A ti te deja un sabor amargo, a mí me deja ¡tan feliz!.- Lvdovicvs
Fecha Friday, 23 August 2013
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Caribe, yo respondo a tus preguntas, y lo hago con el derecho que me da el formar parte de la jerarquía de la Iglesia. No. No solamente hay trapos sucios en el Opus Dei, los hay, y muy sucios –quizá más- en la Iglesia toda. La pequeña gran diferencia entre el Opus Dei y la Iglesia es que en ésta con mucha frecuencia se reconocen los problemas y la mugre de manera pública y escrita, mientras que en la Cosa, perdón, en el Opus Dei, se ocultan “y no pasa nada. Estamos más sanos que nunca” (palabras del Consiliario de México cuando le pregunté qué sucedía y por qué se habían ido todos mis amigos).

Y para muestra de que en la Iglesia se habla claramente sobre los muy serios problemas que la aquejan, aquí te dejo un sólo botón:

«Habéis traicionado la confianza depositada en vosotros por jóvenes inocentes y por sus padres. Debéis responder de ello ante Dios todopoderoso y ante los tribunales debidamente constituidos. Habéis perdido la estima de la gente de Irlanda y arrojado vergüenza y deshonor sobre vuestros hermanos sacerdotes o religiosos. Los que sois sacerdotes habéis violado la santidad del sacramento del Orden, en el que Cristo mismo se hace presente en nosotros y en nuestras acciones. Además del inmenso daño causado a las víctimas, se ha hecho un daño enorme a la Iglesia y a la percepción pública del sacerdocio y de la vida religiosa. Os exhorto a examinar vuestra conciencia, a asumir la responsabilidad de los pecados que habéis cometido y a expresar con humildad vuestro pesar. El arrepentimiento sincero abre la puerta al perdón de Dios y a la gracia de la verdadera enmienda. Debéis tratar de expiar personalmente vuestras acciones ofreciendo oraciones y penitencias por aquellos a quienes habéis ofendido. El sacrificio redentor de Cristo tiene el poder de perdonar incluso el más grave de los pecados y de sacar el bien incluso del más terrible de los males. Al mismo tiempo, la justicia de Dios nos pide dar cuenta de nuestras acciones sin ocultar nada. Admitid abiertamente vuestra culpa, someteos a las exigencias de la justicia, pero no desesperéis de la misericordia de Dios» (CARTA PASTORAL DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI A LOS CATÓLICOS DE IRLANDA, n. 7)

A ver si una tarde de éstas nos envías algún texto del Prelado similar a éste, un texto en el que hable de los problemas que hay en el Opus Dei: deprimidos, depresivos, descenso de vocaciones, disensiones, secularización de sacerdotes (más de una se ha dado). Tienes razón: quizá estamos tan ocupados en querer enseñar al Papa, a los Obispos y demás responsables qué es lo que tienen que creer y qué es lo que tienen que aprobar (son tus palabras), que quizá no hemos puesto toda la atención que debíamos a las cartas (del Prelado), cartas que, por cierto, puertas adentro (las que se envían a los centros) dicen una cosa, y puertas afuera (la que se publica en la web oficial) dicen otra. Así es el Opus Dei: el apostolado de la fachada, el apostolado de la apariencia, de quedar bien, de apantallar al personal ¡el apostolado de la mentira!

Tu último párrafo me deja ¡tan feliz! Mientras la lectura de la web a ti te deja un sabor amargo, ya se cuentan por miles a quienes les deja paz y alegría en el alma porque llegan al conocimiento y al convencimiento de que dejar el Opus Dei –como le gustaba asegurar al santo marqués- no es sinónimo de traición y mucho menos de condenación eterna… En otras palabras: a ti te deja un sabor amargo y a mí me deja la esperanza de que algún día –quizá no me toque verlo- la Iglesia, en su gran sabiduría, le pedirá cuentas al Opus Dei de todo el mal que ha hecho y sigue haciendo. Hasta entonces, Caribe.

Lvdovicvs









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