Hace tres años el obispo de Burgos, en España, fiel de la Prelatura Opus Dei era noticia por este motivo. Y ayer volvía de nuevo a saltar a los medios por haber indicado que le practicaran exorcismos a una chica menor de edad con fatales resultados.
¿En qué mundo vive el Opus Dei? ¿De veras que forma a su fieles? ¿Los forma para qué? ¿Para vivir en permanente enajenación mental? ¿Son de veras cristianos del siglo XXI? Aunque conociendo los daños físicos y psicológicos con los que terminan muchos de quienes militan ciegamente en sus filas, no me cuesta comprender que el obispo no viera nada raro en esta familia tan fanática y con prácticas tan inhumanas, según ha declarado la víctima. Es verdaderamente necesario que el Papa se ponga las pilas.
Carmen Charo