esos empastillados y que él le cuente, además
que le de el número exacto de los que de su centro van al psiquiatra para que
los empastillen.
En síntesis, no
considero justo desde ningún punto de vista que alguien que no cumple con las
más mínimas reglas de convivencia se le siga publicando aquí. No me parece
correcto frente a las y los que han tenido la valentía de expresar en esta
página sus testimonios con absoluta confianza y deban ser calificados por calandria y que sea ella la que decida si son verdaderos o falsos.
Por ello me uno a
ese deseo de prohibir las publicaciones de calandria, me parece que ya ha sido suficiente
el aguantar semejantes atropellos a la dignidad de cada una y de cada uno.
Respeto la opinión
de Agustina, asimismo respetaré su decisión, pero le pido por favor que tome en cuenta que como víctimas, tenemos una sensibilidad en cuanto
a que los victimarios y sus voceros entren a insultarnos, vilipendiarnos,
humillarnos y cuestionar la veracidad de lo que cada uno y cada una hemos
vivido, no me parece justo que por respetar la libre expresión de esa señora,
los demás vuelvan a ser víctimas.
Un cordial saludo.
Ángel Valdés
Estrada.