Ayer escuché por primera vez que el chico que ha denunciado abusos sexuales de manos de varios sacerdotes de la diócesis de Granada, en España, es miembro del Opus Dei. ¡¡Dong!! Una campana sonó dentro de mi cabeza. Me sorprendió muchísimo la noticia. El Papa llama personalmente al chico para pedirle perdón…. y ahora resulta que ¡¡es hijo de San Josemaría!! Y yo tengo una fantasía, que puede que coincida con la realidad. Os la cuento a ver qué opináis.
Desde luego que me sorprende muchísimo que este chico sea una persona equilibrada emocional y afectivamente tras 5 años de abusos de ese calibre. Porque me imagino que es un hombre libre, equilibrado y maduro para ser del Opus Dei ¿no?. ¡Cómo voy a dudar del discernimiento de la Prelatura! ¿Y por qué habla este chico ahora, tras 7 años de lo sucedido? Y yo, que ya sabéis que son mala, noooo ¡¡¡peor!! Pienso que es ahora cuando se siente fuerte, protegido, seguro. Y no es para menos. Tiene al gigante a sus espaldas. Intuyo que es la propia prelatura quien le ha animado a hacerlo, y ha puesto toda la maquinaria a funcionar para que la carta llegue presto al Padre Jorge, y es la propia prelatura quien ha dictado esa carta, haciendo que quede meridianamente claro que es miembro del Opus Dei y que DEBE SU PERSEVERANCIA EN LA FE A LA PRELATURA.
Ha quedado claro por los medios de comunicación que esta fidelidad a la Iglesia ha sido crucial para hacer que el Papa se dirigiera a él personalmente. ¡¡Vaya!! El Padre Jorge, dicen que no tiene mucha simpatía por la prelatura (aunque para mí esto es un acto de fe). Sus miembros andan todo el día detrás haciéndole la pelota. Le han llegado al Padre Jorge muchas cartas de manos de ex miembros de la prelatura contándole desmanes, abusos e injusticias de gran calibre. Que yo sepa no ha hecho nada por ninguno. Pero esa información va calando y parece que sigue a la Prelatura y sus festejos a cierta distancia.
Al Opus Dei le hacía falta, como al perdido en el desierto un manantial, algo que cambiara el rumbo de las simpatías papales. Y este sucedido les ha venido como anillo al dedo. Y teniendo en cuenta que carecen de ética alguna, ¿por qué no aprovecharlo? Ya os he dicho que soy mala gente, y en referencia al Opus Dei casi siempre pienso mal, pero suelo acertar.
Sé que esta página la leen muchos obispos y altas instancias vaticanas, y creo que no hago mal pidiéndoles que cotejen lo que digo con lo que viven. Que aprendan a conocer al Opus Dei, y de paso le hagan llegar al Papa la condena de miles de víctimas abusadas psicológicamente, obligadas a vivir en la pobreza, enfermas física o psicológicamente, muchas solas…. Es menos ruidoso pero muy atroz y yo aún no he visto a la Iglesia mover un dedo. Yo sí que he perdido la “fe”. Debe de ser que por eso no tengo derecho a nada. Que Dios me ayude a comprender.
Carmen Charo
