De beatos, santos y burgueses.- Laotra_orilla
Fecha Friday, 26 September 2014
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Así comenzaban las crónicas de la antigüedad cuando querían contar algún hecho de la vida real o ficticio.

Estamos a las puertas de la beatificación del hijo más fiel de Josemaría, Alvaro, que encarnó en su propia vida la vida del santo de Barbastro, que por cierto, ahora Barbastro se ha hecho famoso con la canonización de los mártires claretianos. No dudo de la bondad de Alvaro ni de su aparente carácter de bondad, quizá sea porque por sus venas corrió sangre mexicana y los mexicanos tienen fama de carácter suave. Pero de ahí a dar el salto a los altares… creo que son palabras mayores...



Hace unos días en el seminario donde trabajo hubo la dedicación del nuevo altar de la capilla que fue remodelada recientemente y el obispo estaba a la caza de reliquias para ponerlas, como se hacía antes, en el sepulcro del altar. Hay unas monjas que atienden el seminario y les mandó preguntar si ellas tenían reliquias de su fundadora a lo que contestaron que no y la razón era muy sencilla: no está canonizada, y por qué… muy simple: no tenemos dinero para costear los gastos del proceso. Ellas están convencidas de que fue una mujer santa y así la consideran, pero no tienen dinero… Que patético me suena pero así es. Y así lo oí de otra monja que hablando de su fundadora tampoco ha sido beatificada por falta de plata y en cambio, en el opus, ya van el fundador, el hijo más fidelísimo y no sé cuantos más que están en línea esperando su turno, sin contar algunos “parientes cercanos” que se han cobijado a la sombra de nuestra madre guapa”. Pero no hay dinero, nunca hay, al fundador le daba miedo que se perdiera el espíritu original de pobreza… y claro que no se ha perdido, se ha potenciado a todo lo que da.

Decía un punto de Camino, que después de una vida larga y llena de trabajo había que morir en una cama como un burgués… pero eso sí santo. Me suena a algo dantesco, vivir y morir como un burgués, rodeado de todas las comodidades inimaginables, con las tres comidas preparadas “con mucho cariño” por nuestras “hermanas pequeñas” (porque no las dejan crecer… les da miedo, las tienen esclavizadas) y con tres comidas más la merienda y quizá una media mañana de vez en siempre, todo rico y pulcramente preparado, sin obviar ningún detalle pequeño, que se note que hay amor (y no lo dudo). Y moviéndose con un Mercedes Benz por las calles de Roma, impecable y con alguien que te abre y cierra la puerta sin problemas y en el momento que lo necesitas y viajando en primera en los aviones, porque se es una persona muy importante y si es necesario en aviones particulares, sin importar quien los pague y, por supuesto, viviendo en los mejores barrios de la ciudad.

Lo repito, no dudo de la bondad de  D. Alvaro pero qué difícil resulta decir que así se puede vivir “heroicamente” la virtud de la pobreza y que sea un testimonio, como su fundador, de la forma de vivirla. Decía un alto eclesiástico a propósito de la obra y su forma de funcionar: “ellos se cuecen aparte de la Iglesia, están en su mundo”.

Resulta muy llamativo que de cara a su ceremonia de beatificación la virtud que más se trata de resaltar en él es esta, la pobreza, y se hace recogida de alimentos para repartirlo entre los pobres y se habla de las labores asistenciales que promovió en África como si nada más allí hubiera pobres y se escribe sobre su amor a los pobres. Hay un refrán castellano que dice “dime de que presumes y te diré de qué careces”. No se puede hablar de la virtud de la pobreza en el opus sin esbozar una sonrisa. No se puede decir que se vive esta virtud, de la que el fundador y su hijo más fidelísimo son preclaros ejemplo cuando ves el dispendio que se hace para llevar gente de ochenta y tantos países a Madrid a pasearse y estar presentes en una misa de beatificación cuando no es el número sino el testimonio el que arrastra. Ya lo decía el fundador y lo repetía: “fray ejemplo es el mejor predicador”. Basta ver los centros y lo que se invierte en ellos, los millones de dólares que se están recogiendo para “Saxum” (una persona me decía extrañada acerca del nombre, que éste fuera por D Alvaro y no por nuestro Señor Jesucristo, que El sí que es Saxum, Roca).

Pienso que los tiempos de impunidad empiezan a cambiar. Da la impresión de que se respiran aires nuevos. Ni el prelado, ni ninguno de sus más cercanos colaboradores han sido invitados a participar en el próximo Sínodo de la Familia en Roma ahora en octubre; tampoco ha sido llamado ninguno de los “especialistas” en Derecho Canónico a formar parte de la comisión que han formado para el estudio de los tribunales de causas matrimoniales, Y ahora, la remoción del Obispo numerario del Este en Paraguay que ha sido removido después de investigar en su diócesis escándalos de abusos sexuales y financieros y la falta de comunión episcopal.

En fin, se ve que D Alvaro está muy ocupado en otros menesteres y se le han “escapado” estos detallitos de poca monta, cosa rara pues él es conocido por haber blindado a la obra de cualquier tipo de cambios so pena de “maldición”… ya veremos si no lo dejan en el “congelador” como beato por muchos años. Amen.

Laotra_orilla







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