El otro día, al dar mi opinión sobre la imagen del prelado con el niño en el regazo balbuceando lugares comunes más o menos espirituales, pedí opinión a los de dentro que nos leen. Uno de ellos me escribe lo siguiente, cito:
"Me parece que es hijo de su tiempo y de las circunstancias.
La única experiencia cercana que he tenido alrededor del Padre me hubiese gustado justamente que hubiese sido más familiar...
Hace unos años estuvo en mi Región. Yo me encargué directamente del montaje de las instalaciones en donde se reunió con familias de la gente de la obra. Conseguí medios, dinero y de todo para el montaje. Y sobre todo tiempo y esfuerzo.
Cuando apareció la delegación y en concreto la persona de la que dependía la organización. Me dieron tres patadas en el estomago con el ambiente que crearon... Todo lo más lejano a una familia. Totalmente artificial.
Pero no me callé, se lo dije a un director. Que si lo que habían pretendido era acercar al padre a la gente, desde luego todo parecido con la realidad era pura coincidencia.
En esa ocasión comprobé lo que pesa el montaje de alrededor. MONTAJE, creado.
El padre es una realidad y el gobierno es otra. Ahora mismo van a rastras de las circunstancias. A mí una de las cosas que más gracia me hace es la revolución que ha provocado OpusLibros. Es alucinante, la de cosas que han cambiado como consecuencia de la acción de esta web."
Fin de la cita. Advierto que he quitado un párrafo que podía sonar un poco demasiado duro hacia la figura de Echevarría y su séquito.
¿Alguna otra opinión al respecto?
Ramana
