Gracias Satur.- Melqui
Fecha Friday, 26 September 2014
Tema 130. Agradecimientos, felicitaciones


Acabo de enterarme de la muerte de la Piedra. Ella y Satur son al final algo mío también. Lo son porque Satur ha tenido la benevolencia de compartir su vida, su barullo, con los demás. Y tengo pena.

No sabía nada, por desconexión desde hace tiempo con la web. Y lo he leído todo seguido: los correos de la web, el barullo, el pábilo … Todo lo que se refiere a la dura aventura de Satur y la Piedra durante los últimos meses. Me he acongojado.

Tenía que escribir para que Satur sepa que los tengo a los dos en el corazón. Que he llorado. Que me siento cerca de él. Y que estoy agradecido.

Satur ha tenido la facultad de establecer una relación cercana, personal, a través de algo tan frío como teóricamente son los textos que se leen a través de un ordenador. Yo he reído con él, he pensado con él, he aplaudido con él, he criticado con él y, ahora, lloro con él.

A mí la perfección me resulta admirable. Pero esa fachada de perfección que se construye en el Opus disimulando y negando, si es preciso, los defectos, me produce rechazo. En cambio, me ayudan las personas que tienen defectos y que tratan de superarlos, que no están en un pedestal, que tienen miserias, que no han sido desde la cuna “siervos buenos y fieles”. Porque me dan esperanza. Me agrada comprobar que no solo yo tengo dudas, no solo yo tengo miserias. Y disfruto con sus logros, con sus hallazgos, que son hallazgos también para mí, confiando en que Dios hará su obra buena también en mí.

Satur no será calificado desde el Opus como “un hombre bueno y fiel”, como ahora dicen de don Álvaro del Portillo. Pero es que solo Dios es bueno. Los pobres cuelpos pelsonas somos imperfectos. Con miserias y grandezas. La mayor grandeza, sin duda, la capacidad de buscar la verdad y de dar y recibir amor. Ese amor que Satur encontró en la Piedra y ha podido recibir de ella. Un regalo de Dios, sin duda. Un amor puesto a prueba, desde luego, ¡de qué manera!

Los escritos de Satur me han ayudado a entender a los demás, a entender la vida. Con planteamientos realistas, siempre deja entrever una actitud esperanzada, positiva, ante las cosas y las personas. Y eso a mí me ayuda mucho. Esa actitud le llevó a encontrar en La Piedra a su complementaria. Y es evidente que su amor mutuo le enriqueció a él y también a nosotros, de rebote, por comunicación. Muchas gracias a los dos.

Hace tiempo que vino a mi memoria un episodio de mi vida, aparentemente irrelevante en su día. Recuerdo que, con mis autosuficientes veinte años, se acercó a mi grupo, frente a la barra de un bar, una persona especialmente pesada, cargante, molesta, petulante, maleducada … pero una pobre persona al fin. Uno de los presentes la atendió, la escuchó y conversó un rato largo con ella con mucha amabilidad, pero en cuanto ella se fue comentó al grupo: “Desde luego, hay personas como X, que viven gracias a la benevolencia de los demás”. Todos asentimos, convencidos de que gracias a que nosotros y muchos otros la aguantábamos de vez en cuando, esta persona podía disfrutar de un trato con los demás que, en realidad, no merecía por su comportamiento. Sin embargo, con el paso del tiempo, ese episodio ha vuelto muy nítidamente a mi memoria al comprender que YO también vivo gracias a la benevolencia de los demás.

Pues gracias, Satur, por tu benevolencia conmigo. Rezo por ti y rezo por la Piedra.

Que Dios os bendiga.

Melqui







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