Opus y Falange.- pepito
Fecha Wednesday, 09 April 2014
Tema 115. Aspectos históricos


Me temo que Atomito, tal vez por no ser español, ha mezclado las churras con las merinas a cuento de las relaciones Franco-Falange-Opus. Por de pronto, Franco no se casaba con nadie, salvo consigo mismo; y se guardó absoluta fidelidad. Con Falange lo que hizo fue, siendo un caudillo sin partido, apoderarse de un partido que se había quedado sin caudillo. En cuanto a las relaciones Opus-Falange fueron pésimas desde el primer momento. Ya poco después de la guerra los colegiales del “César Carlos”, luego tan “progre él”, pero entonces mera dependencia de la Secretaría General del Movimiento, invitaron a Escrivá, vecino en su “Moncloa”, y creo que aquello fue una encerrona de mucho cuidado. Algunos falangistas acusaban a los del Opus Dei de “masones blancos”, y un notorio rector de Universidad afirmó ante testigos que vivían en común porque eran maricones (palabras que hubo de tragarse, según he oído, ante una amenaza de Álvaro d’Ors y Amadeo de Fuenmayor de llevarlo a los tribunales). Con todo eso, no es de extrañar que en los años de la “contradicción de los buenos”, cuando a Escrivá se le ocurrió echar su red en el caladero jesuita de la Congregación Mariana de Barcelona, el falangista Correa Véglison, Gobernador Civil conocido por lo bruto que era, estuviera a punto de meter en chirona a los hijos del Padre.

Más adelante, como se sabe, Franco, al ver que los Aliados iban a ganar la guerra mundial, decidió lavarle la cara a su régimen: echó a los falangistas y metió a los llamados “católicos”, pero estos eran los Martín Artajo, Ruiz Giménez y otros de la cuerda de la ACNP de Herrera Oria. Por entonces los chicos de Escrivá habían medrado en la universidad, con el patrocinio de Ibáñez Martín, hombre mediocre y pésimo Ministro de Educación, que, al parecer, refugiado en alguna embajada durante la guerra había intimado con J. M. Albareda, en cuyas manos puso luego el CSIC, que fundó para sustituir a la Junta de Ampliación de Estudios; pero para ellos la hora gloriosa del “nos han hecho ministros” no llegó hasta 1957, cuando el Caudillo supo que en sus arcas no quedaba una peseta y que había que poner orden en las cuentas.

En fin, valga, por último, una tardía excepción a lo antes dicho: sí era falangista y supernumerario del Opus Dei el ministro Fernando Herrero Tejedor, maestro político de Adolfo Suárez y, al parecer, buena persona, que murió en accidente ya en los últimos tiempos del famoso régimen.

Pepito









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=22175