El sínodo y los carcas.- Manzano
Fecha Wednesday, 15 October 2014
Tema 010. Testimonios


Dedicado al amadísimo “unonuevo”:

Antes de nada, te recomiendo releer mi último escrito -querido ex-hermano- y te darías cuenta que en ningún momento digo que los católicos practicantes son unos carcas. Debe ser algo de tu propia cosecha, eso lo decides tú, pero no me hagas decir algo que no digo. Sería bueno evitar ofensas involuntarias a terceros, no por mí, que ya estoy de vuelta.  Efectivamente demuestras tener mucha intuición, pero te pasas de frenada y al final casi todo lo que intuyes o dices intuir lo yerras. Y para no dar pábulo a este tipo de lecturas desviadas o interesadas -según quién lo mire- me propongo ser más didáctico con un par de ejemplos. Creo que así lo entenderás mejor...



Me hago cargo de tu situación, es comprensible que un auto-declarado “ex-nume” casado con una “super” le salga la vena doctrinaria a la primera oportunidad, dispuesto siempre a salvar a la Iglesia de alguna manera, o sea, a la manera opusina. Algo similar nos pasó a casi todos hasta que finalmente lo superamos. Más difícil lo tienen los que mantienen algún contacto por diversas circunstancias y siguen respirando ambientes afines.

Date cuenta que, los que circulamos por Opuslibros, nos sabemos esa doctrina moral de la Iglesia al dedillo tanto como tú, incluso más en algunos meritorios casos. Te podrías pues ahorrar los sermones -que te leo por caridad- y harías bien en obviarlos para poder focalizar mejor los temas a debate. Si acaso, nos podrías ilustrar en doctrina social, que de esa sí que estuvimos escasos de formación en nuestro paso por galeras.

Acepto que no me expresara de la mejor manera posible acerca de los “carcas”, pero estoy seguro que el bien intencionado lector lo entendió perfectamente a la primera, sin necesidad de usar mucha imaginación. Pero voy con los ejemplos:

Antes, aporto una definición de carca según el Diccionario Libre:

Se aplica a la persona o cosa anticuada o de ideas extremadamente conservadoras o retrógradas”.

Un primer ejemplo sería San Escrivá: todos sabemos los rechazos y las indigestiones que le produjeron el Concilio Vaticano II. "Nuestro padre lo había definido lisa y llanamente como una mierda", tal cual, con todas las letras. Así nos lo contó el cura numerario de mi centro por haberlo oído directamente del protagonista. (Si no es verdad presenta tu mismo una reclamación al opus por amparar y proteger a curas mentirosos).

Otro ejemplo más actual: el obispo venido a menos R. Livieres, miembro de la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz y el Opus Dei. A su favor hay que decir que ha demostrado ser buen hijo y fiel a la doctrina de su fundador. Su carta sobre el sínodo extraordinario sobre la familia refleja perfectamente el espíritu de la Obra, aunque los suyos le nieguen ahora la mayor de cara a la galería. Sabemos que la imagen externa de la institución está por encima de cualquiera de sus miembros y traicionar, como bien explica EBE, forma parte de su praxis rutinaria. Nada nuevo.

Ambos son evidentes casos de carcas, personas que se revelan y se indignan contra toda propuesta de abordar, analizar los signos y adaptarse a los nuevos tiempos. La alergia que les provoca cualquier doctrina distinta a la suya y a la nueva que pudiera surgir y aplicarse de las aportaciones y conclusiones de las ponencias del sínodo, les pone enfermos. En definitiva, rechazo a todo lo que ponga en relieve las necesidades actualizadas del pueblo de Dios. ¿O acaso eres también de los que creen que es el Pueblo de Dios quién debe estar al servicio de la Iglesia? Yo diría que la cosa va al revés.

En resumen: carcas son pues los que no quieren ponerse al día y eso es lo que digo ahora y lo quise entonces decir. Ser Católico practicante no es incompatible con querer ponerse al día. A menos que tú digas lo contrario, ser católico no equivale a ser retrógrado. Aunque te daré por válido que hay católicos que son extremadamente retrógrados.

Te lo cuento ahora más fácil con una pregunta: ¿Dirías que el Papa Francisco es un católico practicante? No hace falta que respondas, tampoco quiero saber tu veredicto. Pero por esta regla tuya –que no mía- y si no le niegas esta condición, el Santo Padre sería un carca.

Pero resulta que el Pontífice tiene inquietudes, tiene vigor reformista, conoce a su pueblo, su rebaño universal vive con dilemas, contradicciones, hay cosas que no funcionan, hay divergencias e incompatibilidades con el Evangelio en algunas posturas doctrinales. ¿Le vas a quitar la legitimidad de convocar un sínodo sólo porque es o debería ser un católico practicante?

(Por cierto, de momento el sínodo empezó por poner en valor el papel de los homosexuales y divorciados dentro de la Iglesia: Bruno Buozzi se quema, Javi en estado de shock.)

¿¡Cómo se le ocurrió al Papa montar ese cirio de sínodo y más sobre la familia, cuando está todo dicho!?, se preguntan algunos. ¿Para qué querrá revisar la doctrina moral ese Papa? Ocurrencias de un jesuita ¿no te parece? Pues a mí me da que ese Papa no es un carca, muy al contrario.

Los carcas auténticos lo definen ya como cismático, fíjate tú. Habrás leído la carta de ese obispo escrivariano vapuleado: es patética, incluso pone en boca de Jesucristo algo que Él nunca habló, ni definió, ni condenó. Tú te despachas también a gusto con el obispo que casará a mi sobrina Piluca, un juicio temerario del que espero divises la patinada. Pero repito, no te preocupes, cuando estés recuperado de la resaca opusina -lleva su tiempo- lo tendrás más claro. Cosas del santo fundador, que nos transmitió esa costumbre de enjuiciar a todos los purpurados que le cayeran gordos o se le pusieran delante, papas incluidos. El Opus Dei es un buen ejemplo de institución carca.

Verás también que si de esos personajes -carcas recalcitrantes- hubiera dependido, seguramente los curas pederastas estarían todavía solamente en la mente traumatizada de miles de niños. Incluso alguien como Marcial Maciel descansaría en una peana de la plaza de San Pedro del Vaticano. Ese sí que cumplía con todos los registros: era carca, fundador, ejemplo a seguir, católico practicante e incluso aprovechaba el tiempo ejerciendo de degenerado y de pederasta. A ese tampoco le hubiera gustado para nada una reforma,  ¡ni en broma!.

Por último, acércate a las parroquias, observa a los jóvenes normales, católicos practicantes y sin carnet institucional alguno. Comprobarás que hay multitud que, como Piluca y su novio, participan activamente de los movimientos, cantan en sus coros, ayudan a los necesitados, rezan, dan catequesis, están comprometidos con su fe y no tienen ningún problema con la doctrina moral. Sienten la alegría de saberse hijos de Dios, saben lo que es amar desinteresadamente y sólo les interesa vivir como auténticos cristianos siguiendo al único maestro, Jesucristo. Y esto Francisco lo sabe, los carcas no.

Manzano







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