Rehacer la vida tras salir de la Obra, es mucho más que casarse rápido.- Luciana
Fecha Friday, 29 November 2013
Tema 040. Después de marcharse


Querida Mulán:

En tu correo de la semana pasada pides opiniones, y algunos ya te han respondido, pero por si te sirve aquí va la mía.

Te has ido de la Obra el último año y te preguntas si el amor llega. Pues en mi opinión SÍ llega, aunque te invitaría primero a preguntarte antes que nada: ¿Es realmente el amor de pareja el que estás necesitando? ¿Estás preparada para recibirlo? Tú nos cuentas que te has ido de la Obra el último año y, justamente por esto siento de corazón la necesidad de prevenirte; no porque haya nada de malo en empezar una relación, sino más bien para que tengas en cuenta algunas cosas...



Es muy común en ex numerarios/as que salgan de la Obra bastante lastimados. Muchas veces el proceso mismo de salida es agotador, desgastante. Luego empezar una vida de cero también cuesta. Es decir que imagino que desde que has salido del Opus Dei no has tenido mucho tiempo para “parar la máquina” y sentarte a reflexionar a planificar tu futuro, a plantearte algunas preguntas estructurales respecto de tu vida. Y es justamente esto lo que me lleva a escribirte.

He escuchado en varias oportunidades (también hay testimonios en esta web al respecto) a ex numerarios/as que recién salidos de la Obra dicen algo así como: “ahora que estoy fuera formo una familia; me caso y tengo hijos.” Cuando lo escucho o lo leo me dan ganas de decirles: es que las cosas no son “entweder...oder”, una expresión alemana muy apropiada para decir “o una cosa o la otra”. Es que no siempre las alternativas son: el celibato o el matrimonio. Déjame decirte que, gracias a Dios, hay infinidad de opcionesen la vida que hacen a la felicidad de las personas, y el matrimonio es una de ellas, pero no la única ni la más apropiada para todos.

Cuando una de mis mejores amigas dejó la Obra, no tenía un pie fuera que ya andaba buscando novio. Y los tuvo; ¡vaya si los tuvo! (la señora es muy guapa y no le costaba atraer al sexo opuesto). Sin embargo, a mi juicio, se apuró mucho y no solo fracasó en sus relaciones de pareja, sino que tampoco la hicieron feliz, por el simple hecho de que para estar bien con otra persona, primero hay que estar bien consigo mismo. Ella no había tenido tiempo de “rehacerse”, de “reencontrarse” con su persona, siquiera de “conocerse”, ya que la imagen que tenía de sí misma –lamentablemente- no era la propia. Como tú, entró en la Obra a los 14, y el espejo en el que se miraba era el que las Directoras habían creado para ella. Le dijeron lo que era (numeraria), lo que Dios esperaba de ella (celibato apostólico), el objetivo a alcanzar en su vida (santidad mediante apostolado)... Es decir, nunca nunca nunca fue ella la que realmente inspeccionó su corazón para ver si ser numeraria, si el celibato y el apostolado eran su verdadera vocación. Y sufrió, y sufrió  mucho, más fuera que dentro, porque se dio cuenta de que le habían vendido una quimera y la había comprado pensando que hacía la volunad de Dios. Y la pobre se metió desesperadamente en la búsqueda de un hombre que le diera un sentido a su vida; buscaba en el matrimonio un escape, como si la vida solo fuera o ser numeraria o ser madre de familia. Gracias a Dios logró darse cuenta de que la vida es mucho más que eso. Con una terapia apropiada pudo ver su error y rectificar. Y pudo rehacer su vida, pero esta vez desde SU perspectiva, esta vez sabiendo quién era, qué quería, qué la hacía feliz. No le resultó fácil, pero lo logró y ahora es una mujer que sonríe con tanta calma y paz que contagia a quienes tenemos la suerte de poder tratarla. Y se dio cuenta de que no necesita un hombre a su lado para sentirse bien, porque para ello le basta ella misma.

Otra mujer que conocí este año, también ex numeraria, no encontró la felicidad en el matrimonio hasta pasados los 45, aunque ello no impidió que fuera “madre” con anterioridad. Por trabajo emigró a un país asiático, en el que se quedó por convicciones. En él fundó un hogar para ninios huérfanos, y entre risas hace poco –al contarme su historia- me dijo, a raiz de mi embarazo: “pues nunca podrás alcanzarme, ya que soy mamá de 12 niños, y estoy esperando dos más que llegarán en breve”. Cuando menos lo esperaba (porque me aseguró que no lo esperaba ni lo buscaba) conoció a quien es ahora su marido. Ya ves, el amor llega, y normalmente de la forma más inesperada.

En fin, que tecuento esto para que veas que en la vida no todo es blanco o negro; que la vida de las mujeres no empieza ni se termina con el matrimonio. Que tener hijos es hermoso, si tienes los nervios para criarlos; y que ser feliz no depende ni de lejos de tener un hombre al lado.

Mi consejo, a ti y a quienes estén en tu lugar: no os precipitéis. La vida no es celibato o matrimonio. Es mejor una vez fuera de la Obra no buscar asidero en otras personas (una pareja por ejemplo), sino intentar encontrarlo dentro de uno. Un año fuera es muy poco tiempo. No te pongas la presión de TENER que encontrar una pareja; créeme que muchas veces es mejor estar solo que con la persona equivocada.

Y cuando llegue a tu vida el hombre del que te enamores, te aconsejo que antes de planear la boda lo conozcas bien. Y digan lo que digan, yo estoy convencida de que la mejor forma de conocer a una persona es pasando tiempo con ella; no un par de meses, sino más bien un par de años. He conocido ya tres ex numerarios que se han casado antes del año de noviazgo. Yo no sé cómo puedes conocer a una persona en tan poco tiempo. Más bien pienso que en estos casos fueron las parejas -desesperadas, que también las hay- las que los llevaron a ello. Y como un ex está bastante acostumbrado a que las decisiones importantes de su vida las tomen otros (los directores), pues el rol de director “de sus vidas” pasa a ocuparlo la primer persona que acepta tomar un café con ellos. En uno de estos casos el matrimonio terminó en divorcio y a los otros dos se los ve bastante tristes; como si no terminaran de tomar las riendas de sus vidas. Se los percibe como agobiados, como si hubieran cambiado una carga por otra, lo que no les hace bien ni a ellos ni a sus hijos para quienes se supone que deben ser ejemplo. En fin, cada uno hace lo que quiere –o puede-. Yo solo te cuento lo que percibo.

Por supuesto que todo lo que te digan (especialmente lo que te digo yo ahora) debes ponerlo en duda y juzgar por tí misma. Solo tú sabes lo que pasa por tu corazón en cada momento. Y si alguna vez no estás muy segura de algo, tómate el tiempo (el necesario) para averiguarlo. Y sobre todo HABLA, habla mucho, pide consejos, opiniones, busca respuestas; que las palabras no mueran en tu boca ni las lágrimas se estanquen en tu corazón. Siente, permítete SENTIR, permítete vivir emociones “que te despeinen”. Verás que la felicidad está en tí y no depende de los demás. Si intuyes que te haría bien (yo estoy convencida que ayuda), busca el consejo de un profesional; pero por favor no te quedes aislada en tu caparazón pensando que la gente no te entenderá. Confía en Dios; habla con Él –pero sobre todo escúchale-; y si aún tienes a tus padres, habla con ellos, especialmente con tu madre. Los numerarios/as desde muy jóvenes (a los 14 años hoy día son crios) cortan relaciones afectivas con sus padres, y tal vez sientas que te has perdido muchas horas de charla con ellos; horas que seguramente estarán encantados de recuperar. Abrázalos y abraza mucho a tus hermanos,a tus amigos, a las personas que te muestren afecto. Y sobre todo ¡¡¡Deja que te abracen!!! (jaja, recuerdo lo tenso que se ponía uno de mis hermanos cuando lo cogía por sorpresa con un abrazo asfixiante. “Ahora recuperaré todos los abrazos que me has negado desde que pitaste a los 15”). Ahora es el momento de recuperar esos abrazos perdidos, las largas conversaciones cerveza de por medio, las risas espontáneas, los paseos sin consultar el reloj.

En fin, créeme que a la distancia estos días estaré rezando por tí. Rezaré para que encuentres a esa persona que te haga feliz, y rezaré por quienes se encuentran en tu misma situación, pero no lo expresan.

¡Que Dios te bendiga!

Luciana

PD: Agustina tiene mi correo en caso que quieras contactarme.







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