El colegio y el profesor: calumnia que algo queda.- Eleu
Fecha Friday, 16 January 2015
Tema 100. Aspectos sociológicos


El lunes 12-01-2015 reprodujo esta web la noticia Un docente demanda al colegio de Betxí Miralvent por discriminación ideológica (procedente del diario “Levante” de 10-01-2015). El periodista, siguiendo su deber deontológico, contacta con el colegio Betxi Miralvent para conocer el punto de vista de la dirección sobre la demanda por despido presentada ante la jurisdicción social por un profesor del centro.

Según la noticia publicada, el profesor sostuvo que la propia dirección había admitido que el despido había sido por motivos ideológicos: «Simplemente en julio de 2014 me comunicó el director: que no ha habido quejas de padres ni de alumnos, y sobre la forma de dar las clases sólo hay que ver los buenos resultados de tu asignatura en selectividad, pero... busco a alguien más próximo a los principios y valores de Fomento (Opus Dei)»...



Y respecto a esta alegación del profesor, el colegio comenta al periódico: «Es cierto que hay una promoción que salió muy bien con resultados de selectividad muy buenos, pero el mismo profesor daba clase en otros cursos y los resultados de la Evaluación Diagnóstica fueron malos. Tras una evaluación global, no era acorde al perfil porque este profesor tenía problemas de orden, autoridad y disciplina»

A leer el comentario de la dirección del colegio, en un primer momento, me irrité. Para defenderse de una demanda por despido improcedente, los responsables del Colegio no tenían el menor reparo en difamar al profesor demandante.

Luego, me paré a analizar ambas alegaciones. Hay un hecho indubitable admitido por ambas partes: los alumnos del profesor despedido habían obtenido muy buenos resultados en la asignatura en selectividad. Si los alumnos son muy buenos, es natural considerar que es fruto del ejercicio profesional de su profesor. Y si el profesor es tan buen profesional, es inmediato deducir que despedirlo no estaba justificado. Así que, ¿cómo puede el Colegio defender lo indefendible?

Para negar la certeza de un hecho evidente, inobjetable, los buenos resultados de los alumnos, el Colegio introduce otros hechos (no acreditados) para restar valor al hecho que nadie podía negar: «…pero el mismo profesor daba clase en otros cursos y los resultados de la Evaluación Diagnóstica fueron malos»

Y mi pregunta es: ¿alguien puede creerse que un profesor sea tan excelente con un grupo de alumnos que estos saquen las mejores notas en selectividad y simultáneamente pueda ser un desastre con los del grupo de al lado? No tiene sentido. O eres buen profesor, o eres malo. Pero no puedes ser bueno y malo al mismo tiempo, sobre la misma cosa. Es totalmente absurdo.

Pues al Colegio no le importa sostener este absurdo a un periódico, y supongo que también lo habrá hecho ante el Juzgado.  

En su respuesta al periódico, el responsable del Colegio añade la siguiente opinión sobre el profesor despedido: «… Tras una evaluación global, no era acorde al perfil porque este profesor tenía problemas de orden, autoridad y disciplina».

Vamos a ver, si no eres ordenado, ni ejerces autoridad ni tienes disciplina, es difícil que puedas ser un buen profesional. Y si no eres bueno, más difícilmente podrán serlo tus alumnos. Y, desde luego, sus resultados en los exámenes deberían ser malos.

Pero el hecho incuestionable es que los resultados eran muy buenos. Así que algo falla en las afirmaciones del responsable del Colegio.

Siendo un colegio del Opus Dei, esperaba que cumplieran los siguientes principios morales básicos:

Falso testimonio y perjurio. Una afirmación contraria a la verdad posee una gravedad particular cuando se hace públicamente. Ante un tribunal viene a ser un falso testimonio (cf. Pr 19, 9). Cuando es pronunciada bajo juramento se trata de perjurio. Estas maneras de obrar contribuyen a condenar a un inocente, a disculpar a un culpable o a aumentar la sanción en que ha incurrido el acusado (cf. Pr 18, 5); comprometen gravemente el ejercicio de la justicia y la equidad de la sentencia pronunciada por los jueces. (n. 2476, Catecismo de la Iglesia Católica)

El respeto de la reputación de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra susceptibles de causarles un daño injusto (cf. CIC can. 220). Se hace culpable:

— de juicio temerario el que, incluso tácitamente, admite como verdadero, sin tener para ello fundamento suficiente, un defecto moral en el prójimo;

— de maledicencia el que, sin razón objetivamente válida, manifiesta los defectos y las faltas de otros a personas que los ignoran (cf. Si 21, 28);

de calumnia el que, mediante palabras contrarias a la verdad, daña la reputación de otros y da ocasión a juicios falsos respecto a ellos. (n. 2477. Catecismo de la Iglesia Católica)

En los comentarios del Colegio Betxi Miralvent he encontrado, lo que se repite cada vez que el Opus Dei, o una entidad del Opus Dei, es cuestionada. En cada ocasión, siempre, la calumnia como respuesta.

Lo vemos en las declaraciones de este Colegio. Pero también en los comentarios de la Oficina de Prensa del Opus Dei a la reclamación presentada por Antonio Esquivias, a quien no dieron de alta en la Seguridad Social durante casi 30 años.

Igualmente respecto a las denuncias que se enviaron a Roma por la forma de ejercer la dirección espiritual por el Opus Dei. La respuesta del Opus Dei a las mismas fue los comentarios sobre la dirección espiritual en la Carta del Prelado del año 2011, los cuales eran radicalmente contrarios a la realidad y trataban de dejar en evidencia a los denunciantes.

Puedo recordar la noticia publicada en esta web de aquel periodista inglés que tuvo la ocurrencia de publicar en su columna un comentario sobre un colegio del Opus. La Oficina de Prensa del Opus Dei en Londres respondió con acusaciones que el mismo periodista se encargó de desmontar en su siguiente columna.

Y si me remonto más atrás en el tiempo, cabe pensar en las críticas que Carmen Tapia recibió (e hizo constar en la segunda versión de su libro “Tras el Umbral, una vida en el Opus Dei”) por haber narrado su experiencia con el fundador del Opus Dei.

O en los comentarios de quien hoy es el actual Prelado respecto a Miguel Fisac en el proceso de beatificación del Fundador del Opus Dei.

Todas esas respuestas de los responsables del Opus Dei, sea el lugar o el tiempo en que se emiten, son siempre de la misma clase: la calumnia sistemática de todo aquel que se atreva a cuestionar su actuación en público.

¿Es esto normal en una entidad religiosa católica?

Eleu







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