Querido amigo Al Chile:
Me vas a
disculpar que te presente una versión diferente de lo que afirmas en tu última colaboración
a propósito del pensamiento teológico del Santo. Normalmente estoy
completamente de acuerdo con todo lo que escribes, que me gusta mucho, y además
creo que me he construido una cierta reputación de no ser obsecuente con las
ideas del lado oscuro. Digo esto para que no se malinterpreten las expresiones que voy a vertir enseguida. Voy al grano, ya que tengo poco tiempo.
Una cosa es que
el Santo no hiciera ostentación de su profundidad teológica dada su acendrada
humildad y otra cosa muy distinta es que no la tuviera. Solamente te voy a
exponer algunas pequeñas muestras de lo que quiero decir.
Esa referencia
que el Santo hacía de las “botas, votos, botines y botones” a simple vista no parecía
nada, pero tras muchas horas de meditación (recuerda que en el lado oscuro hacíamos
media hora en la mañana y media hora en la tarde) yo llegué a la conclusión de
que era una excelentísima intuición del misterio de la Santísima Trinidad.
Mira, si excluyes la palabra votos, que allí era casi una mala palabra, las
otras palabras empiezan todas con “b”, que es la inicial de bueno, bello,
beato, botella y beso, no con “v” que es la inicial de venéreo, vil, vino y
verdura. Y luego observarás que de esas tres palabras: botas, botines y botones,
dos son formas de calzado y una de ellas no, botones, que es la palabra que
usualmente se empleaba para designar a un chico de los recados o a un portero.
Entonces son botas, botines y portero. ¿Lo captas? ¿No te parece que es una
ocurrencia genial la que tuvo el Santo, tanto que probablemente fue una inspiración
desde lo alto?
Igual que yo, te habrás
enterado de que el papa Francisco se ha referido recientemente a las mujeres en
la Iglesia y a la necesidad de hacer una reflexión teológica al respecto. Ahí está,
el Santo tuvo una inspiración que puede ser la precursora o el catalizador de
ese avance teológico moderno. “Ellas no hace falta que sean sabias: basta que
sean discretas.” Yo no sé si a ti te pasa lo mismo, pero yo es que veo esa
agudeza de pensamiento y me dan escalofríos, solo de pensar que he estado bajo
el mismo techo que ese increíble hombre. No es fácil alcanzar tan altas cumbres
de pensamiento, eso que te quede claro.
Termino con
aquello de “Josmíos, os quiero más que vuestras madres”. Esta va más en la línea
de la teología moral, porque se refiere a afectos, pero qué barbaridad, qué
derroche conceptual en una sola y sencilla frase, dicha casi informalmente.
Cuanto más la medito más ideas se me vienen a la cabeza y eso que yo soy un torpe
para esto de la teología. Supongo que trabajar sobre estas bases en un congreso
de teólogos debe ser una gozada.
Doctor de la
Iglesia es poco para esa eminencia. Y mucho ojo con Javi, que parece que no,
pero ese es otro a quien la humildad heroica le impide mostrar la contundencia
y originalidad de su pensamiento.
Pues eso querido
amigo rectificar es de sabios y perdona por el pitorreo pero es que no me pude
contener las ganas de gastarte esta broma.
Un abrazo muy
grande para mis amigos mexicanos.
Dionisio, el
Areopagita.