Apreciado Josepepe:

Mira, las cosas no se pasan del negro al blanco “ipso facto”, debe haber un proceso de adaptación hacia el blanco. Por otra parte, si la tendencia es ir al blanco, no se puede permanecer indefinidamente en el gris. Y ya sabemos, en los movimientos e instituciones más radicales de la Iglesia no caben los grises o LOS PROCESOS DE ADAPTACIÓN, aunque siempre habrá alguna excepción en algún proceso en particular, para que no se diga.

No entro en la discusión si matrimonio civil y/o matrimonio eclesiástico. Daría para llenar toda la enciclopedia Rialp y la Espasa, junta. Y como en España la cosa aún sigue muy unida, se crea una casuística muy particular, desde una Leticia divorciada y casada por la Iglesia, presuntamente válidamente, hasta lo que tú te quieras imaginar.

El matrimonio es cosa de dos, y si cada uno va por su lado… algo falla. No se puede flirtear con el opus o con algún movimiento religioso, sin que el cónyuge se entere. Ya que la Fe es algo esencial y afecta al matrimonio, de raíz. Si a veces, uno crece mucho en la Fe a espaldas del otro, el matrimonio tambalea.

Creo que debes HABLAR y LLEGAR ACUERDOS CON TU MUJER y decidir libremente vuestras decisiones, sin tapujos. Y en caso de descabrajo irreparable y en caso extremo, siempre hay el divorcio, civilmente hablando, claro está. Estas son las ventajas de estar casado por lo civil.

Siempre hay que primar la prudencia, y que no todo se soluciona en un día. Despacito y buena letra, las cosas pensadas y habladas.

Y respecto a tu amigo/compañero numerario, te recuerdo que los numerarios no tienen amigos sólo personas de usar y tirar, en el sentido apostólico.

Un saludo

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