Hola.

El último escrito de JaraySedal me llevó a conocer la historia de una mujer que dando clases en un colegio no la trataban como a todos los demás, porque pertenecía a la misma asociación encargada del colegio.

De ahí busqué información y constaté otra vez lo que dice la Iglesia de las prelaturas personales: constan de “presbíteros y diáconos”, y lo que dice el opus dei de sí mismo: que está compuesta por un Prelado, por un propio clero y por fieles laicos (hombres y mujeres).

Según el opus dei, TODOS le pertenecen: prelado, sacerdotes y fieles laicos… Entonces, que se inscriban ante la ley según su propia naturaleza, pues no es una relación asociativa sino corporativa.

Entonces, los fieles laicos, directores y directoras, subdirectores, y subdirectoras, secretarios y secretarias, prestan un servicio y no les es reconocido su derecho, es decir, hacen labores sin recibir un sueldo ni tener el estatus ante la ley por la que otros, haciendo la misma labor, sí son tomados en cuenta, siendo presbíteros y diáconos.

Con esto quiero decir que Antonio Esquivias tiene razón de que su causa no es nada más por ella misma, sino por lo que significa para otros, que trabajando años para el opus dei luego se den cuenta de la cruda realidad, que nunca pertenecieron al mismo, y eso de su inclusión era para darle realidad a algo ficticio, pues si fuera cierta su inclusión Antonio Esquivias ya tendría reconocida su pensión completa.

Saludos cordiales.

Paiquito