El Opus Light.- beren
Fecha Friday, 27 December 2013
Tema 040. Después de marcharse


Hace unos años que volví a la normalidad de la vida, con sus riesgos y felicidades, éxitos y fracasos como los de cualquier Juan-de-a-pie, después de una década como miembro, cooperador inorgánico full-time o contratado de la siempre mencionada y personal prelatura que nos ocupa. 

 

Pero el año pasado tuve la posibilidad de hacer un posgrado en una Business School muy bien rankeada por estas tierras latinas, a la sazón “labor corporativa” o como se llame de la prelatura en cuestión. Carísimo, por cierto, pero pagado por la empresa.

 

Hete aquí que el suscrito se apersonó en el insigne edificio cercano a la metrópoli, a la hora y fecha señalada, con los lógicos temores de ser señalado como tal o cual, o peor aún, de embarcarse en algún expreso formativo sutil – o avasallante-  en las vías de los varios meses de recorrido del curso de marras.

 

El primer día fuimos a un tour obligado por los claustros del tunelezco y luminoso complejo: biblioteca, edificio, jardines, sala de conferencia y comedor. Al final del recorrido, la oronda empleada con sus faldas a medio muslo, de muy buen ver, dijo con un tono casual de me importa un poroto, bajo la sombra de un laurel : “-Bueno, y a la derecha está la capilla por donde hay Misa diaria, pero no nos queda tiempo para visitarla” junto a un   “- Porque como saben esto es una labor del Opus Dei”. Amén (ésto lo dije para mis adentros). Confieso que en un rato de curiosidad malsana, o de arrebato espiritual, no recuerdo bien,  fui a conocer el oratorio pero no vi a nadie cabeceando ni besando el suelo.

 

Lo más cercano a una meditación fue una sesión new age curricular, mediando el último mes, de técnicas de respiración y de visualización de frutillares y aguas transparentes en una sesión de autoconocimiento-compartido-con-los-pies-descalzos, en donde debíamos sentir el universo bajo nuestras suelas, con los ojos cerrados. Otra que Sor Juana  Inés de la Cruz o Pablo Coelho.

 

Y después nada: ni hojas informativas ni estampas ni invitaciones a charlas ni nada. Valores católicos transmitidos en el curso? Los que predominan en el mundo empresarial, entre técnicas de marketing, management, leprechauns, role-playings y números.

 

Varios los meses que pasaron en un ambiente “sospechosamente light”, como diría Andrés Calamaro, esperando sentir el olor a oveja o la adrenalina de una invitación artera que encendiera las alarmas del pasado. Ningún miembro o miembra, clérigo o laico, que se cruzara para una charla en el jardín, o que empujara sutilmente a los educandos hacia el oratorio-capilla, o que ejerciera algún tipo de acción inductora o seductora.  Nada más para mí ni para mis compañeros, acaso alguna charla para las familias -  remarcada sospechosamente como optativa- antes del cierre final.

 

Creo que no hay que preocuparse por el derrumbe de ningún castillo: desorientación? profesionalitis? contemplación en el medio del mundo? tecnocracia? Eso sí, los lugares muy arreglados, muy opus light.

 

beren









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