Pienso
que no hay gran necesidad de dar vueltas sobre lo que nos parece que en la Obra
va mal. Para nosotros no fue camino de vida, sino de perdición. Los que
buscamos a Dios y siempre lo hemos hecho no estamos solos. Dios mismo se ha
adelantado para salvarnos de un camino que no era el nuestro. Papa Francisco
nos trae luz sobre tantas cosas! Y una de ellas es la intuición que sentíamos
en la Obra de falta de libertad, de que todo se nos presentaba como un camino
hecho y acabado, como si Dios no fuera siempre un descubrimiento, como se todo
estuviera hecho. Traigo las palabras del Papa, que dan tanta esperanza y nos
confirman en nuestro camino de una búsqueda por el rostro de Cristo, en los
otros, en nosotros, a través de la Iglesia. Una maravilla!
“Sí, este buscar y
encontrar a Dios en todas las cosas deja siempre un margen a la incertidumbre.
Debe dejarlo. Si una persona dice que ha encontrado a Dios con certeza total y
ni le roza un margen de incertidumbre, algo no va bien. Yo tengo esto por una
clave importante. Si uno tiene respuestas a todas las preguntas, estamos ante
una prueba de que Dios no está con él. Quiere decir que es un falso profeta que
usa la religión en bien propio. Los grandes guías del pueblo de Dios, como
Moisés, siempre han dado espacio a la duda. Tenemos que hacer espacio al Señor,
no a nuestras certezas, hemos de ser humildes. En todo discernimiento
verdadero, abierto a la confirmación de la consolación espiritual, está
presente la incertidumbre”.
“El riesgo que existe,
pues, en el buscar y hallar a Dios en todas las cosas, son los deseos de ser
demasiado explícito, de decir con certeza humana y con arrogancia: ‘Dios está
aquí’. Así encontraríamos solo un Dios a medida nuestra. La actitud correcta es
la agustiniana: buscar a Dios para hallarlo, y hallarlo para buscarle siempre.
Y frecuentemente se busca a tientas, como leemos en la Biblia. Esta es la experiencia
de los grandes Padres de la fe, modelo nuestro. Hay que releer el capítulo 11
de la Carta a los Hebreos. Abrahán, por la fe, partió sin saber a dónde iba.
Todos nuestros antepasados en la fe murieron teniendo ante los ojos los bienes
prometidos, pero muy a lo lejos… No se nos ha entregado la vida como un guion
en el que ya todo estuviera escrito, sino que consiste en andar, caminar,
hacer, buscar, ver… Hay que embarcarse en la aventura de la búsqueda del
encuentro y del dejarse buscar y dejarse encontrar por Dios”.
“Porque Dios está
primero, está siempre primero, Dios primerea. Dios es un poco como la flor del
almendro de tu Sicilia, Antonio, que es siempre la primera en aparecer. Así lo
leemos en los profetas. Por tanto, a Dios se le encuentra caminando, en el
camino. Y al oírme alguno podría decir que esto es relativismo. ¿Es
relativismo? Sí, si se entiende mal, como una especie de confuso panteísmo. No,
si se entiende en el sentido bíblico, según el cual Dios es siempre una
sorpresa y jamás se sabe dónde y cómo encontrarlo, porque no eres tú el que
fija el tiempo ni el lugar para encontrarte con Él. Es preciso discernir el
encuentro. Y por eso el discernimiento es fundamental”.
“Un cristiano
restauracionista, legalista, que lo quiere todo claro y seguro, no va a
encontrar nada. La tradición y la memoria del pasado tienen que ayudarnos a
reunir el valor necesario para abrir espacios nuevos a Dios. Aquel que hoy
buscase siempre soluciones disciplinares, el que tienda a la ‘seguridad’
doctrinal de modo exagerado, el que busca obstinadamente recuperar el pasado
perdido, posee una visión estática e involutiva. Y así la fe se convierte en
una ideología entre tantas otras. Por mi parte, tengo una certeza dogmática:
Dios está en la vida de toda persona. Dios está en la vida de cada uno. Y aun
cuando la vida de una persona haya sido un desastre, aunque los vicios, la
droga o cualquier otra cosa la tengan destruida, Dios está en su vida. Se puede
y se debe buscar a Dios en toda vida humana. Aunque la vida de una persona sea
terreno lleno de espinas y hierbajos, alberga siempre un espacio en que puede
crecer la buena semilla. Es necesario fiarse de Dios”.
Nadasepierde