Me uno a la felicitación que Ana
Azanza dirige a Spiderman por su artículo sobre La
seducción de los adolescentes (30.09.2013). Los artículos de
Unocomocualquiera sobre La
represión emocional y el Opus Dei y esta última aportación de
Spiderman dan cumplimiento al deseo que manifesté el 14.01.2013 bajo el título A
la búsqueda del psicograma del numerario del Opus Dei. Me permito
sugerir a Agustina que tal vez se podría incluir en Opuslibros una sección que
recopile los artículos que, como estos, aborden los temas psicológico-éticos
propios de los miembros célibes del Opus. No sé cómo se podría titular la
sección, pues reconozco que el término “psicograma” es demasiado técnico y no sirve
de enganche para la gran mayoría de lectores, pero, en cualquier caso, una
sección dedicada a esta temática vendría muy bien.
Por cierto, “psicograma” se puede confundir con otro
término técnico, “psicodrama”. La confusión no sólo se debe a evidentes razones
fonéticas, sino también a que a veces se usan referidos a la misma
problemática. Así, por ejemplo, si un psicólogo estudia el psicograma (es
decir, la estructura mental-psicológico-moral) de un cura pederasta o de un
terrorista o de otro tipo de delincuente, está contemplando un psicodrama
personal. Las personas pedófilas padecen un drama psicológico profundo,
provocado por distintas razones según las circunstancias concretas de cada uno.
En el caso de los clérigos o religiosos o numerarios pedófilos, la causa de su
psicodrama no sólo se debe buscar en las deficiencias personales de cada cual,
sino también en el sistema estructural en que están vitalmente inmersos porque
genera psicogramas muchas veces problemáticos.
El psicograma de los “célibes por vocación” está
diseñado por el sistema estructural-institucional en el que viven, y éste tiene
parte importante de culpa cuando el psicograma de una persona concreta degenera
en situaciones psicodramáticas. La exigencia de una represión sexual acompañada
de la sublimación de la pulsión erótica lleva consigo graves riesgos de que, a
lo largo de la vida, el proceso de sublimación salga mal y se desvíe. En esos
casos, no es justo recurrir al argumento ad hominem haciendo recaer toda
la culpa sólo en la persona pedófila, ya que la estructura institucional puede
haber propiciado la desviación. En los casos de pederastia clerical hay dos
tipos diferentes de víctimas situadas, claro está, en planos distintos del
problema: en primer lugar, el niño o adolescente ultrajado y, en segundo lugar,
el pederasta mismo. Se trata, como se puede comprobar, de un problema muy
complejo que se debería estudiar a fondo y no despacharlo con el socorrido
argumento ad hominem.
Unas palabras del Papa Francisco publicadas el pasado
1 de octubre en el diario italiano La Reppublica arrojan luces para
solucionar a tiempo el surgimiento de dramas personales en la Iglesia: “el
proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido”, pues lo importante
es “conocerse y escucharse”. Una institución eclesial basada en el
proselitismo feroz, como es el Opus Dei, donde la dirección espiritual es un
control institucional de la conciencia personal de los miembros, es decir,
donde no se escucha ni se conoce de verdad la interioridad de la gente, genera
psicogramas problemáticos. La realista descripción de Spiderman,
centrada precisamente en la labor proselitista del Opus con adolescentes, así
lo testimonia. Por eso, la reforma eclesial que el actual Papa desea impulsar
puede dar con la solución de este grave problema que distancia a algunas
instituciones eclesiales del genuino mensaje del Evangelio.
Muchas gracias a Spiderman
por su valioso testimonio.
Josef Knecht