Relaciones con la familia propia. (Comentario a las Glosas).- Jorge
Fecha Wednesday, 07 July 2004
Tema 070. Costumbres y Praxis



RELACIONES CON LA FAMILIA PROPIA

JORGE, 7 de julio de 2004



EL "DULCÍSIMO PRECEPTO" Y LA OPOSICIÓN ENTRE PRAXIS Y ESPÍRITU. (Algunos comentarios a las Glosas sobre la Obra de San Miguel).

Leía con interés las glosas -porque rigieron mi vida por muchísimos años-, hasta que llegué a un punto que hizo que volvieran a abrirse mis llagas.

Lo siento, pero pese al cariño que guardo hacia ciertos aspectos de la Obra, ahora me veo obligado a comentar algunos puntos en los que la teoría de la "santificación en medio del mundo, por medio del trabajo profesional, y el apostolado" se caen de su pedestal ante una incongruencia fundamental: las "relaciones con las familias"...

Por amor a mis padres -y a mis hijos- debo decir esto públicamente: encuentro muchas contradicciones teóricas y prácticas entre la vivencia del amor a la familia y las exigencias impuestas a miembros de la Obra, especialmente a los numerarios.

Para mostrarlo iré comentando las Glosas (págs. 78 a 82).

Se dice:

"El espíritu y la vida de la Obra enseñan a amar el cuarto mandamiento del Decálogo como un dulcísimo precepto, con muchas manifestaciones de afecto a padres y hermanos: Consagración a la Sagrada Familia, oración diaria, indulgencias, triduos dedicados a fomentar la piedad de las familias; detalles, llenos de delicadeza humana y sobrenatural, en el trato con los padres y hermanos, etc." (...)

Comentario:
Claro que se habla del "dulcísimo precepto", pero su repetición es más bien teórica, alejada a las necesidades afectivas y de presencia directa muchas veces indispensable en las familias.

Haciendo un conteo y analizando la dirección de las supuestas "manifestaciones de afecto" del párrafo aludido, resulta que 4 ideas se refieren a algo "sobrenatural" y únicamente la quinta idea habla de "detalles llenos de delicadeza "humana" -y sobrenatural"-. Es decir, que la relación es más "divina" que humana: se reza por ellos, se fomenta la piedad en ellos... pero ¿en la vida "fáctica", real, directa, qué pasa?

"Los numerarios han de recibir, desde el principio, la formación necesaria para comprender que su dedicación al servicio de Dios en la Obra es plena y se les pide un efectivo desprendimiento de su familia de sangre, acompañado, a la vez, de un mayor cariño hacia ellos, lleno de visión sobrenatural y de celo apostólico."

Comentario:
¿Qué se entiende en la Obra por "efectivo desprendimiento"? ¿Qué entienden por cariño "lleno de visión sobrenatural y celo apostólico"? A la acción de desprenderse le suman un cariño adjetivado de intenciones sobrenaturales ¿el cariño a la familia puede ser solo eso?

Al parecer se aclara a continuación:

"Como deber de caridad, y manifestación de orden en el apostolado, se procura que las familias vean con agradecimiento al Señor, y comprendan cada vez con luces más claras, la hermosura de la vocación, se sientan unidas a la Obra y colaboren en los más diversos apostolados en la medida de sus posibilidades. Con este fin, se aprovechan todas las ocasiones, además de las habituales -triduo de Navidad o de Pascua, fiesta de la Sagrada Familia-, para darles a conocer el cariño del Padre y de todos por ellos, y la ayuda que pueden prestar a los apostolados".

Comentario:
La caridad "a vivir según la praxis" (que en el caso de la familia de sangre se supondría que es algo natural) se pone como deber, y, peor aún, como manifestación de "orden" en el "apostolado". Es decir, que ya se le asigna un "lugar" -un grado dentro de un orden-: primero es el Opus Dei -los supuestos hermanos sobrenaturales, y luego la "familia de sangre"-.

Vale la pena caer en la cuenta del "objetivo apostólico": antes de llegar a un párrafo ulterior en el que se aclara que en las cartas que se escriban a los familiares debe quedar claro el "afán de acercarles a Dios a través de la Obra" -claro, "de la Obra"-, ya se ha hablado en términos eminentemente proselitistas: como deber de caridad lo que debe buscar el miembro es que su familia agradezca y vea la hermosura de la vocación a la Obra, y que colaboren con ella en sus apostolados. Incluso se recurre al argumento sentimental de que conozcan el "cariño" que "el Padre y todos" tienen por esa familia (sic).

Luego todavía se añade en las glosas que:

"la gran mayoría de los padres y hermanos de los miembros de la Obra podrán y desearán ser nombrados Cooperadores, y un buen número estará en condiciones de recibir del Señor la vocación".

Comentario:
En todos los años que estuve dentro, lo que percibí fue diferente. Muchos numerarios o supernumerarios eran hijos de matrimonios de supernumerarios, y derivado lógicamente de ello tenían mas familia en la Obra. Pero para los que venían de "lejos" (ahí sí los menos) era raro el caso de que en su familia estuviera de acuerdo. Lo que cuestiono con esto es aquello de "la gran mayoría". Más bien parece que la estructura de "autoalimentación" que la Obra ha ido desarrollando será en el futuro su casi único medio de subsistencia. Con respeto les digo: cada vez se convierten más en una isla, una burbuja, en un mundo rosa, aislado, ajeno a las necesidades de apostolado y acción que el mundo real requiere.

Y siguen en sus glosas:

"Un modo concreto de manifestar ese cariño y de ejercer ese apostolado es escribir con la oportuna frecuencia, especialmente a los padres. En esas cartas se ha de reflejar, con naturalidad, el sentido sobrenatural y el afán de acercarles a Dios a través de la Obra."

Por favor díganme en la vida ordinaria, normal ¿quién es el raro que manifiesta su cariño a sus padres por medio de cartas? Quizá en épocas remotas y en el caso de estar en otro país ¿pero hoy en día?...

Además nótese de nuevo cómo el "fin" es "proselitista": no les dicen que escriban contándoles sus alegrías ni sufrimientos, ni sobre su intimidad y si están felices o no, sino para "ejercer ese apostolado... (con) sentido sobrenatural y el afán de acercarles a Dios A TRAVÉS DE LA OBRA".

Pero, para colmo, se vuelve a caer en incongruencias más adelante. En las págs. 84 y 85 de las glosas (Apartado Correspondencia), se especifica cómo las cartas que reciban (también de su familia de sangre) las leen previamente -e incluso no son entregadas- por los directores. Se argumenta que después de "decidir en conciencia" (sic) si deben enseñarse al Director del Centro "teniendo en cuenta que -sin duda- le puede ayudar en su vida espiritual enseñar aquellas cartas cuyo contenido no le gustaría que otros conocieran"... porque "los Directores tienen el derecho y el deber de evitar que lleguen a los miembros de la Obra escritos, cartas, etc., que, de algún modo, puedan causar daño a quienes las reciben, vengan de donde vengan" (cf. 84). ¿Creen que con esto fomenta una libre comunicación de lo que como hijos o padres deseen compartir entre sí, sobre todo cuando los miembros son adolescentes o jóvenes?

Por otro lado ¿qué implica escribir con "oportuna frecuencia" a los padres? ¿Existe acaso la "oportuna frecuencia" para manifestar cuando a uno se le pega la gana el cariño por su familia? ¿Acaso un tercero -el director- tiene la capacidad de orientar sobre ello?

Luego, para comprender la "NORMALIDAD de escribir a los padres", quizá valga la pena regresar atrás en las glosas, a la sección de "Desprendimiento en el uso de bienes materiales" para comprender por qué podría ser más normal escribir cartas a manifestar de otra forma su cariño:

En concreto en el punto 48 se establece "los numerarios y, según sus circunstancias, los Agregados no llaman por conferencia para felicitar por el santo de la madre o del padre, o por acontecimientos semejantes: para evitar ese gasto, procuran escribirles con antelación suficiente. Y cuando no hay más remedio que hablar por teléfono, procuran emplear muy poco tiempo; como siempre, cuidan la prudencia en lo que se dice, más incluso si la persona con la que hablan es también de la Obra."

¡Vaya "modo concreto de manifestar cariño"! "¡Cuando no hay más remedio!" Claro, es más importante el "ahorro de dinero", aún cuando por "entrega" se vive totalmente alejado de los padres -entregando además el sueldo íntegro por toda la vida-, que llamarles y compartir esa alegría un buen rato al menos una vez al año...

Además, obviamente estas disposiciones de "ley" han sido ya rebasadas por la vida ordinaria. Son tan ridículas y anacrónicas que ahora muchos miembros "se las saltan a la torera" mediante el empleo de celulares (móviles, los que lo tengan), o de Internet (correo electrónico). Y en los centros rara vez se "pide permiso" para hacer una llamada tan NATURAL y exigida a cualquiera que -literalmente- "tenga madre" -y padre- (y no por las indicaciones absurdas de "caridad por deber" establecidas en el presente documento) ¿qué no podrían "actualizar el Espíritu" por favor?

Y siguen las glosas:

"De ordinario, los Numerarios no abandonan sus tareas apostólicas o su lugar de trabajo -sobre todo si es lugar lejano-, para participar en determinados acontecimientos o sucesos familiares -el matrimonio de un pariente, una primera Misa, etc.-, que ocasionan gastos de tiempo y de dinero que un padre de familia numerosa y pobre no se puede permitir"... (78)

Entonces ¿la familia de sangre vale menos que... qué? ¿Por qué vale más el "vínculo -sobrenatural-" con la Obra que el vínculo natural de la sangre? ¿Qué no lo sobrenatural PRESUPONE la naturaleza? ¿Por qué anteponer criterios de "pobreza" a criterios de Amor naturales? ¿Qué no Moisés estableció universal y previamente el 4º mandamiento -al amor a los PADRES NATURALES-, y luego Escrivá de Balaguer su praxis y sus teorías concretas sobre la "familia sobrenatural Opus Dei"?

¿De dónde que compartir las alegrías esenciales de la familia representa un "gasto de tiempo y dinero"? (el resto del argumento es tan estúpido que ni vale la pena volver a cuestionarlo). "Honrarás a tu padre y madre" es un mandamiento de la Ley de Dios. "Hacerse" el que "vive como padre de familia numerosa y pobre" (en los lujositos centros del Opus Dei, con todas las necesidades cubiertas a pesar de sus falaces argumentos apostólicos como justificación) es un invento de un hombre del siglo XX -por mas canonizado que esté-.

Pero luego en el punto 79 -hablando sobre si realizar o no viajes para visitar a la familia- argumentan:

"...No se puede olvidar que los Numerarios tienen unas obligaciones con la Obra, tan exigentes al menos como las de una familia, que no deben ser descuidadas por ligereza o por un cariño mal entendido: es ley de vida que comprenden bien -con sentido positivo- quienes han dejado a sus padres para formar otro hogar".

Pero es que ¿es el Opus Dei una familia?

Que me disculpen los "teóricos de la familia" de la Universidad de Navarra y anexas cuando pretenden justificar lo injustificable (disculpen, pero me recuerdan a otros "grupos minoritarios" intentando convencer que sus "uniones" son también familias). Llamen a sus grupos como quieran, y que se les otorguen los derechos y obligaciones pertinentes una vez reconocidos socialmente, pero ¡por favor no les llamen "familia" ni pretendan funcionar como una cuando no existen sus elementos constitutivos!

Serán comunidades, o gente reunidas en centros por "la misma vocación", pero NO familia. Suplantar los lazos naturales, la sangre, la unidad de hombre, mujer e hijos con figuras postizas es un atentado contra las propias raíces, contra la piedad y los deberes filiales naturales. El Fundador es el fundador, pero sus parientes no son ni "abuelos" ni "tíos" de las diversas personas que se vinculan a la institución por una vocación SOBRENATURAL (siendo EXCLUSIVAMENTE Hijos del Único Padre, el Padre Celestial -y de sus padres naturales por participación-) y un contrato JURÍDICO. Y la institución "Opus Dei" no es ninguna Madre (¿o sí? En mi país eso es un insulto, pero no es una "mamá").

Si eso es una "familia -sobrenatural-" que pretende "imitar" a la de sangre por la que los numerarios "han dejado a sus padres para formar otro HOGAR" (79) ¡yo me muero tan solo de recordarlo y contrastarlo con mi propio hogar: con esposo, esposa e hijos reales!

Pero volviendo al tema de la familia de sangre, la justificación para anteponer los "intereses de la Obra" a los de la familia natural, se justifican con argumentos como el siguiente (están hablando del caso de los viajes para visitar a la familia):

"... los numerarios han evitado siempre cualquier manifestación de falta de orden en la caridad hacia los parientes: el primer lugar en los afectos lo ocupa Dios y todo lo que se refiere inmediatamente al servicio del Señor y de las almas. Si, excepcionalmente, después de ponderarlo con detenimiento, se ve preciso realizar un viaje para atender en una necesidad a alguna persona de la familia -estaría fuera de lugar, de modo particular si se vive en otro país, que la finalidad del viaje fuera sólo ir a visitarles-, se concreta el plan -reduciendo al tiempo estrictamente necesario la estancia en el lugar de destino-, y se informa a la Comisión Regional correspondiente el motivo..." (80).

Comentario:
Nuevamente, si aluden al "orden de la caridad", antes que el Opus Dei, tuvieron padres. El Padre celestial y los padres progenitores. Pero por desgracia en la Obra se va fomentando -insisto, sobre todo entre numerarios- que se confundan los términos. Primero es "la Obra" -mediante una extraña "identificación" entre la institución y Dios ("el lugar en los afectos lo ocupa Dios Y TODO LO QUE SE REFIERE INMEDIATAMENTE al servicio del Señor y de las almas" léase el Opus Dei). Y así se genera una inversión del orden natural, anteponiendo en la práctica cualquier actividad relacionada con la institución (sea o no de carácter apostólico, como son por ejemplo los cumpleaños de otros miembros, las denominadas "fiestas de familia" -celebraciones propias de la Obra-, actividades propias del centro) a otros eventos de la familia de sangre.

Total que la disociación entre "teoría" y "praxis" en el Opus Dei queda de nuevo patente. Predican a los cuatro vientos el amor a los padres mientras norman cualquier acción de cariño relacionada con los mismos, anteponiendo casi siempre los intereses de la institución a las necesidades afectivas y familiares de los miembros.

Las presiones se suelen intensificar durante la "formación" en los "centros de estudios", período de mayor adoctrinamiento institucional. Las relaciones familiares durante esa época casi se reducen a las actividades planificadas para dar a conocer la Obra a las familias de los miembros (tertulias prediseñadas, Misas durante Semana Santa o el Triduo de Navidad).

Otro punto de interés es el referente a las relaciones "económicas" con las familias. Se suele fomentar el "apostolado de pedirles", pero se prohíbe darles cualquier detalle material. Se reglan y norman todos los aspectos sobre cómo "ayudarles en caso de necesidad" siendo el Opus Dei siempre la instancia mediadora y decisoria sobre cómo administrar la ayuda económica.

Todo lo anterior es muestra evidente de la poca naturalidad y los absurdos con que pretenden normar algo que no les compete, pero en lo que por desgracia inciden, afectando muchas relaciones familiares.

Piénselo y cambien, por favor.





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