Felicito
cordialmente a Thomas por sus agudas reflexiones del 21.02.2014 sobre los
diversos grados de esquizofrenia que padecen los miembros del Opus. Su
artículo satisface bastante bien mi deseo, que expuse en una nota del
14.01.2013, de estudiar
el psicograma del numerario del Opus Dei, aunque Thomas abarca a todos
los miembros de la Obra de Escrivá, también a los supernumerarios. Muchas
gracias por esta aportación.
Sin
embargo, aprecio que la simpatía y la compasión que Thomas siente por las
personas pertenecientes al Opus le lleva a ser demasiado condescendiente con la
institución. Yo sería más duro con ésta. La reforma de la Iglesia, de la que
tanto se habla con motivo del pontificado del Papa Francisco, debería impedir
la existencia de instituciones eclesiásticas promovedoras de situaciones de
esquizofrenia entre sus miembros. Instituciones dicotómicas, como el Opus Dei o
la Legión de Cristo, no son nada evangélicas y deberían desaparecer de raíz en
orden a una eficaz evangelización de la sociedad.
Por
ese motivo, me disgusta que Álvaro del Portillo vaya a ser beatificado. Con
tanto bombo y platillo en clave endogámica, la más que necesaria reforma de la
Iglesia no se está llevando a cabo, pues sólo forma parte de una retórica
esperanzadora, pero inoperante al menos por el momento. También me han
resultado interesantes las
reflexiones de Orange (21.02.2014), muy sensatas, sobre la figura de
Portillo, pero dirijo a Orange el mismo reproche que a Thomas: es demasiado
condescendiente con la institución. Mientras la Santa Sede trate con paños
calientes a instituciones eclesiásticas como el Opus Dei, la reforma de la
Iglesia no se hará eficaz. En mi opinión, a la Legión de Cristo, aunque ha sido
sometida a una seria inspección y a un examen profundo de conciencia y de
actuación, también se la ha tratado con guante blanco. Me remito a Dionisio
(13.12.2013) y a Ramón
(18.12.2013), que explicaron muy bien el problema.
Me
quedo a la espera de leer la sugerencia de Thomas acerca de cómo se pueden
defender desde dentro de la Obra de Escrivá los derechos humanos y eclesiales
de sus miembros. No me imagino de momento cómo esa defensa pueda ser posible,
pero Thomas tiene la posibilidad de hacerme cambiar de parecer cuando publique
en este foro su propuesta.
Josef
Knecht