Noche de piojos.- Lizzy Babieca
Fecha Friday, 19 September 2014
Tema 010. Testimonios


Unonuevo tiene toda la razón cuando señaló que no se me había secado el cerebelo. Porque sí tenía temas, pero no sabía cómo ponerlos acá, si pegaban o no pegaban, si servía o no servían. Son temas IMPORTANTES, no porque me pasen a mí, sino porque muestran cómo esta página trasciende mucho más allá de su función de "muro de los lamentos". Y prueba cómo los exes, así, tan malditos e incapaces de hacer nada bueno, siguen haciendo un bien enorme en muchas partes y aquí también...



Unonuevo, debo decir que en tu segunda entrega no te entendí nada, pero cuando le preguntaste a Agus, en otra posterior, que cómo estaba la meta $ para la mantención de la página, pues me ganaste enseguida. O sea: meterse la mano al bolsillo (o por lo menos ser capaz de imaginárselo), revolverlo, sacarla con algo de dinero, y luego, POR FIN, poner ese dinero en la cuenta para la mantención de la página OpusLibros, es algo muy muy difícil. Reviste de una generosidad más allá de toda duda. O eso pienso yo, que todavía no consigo aportar ni medio euro. Me han dado ganas, pero siempre aparece alguna excusa. La última: que no se cómo hacer el envío desde mi banco. Estoy segura que algún día lo lograré, y cuando lo logre estaré tan cambiada, que nadie me reconocerá. Puede que hasta levite.

Por si acaso, siempre me emociona cuando alguien me dice que me lee y que le sirve, pero no contesto, porque me da vergüencita.

Ahora, les cuento que el sábado 13.09.14, escribí un envío que no envié. Lo pensé un rato, tomé distancia, le comenté algunas ideas al marido, y después de otro rato, se lo mandé al Venerable por mail, quien me animó a compartirlo acá. Hasta me corrigió las faltas de ortografía (¿qué se cree este ancianito?) y de yapa, me adjuntó su respuesta. Ya estoy viendo que quiere hacerse famoso...

1. Envío no enviado hasta que pasaran unos días.

"Noche de piojos" (13.09.14)

E.B.E: Gracias por todo tu escrito “Abusos contra el alma”, y sobre todo por: "Luego de este tipo de experiencias, no es fácil volver a creer, pues la fe de las personas está íntimamente relacionada con la capacidad de donación. Creer en algo es donarse hacia ese algo". Me ha servido de pasatiempo en esta noche de insomnio. Son casi las 6 de la mañana y ya me levanté, que no sacaba nada con seguir tratando de dormir. No te apures, la culpa no es tuya, sino de los piojos. Y es que les cuento a todos la novedad: Lizzy Babieca tiene piojos -debieron traerlos los niños a casa, y se quedaron todos conmigo- y como ayer salimos donde unos amigos y llegamos tarde, que no alcancé a aplicarme el shampoo.

Estuve mucho rato tratando de entender a qué te referías con fe, hasta que concluí que te referías a fe natural. Y claro que tienes toda la razón. Si tienes fe, confianza, te abres y te entregas, haces donación de ti en un acto de amor a otro. Perfecto. Es necesario que haya otro, y que ese otro sea una persona, no un calcetín o una secadora. Una persona. Luego de un rato, me di cuenta, que lo mismo aplica para la fe sobrenatural, o la fe en Dios.

Yo empecé a escribir hace unas seis o siete semanas aquí, y empecé escribiendo "dios", y de a poco el concepto Dios, me empezó a salir con mayúsculas. Un coqueteo poco, que digamos, con el concepto. Y pasan cuestiones raras, o no raras: inesperadas. Te empiezas a acordar de cosas. Yo he dicho que no soy católica y que tampoco tengo fe, pero parece que no es cierto. No rezo, pero medito, por ejemplo. Y cuando alguien necesita algo importante, no tengo problemas en cambiar la meditación contemplativa, en petición de ayuda formal. Creo que si les pusiera en palabras como es más o menos mi petición de ayuda, se mueren de la risa, porque primero invoco (mentalmente, si tampoco estoy tan loca) los distintos nombres de lo bueno, y luego pido formalmente: "que Fulanito -que tiene 18 años y se quiere comprar una moto- desista de su idea; que entienda que la tasa de accidentes es altísima y que no vale la pena". Y al otro día, la noticia es que Fulanito ha desistido, porque un amigo le contó que eran muchos los accidentes y que mejor se comprara un auto.

Entonces, al parecer, yo sí tengo fe, creo en algo así como Dios. Pero para mí no era un Dios personal. Hasta que le di vuelta al tema a propósito de la donación que explicaba E.B.E. Cáspitas. Yo cuando pido ¿a quién pido? ¿A qué pido? Ponerlo como persona, me parece reducirlo mucho. A la escala humana. Todos estos maravillosos pensamientos surgen mientras me rasco y me rasco... Ya, me digo: yo me dono a los otros, de manera práctica. Bien. Estrellita y carita feliz para mí. Luego, yo pido a algo (¿o a alguien(es)?) ayuda formal. Y la recibo. ¿Esto quiere decir que "alguien(es)" o "algo" también (se) entrega o se dona a mí? Al parecer sí, puesto que hay recepción de ayuda. La verdad verdadera es que no alcanzo a convencerme de que sea una persona o unas personas. Hasta que emerge el recuerdo de Cristo y el Santísimo. Ahí como que me empieza a calzar el tema de la donación -la donación primera, el mejor ejemplo de donación, que digamos- y como que empiezo a entender un poco más lindamente a la Iglesia Católica, en el sentido de que porta ese mensaje. Porque si mañana llegan los extraterrestres a conquistarnos, y nos preguntan que cuáles son nuestras credenciales, debiéramos mostrarles el Sagrario, independientes de la religión que tengamos o no tengamos: "Miren señores extra, nuestros ideales como humanidad es donarnos los unos a los otros, de modo que creemos en una divinidad que practica con el ejemplo". Y que quedamos como reyes.

Ya amaneció! Lo siento, piojitos, ya me puedo lavar el pelo.

Lizzy Babieca

2. Respuesta del Venerable Anciano (15.09.14)

Querida Lizzy, otra vez mas me dejas marcando ocupado (no es la primera y espero no sea la última) sorprendes, sales por derroteros inesperados. En eso le pareces a mi hijo pequeño que crees que ya entendiste su línea de pensamiento y de repente… plop, sale por donde menos lo esperas.

Ahora resulta que eres una intelectual (eso ya lo sabía de antes) y con corazón (que también lo sabía pero no lo unía a lo anterior).

Te va a ir mal: los intelectuales no deberían tener corazón, deberían ser simples maquinitas de pensar. Yo hace mucho tiempo que decidí no ser intelectual y darle su parte al corazón, es más cómodo. Además, como creo que dijo un tal Blas Pascual, "el corazón tiene razones que la razón no entiende".

En el fondo (dime si, a pesar de ser tan burro, te he entendido) lo que dices es: intelectualmente la iglesia me repatea por esas incoherencias que uno ve (apego al dinero, maricones, pederastas, falsos, hipócritas, partos, medos, elamitas…), la idea de dios no me convence (el dios Tiquismiquis), el que se pone contento cuando rellenas cuadritos en la hoja de normas, el que apunta cuantas correcciones fraternas has hecho por cruzar las piernas en el círculo breve o por no ir vestida de monga –si, con g-…) pero sigo sintiendo la atracción de ese Dios (ahora con mayúscula) ese que se alegra cuando tengo empacordia(*) con alguien o cuando la tengo con El porque El la tiene conmigo, ese Dios que se alegra cuando yo estoy alegre y alegro la vida de los demás contando batallas de piojos, de dedos pillados en una puerta o de lo que sea con tal que los demás se alegren, ese Dios para el que tiene valor la obra de misericordia de “dar de beber al triste” y se alegra cuando te tomas una cerveza (o seis) con el triste de turno. Y lo mismo con esa Iglesia (ahora también con mayúscula) la que está formada por gente generosa, con sus problemas y debilidades, pero que intenta de verdad vivir las normas del amor por encima del amor a las normas.

Estás empezando a razonar con el corazón. Si eso es una decisión racional, bienvenida a mi bando (te aconsejaría que la reforzaras con Edith Stein y sus pensamientos sobre la empacordia(*), San Agustín con su “ama y haz lo que te salga de las narices”,…). 

Uno de mis hermanos desde el siglo pasado, a este bando le llama el bando de los C.S.C. o Cernical Sentimental Corporation (cernícalos sentimentales).

Abrazos para ti y tus tártaros de Zartán el de la selva

(*) EMPACORDIA = síntesis superadora entre empatía y misericordia







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