Carta de mi amigo: dinero, dinero y más dinero. No hay otra cosa.- Pechina
Fecha Wednesday, 12 March 2014
Tema 010. Testimonios


Queridos lectores: hace tiempo que no colaboraba con ningún escrito, aunque sigo fielmente leyendo vuestras aportaciones.

Ante todo destacar mi indignación y repudio al triste final al que llevaron al sacerdote portugués José Alfonso Guedes. Eso no es cristiano. La vocación es algo sagrado entre Dios y la persona, y ningún hombre puede manipular este diálogo de corazones.

Acercándose el “terrible” día en que muchos fieles de la prelatura renovarán su “compromiso” me permito reflexionar sobre la base de las cartas que un íntimo amigo me envía como consuelo y explicación al comportamiento poco filial de mi hijo numerario…



Cuando pienso en mi hijo, mi pobre intelecto lo relaciona con el muñequito amarillo que se aparta de la fila de los que, enfermizos, seguirán la ruta de la manipulación y de la coacción, la ruta del engaño de todos los robots azules que sin rechistar siguen la fila de los que ya han renunciado a crecer como personas, de los que piensan que la obediencia ciega es igual a obediencia sin pensamiento ni razonamiento, sin crítica que haga crecer la fe; y la fe, como don de Dios hay que alimentarla con el crecimiento personal. Palabras y normas encorsetadas en nada ayudan a crecer.

Dicho esto paso a contaros lo que mi amigo íntimo me escribe para consuelo mío y de mi esposa, ante el comportamiento de nuestro hijo:

“Amigo, sé que sufres. Sé que tu estado emocional pasa por puntos de inflexión que en la vida de una familia sólo se explican si hay episodios de enfermedades graves. Pero míralo así, amigo: tu hijo está gravemente enfermo. Su corazón y su alma están heridos. Su mente está nublada por los antidepresivos que sin receta y sin necesidad le están suministrando para tenerlo bajo el dominio de sus palabras y... sí, también de sus amenazas. No quisiera que esta última palabra te escandalizara, pero así es amigo. Tu hijo está amenazado. Verás, me decías que habías notado un cambio en él hacia un estado más positivo para con vosotros, sus padres. Quizá fuera cierto. No voy a decirte que eso también fuera fingido, pero si analizas la situación verás que esta visita esperada durante más de dos años se produjo en el momento en que él pasó a aportar generosos ingresos con su trabajo. Entonces se abrió ese breve período de veda. Siguieron unos días de felices, dulces y hasta tiernas llamadas mientras estaba en su curso anual. En éste período fue tratado a cuerpo de rey (V.I.P. dirían algunos) porqué realmente su aportación fue grande. Pero ¿qué ocurrió después? Finalizó su contrato de trabajo y aunque ciertas voces moderadas de su centro dijeron que no pasaba nada porque durante unos meses no trabajara; aunque su colaboración en el centro era grande; aunque se dedicara a otras tareas complementarias de estudio, como por su parte no entraban ingresos, el estado V.I.P. se redujo a cenizas. Le están reclamando trabajo de forma inmediata. Pero no por el hecho de trabajar y con ello cumplir la máxima de “santificar el trabajo”. Sí amigo, ya me dijiste que tiene en manos dos posibilidades de trabajo que está sopesando. Ya me dijiste que vale la pena tomarse unos días para analizar pros y contras. Pero para ellos no hay más que dinero. Dinero = vocación. Si no hay dinero no hay vocación. Y ese puede ser el triunfo definitivo que abra los ojos a tu hijo. Me permito pedir al Buen Dios que no formalice inmediatamente estos contratos. Sería el detonante que quizá le haría ver como su vocación en nada depende de su buena voluntad, de su trabajo, de su colaboración.

Me contabas como hace escasos días se interesaba por vuestra salud como padres, pues cuando no está empastillado es consciente de vuestro precario estado. Pero ahora, bajo presión, hasta osa criticar vuestras visitas a los médicos como si hubiera una relación  directamente proporcional: más visitas = peor salud. No se lo tengáis en cuenta. Ese que os habla en estos momentos no es él. En el fondo él os ama. Pero cuando no hay dinero no hay amor que valga. Ciertamente sería un buen momento para que os visitara, ya que esperando una respuesta a las entrevistas de trabajo podría pasar con vosotros unos días. Pero fijaros que os ha dicho: No puedo visitaros porque espero la respuesta de las entrevistas y como ahora no trabajo no tengo dinero y no puedo pagarme el viaje. Si, sé que es gordo que un chico que les ha dado en seis meses lo que muchos trabajadores no ganan en tres años, no tenga el derecho a comprarse un billete. Pero en la obra es así. Dinero = visitas, buen humor, comprensión, ayuda, consuelo. No dinero = aislamiento, presión emocional, falta de cualquier medio económico para cualquier cosa. Y si el grifo deja de manar puede tambalear su vocación. Disculpad amigos pero debo rectificar: no es su vocación, es la que ellos le han creado.

No hace muchos días me contaban el caso de un numerario de edad semejante a la de vuestro hijo. Les propuso pasar unos días en su casa para meditar sobre su vocación. ¿Sabéis cuál fue la respuesta? Vete, pero ni te llevarás nada del dinero que has ganado, ni podrás volver al trabajo que tenías. Por supuesto no hace falta que vuelvas y te vas con lo puesto. A este muchacho, después de escuchar semejante respuesta, se le disipó cualquier duda.

Me dijisteis que vuestro hijo había ido un par de veces a la delegación pues muchas cosas que le están sucediendo no le concuerdan con lo que le “vendieron” en el momento de pitar. Alegraos; vuestro hijo ha visto cosas que otros muchos han tardado lustros en ver. Pero seamos prudentes, eso no quiere decir que la salida está cerca.

Me hablasteis también de que al hacer la fidelidad se había negado a dejar en testamento todos los bienes que heredara, argumentando que eran bienes de todos sus hermanos. Este es un gran paso de vuestro hijo. Pocos son los valientes que se atreven a esta condición. Y me diréis ¿Cómo pues se la admitieron? Fácil respuesta. Estaba ganando mucho dinero. 

Acabo amigos: vuestro hijo está sufriendo mucho. En su vida hay las consabidas contradicciones entre lo que ES y lo que DEBERÍA SER. Tened paciencia y tratadlo con todo el amor que podáis. Vosotros padres, sembrasteis buena semilla y la buena semilla dará buen fruto aunque crezca en medio de la cizaña del fariseísmo de la obra. Está claro que deberéis separar trigo de cizaña y eso dolerá, pero con la gracia del Buen Espíritu se llegará a buen término.

Mi deseo, amigos, es que vuestro hijo sea el muñequito amarillo que con todas las virtudes que Dios y vosotros  cultivasteis en él tenga la fuerza y la razón para seguir el verdadero camino hacia Dios. En palabras de San Pablo, vuestro hijo vive aquello de “no hago el bien que quiero y hago el mal que no quiero”.

A quienes me hayáis leído, para este 19 de marzo: Fortaleza, criterio y verdadero amor a Dios. Sed valientes. Sólo la verdad os hará libres.

Pechina







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