Narcisismo, Psiquiatría y Escrivá.- Orange
Fecha Monday, 21 July 2014
Tema 105. Psiquiatría: problemas y praxis


Ahora en verano que hay más tiempo libre he podido releer con detenimiento el artículo que hace casi siete años publicó Marcus Tank (14-09-2007) titulado "El trastorno narcisista de la personalidad del fundador del Opus Dei".

Recuerdo que en los últimos años de la vida de Escrivá, yo estaba encantado de ser socio numerario del Opus Dei. Encauzado constantemente por los directores, admiraba mucho su peculiar y fascinante modo de ser, seguía su doctrina y liderazgo con fe ciega, cada detalle que me contaban de su vida me parecía una maravilla. La gente de fuera decía que practicaba el "culto a la personalidad" a lo cual yo respondía que no, que lo que ocurría era que tenía mucha santidad. Eso lo tenía metido en el cerebro y lo repetía como un papagayo aunque solo lo había visto en tertulias numerosas o multitudinarias. Escrivá, para mí, tenía una imagen grandiosa, de héroe muy meritorio, de elegido de Dios, de hombre con una misión histórica, de profeta que había abierto un nuevo camino hacia Dios (todavía no me explico cómo me dejé lavar el cerebro de aquella manera)...



Pues bien, Marcus Tank estuvo acertadísimo al darse cuenta de que ese fenómeno relacionado con la forma de ser de Escrivá y su repercusión en las masas, se puede encuadrar y encaja perfectamente en el diagnostico psiquiátrico de trastorno narcisista de la personalidad (en adelante, TNP). Marcus dio en el clavo.

Yo tengo, por desgracia, un familiar diagnosticado por los psiquiatras de trastorno de la personalidad (no narcisista, sino de otro de los diversos tipos que existen). Os aseguro que eso no es ninguna broma ni un simple tema psico-teórico, sino una gravísima enfermedad psiquiátrica y una autentica fuente de gran sufrimiento para el enfermo y para el entorno familiar (a una persona del entorno directo le he oído decir que preferiría que le cortaran las dos manos antes de ver lo que ve por causa de esa enfermedad).

Si Escrivá padeció de TNP, habría que admitir que este hombre fue un enfermo psiquiátrico grave. Eso no alegra a nadie, porque nadie se puede alegrar de que alguien sufra una enfermedad del tipo que sea, pero arroja muchísima luz para comprender muchos aspectos de su conducta y algunas de las características de la institución por él fundada.

Una tesis sobre un tema de esa importancia, tan sólida y detalladamente razonada, no puede haber pasado desapercibida a los miembros de la Obra de Escrivá, que siempre están con la antena puesta, especialmente a la cúpula directiva y a los que son profesionales de la psiquiatría. Sin embargo, ellos no han manifestado ninguna respuesta a la tesis de que la personalidad de Escrivá cumple los nueve criterios diagnósticos del DSM-IV de la APA (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, de la American Psychiatric Association) para el TNP (por cierto, he visto que los criterios diagnósticos de TNP siguen siendo los mismos en el ultimo DSM, el DSM-V de 2013).

Podríamos suponer que los Escrivarianos no responden ni entran a dialogar sobre este tema porque tienen una persistente actitud sectaria de absoluto desprecio ante cualquier idea que no venga de su propio ámbito, por razonable y brillante que pueda ser. Son así de prepotentes. Es difícil encontrar un caso de soberbia colectiva más evidente. Además, son muy calculadores y saben que este sería un tema sumamente incomodo y pegajoso para ellos y no se atreven a entrar. El mutismo ante una tesis de esa envergadura, que afecta a los cimientos de la institución, indica también la falta de recursos dialécticos y de pruebas documentales para refutarla, lo que conlleva su aceptación implícita, ya que, como dice el refrán, el que calla otorga.

Quizá ellos puedan pensar: vale, podríamos aceptar que Escrivá fue narcisista, pero, una vez que hemos conseguido que sea declarado santo, eso nos importa un bledo... porque si los nueve criterios no estuvieron en el proceso de beatificación, no valen para nada.

Se da la paradoja de que, cuando Marcus Tank demostró recientemente que Escrivá tuvo la manía persistente de ser obispo, los Escrivarianos reaccionaron y lo negaron mediante un escrito lleno de soberbia e insultos histriónicos además de ser documentalmente fraudulento, como demostró Simplicio (28-4-14). Y, sin embargo, ante la publicación del mismo Marcus Tank que demostró que la personalidad de Escrivá fue clínicamente patológica, con un sólido estudio de diagnostico psiquiátrico de TNP (lo cual es muchísimo más grave que la manía de ser obispo), se callan. No se entiende. Quizá algún psiquiatra podría explicarlo (¿tal vez una actitud narcisista

Finalmente, desearía que algún psiquiatra de los muchos que hay en la Obra de Escrivá, con suficiente categoría profesional, se animara a dar una opinión razonada y científica sobre cada uno de los criterios diagnósticos del DSM-V para el Trastorno Narcisista de la Personalidad, aplicados a Escrivá, por si tiene argumentos para refutar la tesis de Marcus Tank. Sería bueno para avanzar en un sano, sereno y profesional contraste de pareceres.

Orange







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