Queridos todos: hace tiempo que os leo rigurosamente. Me habéis ayudado un montón a sobrellevar una situación insostenible, o más bien, incomprensible; con vuestros testimonios he aprendido que las personas de dentro ya no son "ellas". Son seres que, sin darse cuenta en absoluto de lo que les están haciendo, se han vuelto irreconocibles.
Hoy quiero dirigrime a vosotros, los que ya estáis fuera, pero también a los que siguen en la rueda de dentro. A los de arriba, los de muy arriba, a esos que jamás van a moverese ni un ápice, a esos que lo manejáis todo. A esos a quienes lo que menos os importa es el ser humano. Pero lo más grave es que tampoco os importa su salvación, ya que todo el daño que estáis haciendo a la clase de tropa, perjudica seriamente su futura salvación. A vosotros que no conocéis la vergüenza. A los que no conocéis el verdadero sentido del pecado. A los que no conocéis el sentido del honor. A los que no tenéis escrúpulo alguno. A vosotros, va dirigido especialmente mi escrito.
Siempre he defendido en mis aportaciones que el Opus Dei se basa en la mentira, pero ahora me veo con capacidad de afirmar otro "algo más" que también hay en la Obra, además de la mentira y que está perfectamente descrito en el libro del cardenal J.F. Ravasi "¿Qué es el hombre?". En uno de los capítulos de este libro titulado "Más allá del miedo" describe con una claridad estelar los métodos que vosotros, los de dentro, usáis con la clase de tropa. Parece como si vosotros mismos hubierais escrito de vuestro puño y letra este capítulo. Ahí va un breve resumen:
Continuamente el capítulo compara el TEMOR y el MIEDO. Afirma que el temor da confianza a la persona y es una manera de asumir sus propias limitaciones. Todo lo contrario del miedo, que paraliza a la persona. Cita que Montaigne en sus Ensayos no dudaba en temer al miedo, del que decía textualmente "el miedo es la cosa a la que tengo más miedo".
El escritor y político inglés del s. XVIII Edmunt Burke proclamaba que "un vigilante y previsor miedo es la madre de todos los seguidores, de manera que los regimenes absolutistas se han hecho propio, hasta sin saberlo, aquello que Suetoni consideraba el lema de Calígula "oderint dum metuant": "que me odien, pero que me tengan miedo".
El miedo no es cristiano porque no deja ser uno mismo. El miedo, repite el cardenal Ravasi, paraliza el cuerpo y la mente. Incluso, poniendo una nota de humor, cuenta que Woody Allen confesaba "mi esperma-cerebro es muy bueno: me ha quitado el miedo y me lo ha infectado de angustia".
Como decía Sófocles "para el que tiene miedo TODO RUGE"
A menudo, dice Ravasi, ciertos grupos han utilizado el miedo y el castigo con la finalidad de sumir a los que ellos quieren.
El miedo es diametralmente opuesto a la religión. En cambio el temor es una virtud. El miedo te aparta de Dios. El temor conlleva tener confianza en Dios.
En el amor no hay miedo puesto que el perfecto amor ahuyenta el miedo, ya que el miedo supone castigo, y esta frase sería suficiente para demoler una religiosidad que se alimenta en el miedo, por la pena consiguiente.
El miedo es el principio de la manipulación. Crea infantilismo religioso.
Podría seguir, pero os recomiento la lectura de este libro del cardenal Ravasi, del cual el Papa Francisco aconseja que se utilice para la catequesis de adultos en las parroquias.
Queridos de dentro: ¿tenéis un espejo? Como muy bien relató Novaliolapena, a vosotros, los de dentro poco os interesa lo que les ocurre a los demás de dentro y menos aún a los de fuera. Yo no os juzgo. Es Dios quien os juzgará.
Acabo con otra cita, y esta vez, es de Giorgio Vasari, en su libro "Jardines de Finzi Contini" en el cual, el protagonista se dedica solamente a cuidar y mimar su jardincito, que para él es SU MUNDO, ya que no conoce el exterior de su jardín, pues el exterior le da miedo.
Feliz Navidad
Perladeladriatico
